ANÁLISIS POLÍTICO Y SOCIAL, MANEJO DE CRISIS, MARKETING, COMUNICACIÓN Y ALTA DIRECCIÓN

Este es un espacio para conceptualizar, analizar, efectuar crítica y proponer estudios sobre política aplicada, marketing, comunicación, educación, métodos aplicados, alta dirección y proyectos sustentables. Contacto:baltasarhernandezgomez1@hotmail.com, baltasarhg@gmail.com

sábado, 31 de enero de 2009

ENSEÑANZAS DE MAQUIAVELO EN "EL PADRINO"


LAS ENSEÑANZAS DE MAQUIAVELO EN EL PADRINO.
Comparativo entre el libro de Nicolás Maquiavelo y la obra de Mario Puzo.
Por Baltasar Hernández Gómez.


La aparición del libro El Príncipe de Nicolás Maquiavelo es el punto de partida de la política como ciencia. Una ciencia que luego de cientos de años ha encontrado su filosofía, metodología y marcos conceptuales para el estudio y tratamiento de fenómenos trascendentales para las sociedades modernas: las relaciones de Poder-Dominación-Estado. La determinación integral de la política no va a transitar por la vía puramente científica, sino que también tiende a convertirse en arte y técnica para la obtención, operación, preservación y aumento del Poder, sea éste para individuos o grupos bien estructurados.

En su parte aplicada, la política es convertida en un conjunto de técnicas para potenciar fortalezas y así acceder a la esfera de dominación y control. La fascinación que provoca el término Poder envuelve a la psique y actividades de la gran mayoría de personas, sobre todo cuando la ideología del sistema de vida hegemónico coloca al individualismo y la competitividad por encima de principios y valores humanistas.

Al conseguirse Poder, en cualquiera de los ámbitos de vida, la “intangibilidad” de su definición se vuelve algo concreto en las formas de comportamiento (social, cultural, política y económica). Poder es una palabra tan seductora, que viene explícita tanto en la obra política de Maquiavelo como la novela de Mario Puzo y su representación magistral en el film de Francis Ford Coppola.

El Padrino en su acepción literaria y fílmica reproduce estrategias y tácticas de El Príncipe. Los diálogos y escenarios y actos que se muestran de la familia Corleone tienen ángulos convergentes con el escrito del siglo XVI, toda vez que:

A.- Para que Vito Corleone se posicionara en el Poder tuvo que adueñarse de los controles políticos, sociales y económicos del barrio italiano de Nueva York, a través del asesinato de Don Fanucci, quien tenía las actividades ilícitas de dicho entorno con un estilo muy personal de activar el terror entre los vecinos.

Parafraseando a Maquiavelo, el inmigrante siciliano tuvo que usurpar un espacio de Poder cometiendo todos los actos de crueldad que creyera convenientes para sus fines -en una sola exhibición-, a fin de no desgastar mayores esfuerzos y recursos al tener que repetir una y otra vez una acción de control. Así lo hizo Don Corleone: usó la crueldad en una sola ocasión, pero en forma contundente y espectacular. Esto logró que afianzara su Poder y viviera seguro, pues había logrado infundir temor y respeto.

B.- Al conquistar un nuevo “principado” la forma más recomendada por Maquiavelo es la utilización de fuerzas y armas propias, debiendo dejar como última opción el uso de grupos mercenarios. Al asesinar al viejo capo Fanucci se posicionó como nuevo jefe sin tener disputa de nadie. Si hubiera ordenado a sus compañeros pandilleros matar a esta figura, lo más probable es que hubiera desatado una revuelta de sucesión, derivándose en más muertes y pérdidas.

C.- Pasado este episodio, Don Corleone no tuvo mucha dificultad para establecerse como el personaje de Poder central, ya que el “territorio” ganado estaba ávido de cambios, pues había estado sometido a procedimientos de terror y coerción que ya le eran insoportables. Como nuevo “Príncipe” Don Corleone empleó nuevas tácticas para mantener y aumentar su Poder (que no provinieran de la extorsión o cobro de cuotas por protección), por medio de un sistema de “favores” y pago de sumas de dinero a aliados, socios menores y funcionarios gubernamentales.

La violencia aplicada fue selectiva, en virtud que la crueldad referida en las enseñanzas maquiavélicas sólo iba a ocuparse cuando en verdad fuera necesario, es decir, como último recurso. La violencia no era un fin, sino un medio para alcanzar Poder, riqueza y status.

CH.- No todo lo que hace El Padrino coincide con las enseñanzas de Maquiavelo, sobre todo en lo que referente al respeto incondicional a la palabra empeñada. El florentino del siglo XVI estipuló que si todos los hombres fueran íntegros, el principio de engaño no sería necesario para quebrantar las promesas otorgadas.
Don Corleone defendía como valor inamovible la palabra ofrecida, vista como pacto de caballeros. Esto le retribuyó respeto, sometimiento y ganancias.

A diferencia de Maquiavelo que establecía que los hombres son perversos y mentirosos, por lo que no podía sostenerse largamente ninguna promesa. Sin embargo, para la ambientación de la trama de El Padrino esta característica le resultó ventajosa, en virtud de consiguió los fines que se requerían en una etapa temprana y media de su “imperio criminal”.

La máxima de Maquiavelo parece recobrar su real dimensión cuando al final de su mandato, Don Corleone ya no tuvo respeto, fortaleza y confianza de los clanes rivales. El relevo generacional de Michael -su hijo- vino a dar contundencia al principio maquiavélico que nos referimos, pues una de las primeras acciones que ejecutó fue “darles duro y con todo a los traidores y a todo aquel que se pusiera en medio del camino”. Al unísono se agenció de una táctica personal de disimulo, que le proporcionó la virtud de ocultar intenciones en su toma de decisiones y actos a desarrollar.

D.- En la fase de consolidación Don Vito Corleone adoptó la estrategia de rodearse de un equipo humano leal y emplear recursos propios, lo cual está apegado a la recomendación de Maquiavelo cuando escribió que siempre es mejor la autonomía en el uso de la fuerza.

E.- La familia de Don Corleone es símil a los principados hereditarios, ya que la tradición de la mafia proveniente de Sicilia estipula que el traspaso del mando se daba al hijo primogénito (el rescate de las estructuras patriarcales romanas). En ese sentido, el cúmulo de virtudes políticas del sucesor natural no resulta -en la mayoría de los casos- tan desarrollado como otros que tienen que emplearse a fondo para conquistar un dominio.

Para el hijo mayor de El Padrino, Sony, no significaba mucho esfuerzo ocupar el lugar de Don, pues sólo se limitaba a acatar las órdenes del jefe y al final le heredaría el control. Él se limitó a cultivar el uso y abuso de la fuerza, así como la transmisión de mensajes directos de ataque contra todo lo que fuera contrario al mandato de su padre.

En el caso de Michael Corleone (hijo varón más joven), que ni siquiera estaba contemplado a ocupar un cargo dentro de la organización familiar, tuvo que lidiar con el enojo, desobediencia y problemas generados por la muerte de El Padrino, sobre todo porque esto se dio en momentos en que la mafia estadounidense se recomponía al igual que el sistema capitalista a nivel mundial.

F.- Con la muerte de Vito Corleone, la titularidad recayó en Michael, pues el hermano mayor fue acribillado en una emboscada de las familias rivales de Nueva York. El siguiente en la “línea del trono” seguía Fredo, que era el hermano de en medio y un personaje tímido y sin carácter para llevar las riendas de la empresa familiar, que empezaba a erigirse como emporio económico diversificado .

El nuevo Padrino prosiguió con la aplicación de enseñanzas maquiavélicas, como por ejemplo: nunca dejar que haya caos por evitar la guerra frente a la inevitabilidad de la circunstancia, ya que finalmente esta especie de pausa no detiene la conflagración, únicamente se le aplaza. En el caso del hermano mayor su temperamento iracundo e irracional produjo el desencadenamiento de vendettas entre los clanes mafiosos, la unión para arrebatar el poderío Corleone y al final su propia muerte. Mivhael no iba a permitirse el lujo de seguir por esta ruta. Él iba a ser simple y sencillamente impecable e implacable en todos sus actos.

G.- Michael Corleone como nuevo “soberano” puso en marcha una estrategia para ser verdaderamente temido por sus decisiones. En este aspecto la consigna de Maquiavelo “Más vale ser temido y cruel, que no clemente y amado” fue ajustada al ciento por ciento, toda vez que el nuevo Don procuró siempre las medidas radicales ante los conflictos que pudieran terminar en desequilibrio, pérdida de Poder y finanzas.

Pareciera que estoy retratando a un déspota autoritario, pero no. El uso de la crueldad no es motivado por arrebatos coléricos, sino que son actuaciones completamente deliberadas y con arreglo a fines. Michael Corleone nunca demostró ser impulsivo como su hermano mayor Sony, pero sí calculador, tajante y cruel en el momento en que se necesitara.

Se aleja de Don Vito cuando fija su postura frente a los traidores: no hay perdón contra ellos. El cobro de la traición o amenaza al Poder de la familia no era visceral o producto de la coyuntura, sino que era planificado hasta en los más finos detalles y ejecutad con todos los recursos de violencia disponibles, para dejar ejemplo a los rivales.

H.- Michael Corleone aplicaba también la enseñanza de Nicolás Maquiavelo de tener al lado a personas leales y eficientes, que no se sintieran con los fueros suficientes para después pelearle el Poder. Él concentraba las decisiones, pidiendo consejo a un reducido grupo de personas dignas de su confianza. Entre ellos a su hermano de crianza Tom Hagen, a quien escuchaba por ser el consejero de la familia, pero no nunca lo introdujo en el desarrollo de acciones de Poder.

El papel de consejero era muy apreciado por Michael Corleone, ya que era una especie de alter ego, que no tenía fuerza por sí mismo ni posibilidades de disputarle siquiera una porción de Poder. En este tenor, el nuevo Padrino supo dividir el trabajo de sus subalternos, a tal grado de que unos eran consejeros, especialistas en alguna rama del negocio y otros cobradores, asesinos o enlaces.

Conclusión.

En la lógica inflexible que determina puntos de intersección entre uno o más objetos a analizar por alguna ciencia o disciplina social, la mixtura entre El Príncipe y El Padrino pareciera no tener pies ni cabeza. Sin embargo, las dos obras tratan un común denominador: el Poder y por esto mismo son dignas de comparar. Las estrategias, tácticas, consejos en forma de diálogo cinematográfico o literario pueden ser empleadas no sólo en el ámbito de lo político, sino también en otras y muy diversas actividades de la vida social y productiva, y en este caso preciso las prácticas ilícitas.

Muchas, muchísimas personas tienen o tratan de tener su coto de Poder y por eso el tema Poder de ambas obras se hace atractivo. Avizorar, obtener, desarrollar, mantener y acrecentar Poder es parte intrínseca de las relaciones sociales (casa, escuela, amistades, trabajo, partidos políticos, instituciones del Estado, etc.) y por eso adentrarse aunque sea en la periferia de este fenómeno produce curiosidad, codicia y preocupación.

Mi pretensión fue comparar acciones similares y no dictaminar criterios valorativos. Finalizo este trabajo afirmando que el deseo de Poder es más fuerte que cualquier otro sentimiento humano (amor, justicia, equilibrio, paz y felicidad), ya que existe la creencia de que al tenerlo “lo demás bien por añadidura”. B.H.G.

Bibliografía.

Maquiavelo, Nicolás. El Príncipe, Editorial Caballito, México, 1997.

Puzo, Mario. El Padrino, Editorial Planeta, España, 2002.

Latorre, J.M. “El Padrino II”, revista La dolce vita, Barcelona España, número 20, 1996.

Películas de El Padrino I, II y III, dirigidas por Francis Ford Coppola, Paramount Estudios, EUA, 1972, 1974 y 1991.

Memba, José Luis, “¿Por qué nos gusta tanto El Padrino?”, Revista de internet Mundo, España, 2002.

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viernes, 30 de enero de 2009

DEMOCRACIA EN LA GLOBALIZACIÓN


DEMOCRACIA EN LA GLOBALIZACIÓN
Por Baltasar Hernández Gómez


GLOBALIZACIÓN Y EL PROCESO DE DOMINACIÓN SOCIOPOLÍTICA

La globalización es la fase más acabada del modo de producción capitalista y ha venido a revolucionar no solamente las concepciones y aplicaciones de los procesos técnicos-materiales, sino que trasciende a la médula de todas y cada una de las relaciones humanas.

Para que la globalización haya tenido aceptación fue necesario que el Estado (quien representa los intereses de la clase dominante) impusiera una ideología y sistema de vida: el neoliberalismo. Ésta cumple el rol de supraestructura formativa (en los ámbitos de la educación, valores cívicos, núcleos familiares, medios de comunicación, representación de la cultura, etc.), que termina asentándose en lo que podemos definir como “aceptación y prolongación” del estilo de vida hegemónico..

El neoliberalismo se incrustó en lo macro y micro de los ambientes de producción y reproducción social, imponiendo como “todo válido y todo terreno”, en el centro de creencias y vivencias del hombre, la supremacía mercantil y la disminución en grado superlativo del Estado y su aparato gubernamental. Es así que se tejieron los entramados para hacer prevalecer la cultura hedonista (el placer es el fin último de la vida) bajo la figura del consumismo y la no racionalidad.

Al unísono se propulsó masiva y exponencialmente la cosificación del hombre, es decir, el hombre no es ni va a ser formado como un sujeto pensante, crítico y transformador de su realidad, sino como depositario de los artículos materiales e intangibles que produzca la clase dominante capitalista (ideas, conocimientos teóricos y aplicados, fe, tecnología, etc.).

Aparejado a esto las grandes mayorías desposeídas (trabajadores públicos y de la iniciativa privada, obreros, profesionistas, pequeños y medianos empresarios, campesinos con y sin tierra) de los medios de producción, que sólo dependen de su trabajo para generar subsistencias familiares, fueron alejadas del bienestar y seguridad social.

En la globalización la clase dominante hegemónica es la que se encuentra en la esfera financiera, que con su ideología, monopolios y tecnología disgregada hacia todas las clases sociales se colocó como comandante supremo de los procesos políticos y sociales. Los resultados pueden sintetizarse en la absorción de la cotidianeidad y el nivel político en un único “concebir, sentir y valorar” materialista y deshumanizada. La ganancia como producto de la explotación del trabajo (remuneraciones tan ínfimas que no se comparan a la plusvalía obtenida por los dueños de los medios de producción) es la meta. Esta concepción de capital se ha erigido en el nuevo Yo del mundo.

Así entonces la estructura social, política, económica y cultural se organizó teniendo como centro los intereses capitalistas y nada más, pero tampoco nada menos. Esto determinó que las tendencias de dominación social y política fueran puestas en marcha para proteger, mantener y acrecentar la ganancia. En el campo de lo político, el Estado tuvo que rediseñar sus aparatos coercitivos, ideológicos y normativos para garantizar -a toda prueba- el funcionamiento y continuidad de la globalización.

En el campo económico el Estado se empleó a fondo para: liberalizar la economía de trabas jurídicas (en rubros tales como importaciones, exportaciones, cargas fiscales, leyes laborales) y alentar la especulación financiera, para que la acumulación del capital sea después de todo la matriz de las políticas públicas. En los países subdesarrollados dichas exigencias globalizantes se traducen en verdaderos planes de Estado que abandonan la responsabilidad social y el desarrollo distributivo, para dar la máxima oportunidad a la inequitativa concentración del ingreso como motor de la acumulación privada.

NEOLIBERALISMO Y DEMOCRACIA

El proceso de dominación globalizador ha readecuado el marco del mensaje y funcionamiento de la política, lo cual catapulta una metaconceptualización de la democracia, justamente con la adjetivización neoliberal. Esto significa una reinterpretación y aceptación de una nueva forma de contrato ciudadano mundial y sus versiones regionales.

La democracia posmoderna tiene objetivos muy claros que cumplir:
1.- Legitimación de las nuevas formas de propiedad y acumulación del capital.
2.- Revalorización de los pensamientos y acciones ciudadanas, imponiendo la lógica y ética mercantilista como los “mandamientos bajados del Sinaí” que deben cumplirse a cualquier costo.
3.- Legislación para asegurar la inversión del capital especulativo.
4.- Conversión de cualquier actividad humana en área de inversión redituable (salud, servicios públicos, seguridad, vivienda, comunicaciones, arte, creencias religiosas, etc.).

La competitividad se ha vuelto decreto supremo para vivir: la ley del más fuerte, que entrena al hombre a ser y estar sin contemplaciones ni miramientos, recreada desde el hogar, escuela, trabajo hasta las relaciones humanas diversas. Este hecho combinado con la utilización tecnológica ha recubierto el concepto y la aplicabilidad de la democracia, volviéndola un instrumento procedimental, en tanto se educa a los ciudadanos a cumplir con la obligación de votar y el supuesto derecho a elegir representantes.

La globalización situó a la democracia en un vector de quiebre: no va a ser más el ideal humano donde los más gobiernan a los menos; ni la justicia, la igualdad y fraternidad el horizonte para convivir en equilibrio armónico. La democracia neoliberal ha sido instaurada por los centros de culturización dominante (instituciones del Estado, medios de comunicación y transnacionales) como un modo de vida a cumplir al ciento por ciento, para exorcizar los fantasmas del autoritarismo en cualquiera de sus formas conocidas, tales como monarquías, juntas militares, movimientos revolucionarios, gobiernos populistas de izquierda, etc.

La democracia es reivindicada como el único sistema de vida posible y realizable, no obstante la palpable miseria, hambre, ignorancia y enfermedad, que prevalecen en el orbe. La escala de valores políticos se desplaza sobre rieles de distorsión, obstaculizando por no decir eliminando, la consciencia sociopolítica de la humanidad. Así llegamos al punto en que se descalifica el pensamiento y la actuación crítica y alternativa, pues solamente hay permiso para la homogeneización, conforme a las directrices impuestas, que son trabajar, consumir y reproducir el estado de cosas.

La relación simbiótica entre los intereses capitalistas y el mensaje político articulado en praxis social de dominación amplificada ha desembocado en el imperio del individualismo cuasi caníbal y la no solidaridad. Hoy observamos una sociedad más caótica donde predomina la ganancia del capitalismo, el arrase del bienestar social y la privatización de programas sociales; lo cual bloquea cualquier tipo de intento de nexos comunitarios. El paradigma de la democracia como fin supremo se hace posible por la asepsia de los valores e interpretaciones inyectados en los ciudadanos para actuar con sus semejantes y frente al Estado, sus gobiernos y el gran capitalismo.

La presumible validez del éxito democrático neoliberal se funda en las siguientes creencias: 1) Tener un gobierno que devuelva -aunque sea en su mínima expresión- algún tipo de bienestar material con el menor esfuerzo posible, es decir, con la cesión de la soberanía los días de votación en cada periodo requerido por las instituciones del Estado; 2) El deber de trabajar y mantenerse invalida cualquier acción libre para alcanzar consciencia social y política, teniendo imposibilidad para elevar las condiciones materiales y humanas de vida; 3) Eliminar referentes ideológicos, críticos y propositivos en otro sentido al impuesto por el gran capital, pues no es factible el desorden del status quo; 4) Preferir el individualismo y prosperidad de clan por encima de cualquier acto que ayude de manera permanente a la comunidad.

LAS CONTRADICCIONES

La democracia neoliberal disecciona a u mínima expresión el concepto público del bienestar para las mayorías, traducidas éstas como “pueblo”, que se ve excluida porque el capital no lo tiene como variable para conseguir sus fines. De tal suerte que el modelo de democracia posmoderna erradica los principios éticos entre el saber, ser y hacer, pues lo trascendental es cumplir con los estándares competitivos para generar riqueza personal para el consumo y la reproducción.

El neoliberalismo ha tratado de borrar de la faz de la tierra la verdad de que los hombres son quienes hacen su historia y al mismo tiempo son productos de ella. Al quitar este referente se quiere desaparecer la tesis de que los sujetos sociales existen independientemente de una voluntad incorpórea, pues esto trae consigo la posibilidad de saberse hacedores de sus propias conductas y actos para transformar la realidad.

El quehacer social libre de los axiomas neoliberales de competitividad, productividad e individualismo provoca la articulación de prácticas analíticas, críticas, solidarias y comunitarias para hacer florecer relaciones humanistas, que logran tejer empatías y mejores niveles de vida. Por lo mismo, la labor constante de la globalización tiene como prioridad la circunscripción de la sociedad a la inmediatez de la lógica capitalista (se trastoca el pensamiento “pienso, luego existo” para asignar uno que es: “compro, compro y compro -si es que acaso puedo- y luego existo).

La democracia neoliberal reduce la voluntad y la participación social de los sujetos a un ejercicio puramente procedimental de legitimación del control global. Por ello la relación entre democracia y neoliberalismo es inconsistente y opuesta, toda vez que el paradigma democrático adherido al proceso de acumulación capitalista moderno sólo trata de ser un instrumento para legalizar el poder y control social.

El Estado y sus instituciones gubernamentales imponen la obligatoriedad democratizante de las elecciones como principio y fin último de la acción política ciudadana. Esto es lo mismo a escuchar subliminalmente: “Escucha, acepta, ve a votar y refúgiate después en tu coto social. Vuelve a despertar y repetir el procedimiento en el momento que se te indique”

La democracia neoliberal ha servido para poner y renovar las representaciones públicas en los poderes del Estado, a fin de que sean los portavoces operativos de los intereses de la clase dominante, pero nunca para generar una participación proactiva, que mejore el entorno humano. A lo sumo la democracia neoliberal hila ideas de protección individual o sectorizada contra los abusos del Estado o del sistema capitalista, en un punto específico, como una especie de departamento de quejas, que resuelve asuntos particulares, pero deja hacer y deja pasar la generalidad de las cosas.

Este tipo de democracia privilegia la defensa integral de la propiedad privada, la acumulación económica de unos cuantos y la homogeneidad de los valores para permanecer en el círculo del trabajo y la reproducción social occidentalizada.

La democracia neoliberal intenta legitimar la discriminación de las amplias mayorías sociales y el papel regulador del Estado y sus instituciones frente a las pretensiones del gran capital. La clase dominante mientras tanto ha desplegado una campaña exitosa para hacer creer a pie puntillas que cualquier forma de intervención Estatal para planificar la economía y las políticas públicas es negativa para el desarrollo y sobre todo para la libertad.

Desde los últimos 20 años del siglo XX hasta la fecha, la democracia neoliberal quiere ser sobrepuesta como la libertad misma, como horizonte abstracto del bienestar. La globalización se ha empeñado en inocular en la mente de los sujetos sociales que la democracia procedimental es el único sistema político puro y positivo. Esta concepción estilo “Mundo feliz” o “Gattaca” prohíbe la creación de conciencia, cambio y transformación de lo que no funciona, orillando a los hombres a pensar que el sistema se autocura de “disfuncionalidades”.

LAS RAZONES DEL MERCADO

El mercado se ha convertido en un escenario impersonal, abstracto y limpio de contaminantes ideológicos, políticos y humanos, por medio de mensajes bien dirigidos que ocultan el peso del poder político aglutinado en la cúpula del Estado y los capitalistas. La tan cacareada asepsia democrática, que remite toda la participación social a la circunscripción de los subsistemas electorales esconde la realidad de la globalización, que: monopolización de la economía, concentración de la riqueza en un grupo selecto de la clase dominante y miseria galopante.

Nos enfrentamos a una privatización del ámbito político, que es expuesta como una forma moderna del concepto de democracia clásica, elevando a rango casi divino la privatización de la política y la reducción de la responsabilidad social por parte del Estado. Para lograr esto se cuenta con la desmovilización pensamental y de acción de los sujetos sociales. Como estipula Jürgen Habermas: la estrategia se monta en la pérdida de autodeterminación política y libertad civil.

La conformación de las relaciones productivas y de organización social del capitalismo global conduce a la omnipresencia de las leyes del mercado, lo cual reduce al hombre a un nivel privado, inmediato y de vivencia -sí sólo sí resulta rentable- para sus proyectos. La democracia neoliberal se presenta como abolición de la espera pública, sobreponiendo la construcción procedimental de una sociedad organizada eficiente y eficazmente sin espacio para la lucha de clases ni mucho menos.

En la globalización el Estado ha pasado a ser un mediador del poder de la clase hegemónica y sus monopolios frente a las masas, teniendo el control de los procesos económicos, políticos, tecnológicos, culturales y de comunicación. Durante las décadas del 80 y 90 del siglo XX se acuñó la conceptualización “limpia y sin divisiones de derecha o izquierda” de la democracia neoliberal, presentándose desde entonces un acelerado proceso de erosión del bienestar social y una explosión de pobreza a niveles alarmantes.

La crisis de la democracia como tal, proviene de reducir un modo de vida y una forma de régimen sociopolítico a un procedimiento de suplantación participativa, fundado en la designación de los representantes políticos en periodos concretos. Aunado a ello, la política pasó a ser un mecanismo de acceso al poder centralizado de las decisiones, fomentándose la exclusión de la sociedad de la praxis política y el debate resolutivo. Hubo un incubamiento de pasividad a través del reforzamiento de figuras como el caudillo (líder de partido, candidato carismático en elecciones, presidencialismo) y el clientelismo.

A MANERA DE CONCLUSIÓN

Parecerá un imposible o una aberración para muchos que desconocen el término, pero es claro que debemos recuperar nuestro perfil humano y la ruta social transformadora de nuestro entorno de vida a través de la recomposición de la utopía democrática (desterrando lo neoliberal o cualquier otro tipo de adjetivización). Esto es posible si incentivamos una práctica social que haga predominar el pensamiento analítico, crítico y libre de cosificación y de la explotación justificada como parte intrínseca y natural al sistema capitalista.

Debemos entender la democracia como una vía adecuada para hacer imperar una política humanista, igualitaria y justa. Si partimos de aquí estaremos incentivando la participación ciudadana en el espacio público, a través de prácticas sociales conscientes, que vayan dirigidas a la defensa radical de todo aquello que permita el florecimiento de la vida humana. B.H.G.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

Norberto Bobbio. El futuro de la democracia, F.C.E., México, 1994.
Rafael del Águila. “La democracia” en Manuela de Ciencia Política, Editorial Trotta, Madrid, 1997, pp 139-157.
José M. González García. “Límites y aporías de la democracia representativa en Norberto Bobbio”, Revista Antrhopos, 1992, Universidad Autónoma Metropolitana, México.
Carlos Marx y Federico Engels. La sagrada familia, Editorial Grijalbo, México, 1986.
Carlos Marx. Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (grundisse), 3 vols., Editorial Siglo XX, 1990, México.
José Tezanos editor. La democracia posliberal, Editorial Sistema, 1996, Madrid, España.
José Valenzuela FEIJÓ. “El mundo de hoy. Mercado, razón y utopía”, Anthropos, Universidad Autónoma Metropolitana, 1999, México.

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jueves, 29 de enero de 2009

EL PADRINO ¿MAFIA O CORPORACIÓN TRANSNACIONAL?


¿MAFIA O CORPORATIVO EMPRESARIAL?: OTRA PERSPECTIVA DE EL PADRINO.
Por Baltasar Hernández Gómez


En mi ensayo anterior toqué algunas líneas de los diálogos de la película El Padrino desde una visión política, para resaltar la relación intrínseca del jefe de la mafia neoyorkina, con el poder político y económico de Estados Unidos y otros países.

Ahora cambio el vector de análisis, a fin de intentar el tratamiento de esta película, a partir de un enfoque de dirección/gerencia corporativa, pues la familia de Vito Corleone (que va más allá de los lazos sanguíneos) actuó mediante las estrategias que debe emplear un líder. Rebasando los cánones conceptuales que envuelven a la ciencia administrativa, los estilos directivos de Don Corleone y su hijo Michael no fueron puramente violentos -como fueron una constante en las pandillas sicilianas-, ya que incorporaron principios gerenciales.

Mucho del éxito de la película, desde lo cuantitativo (millonarios recursos por recaudación de taquillas) y cualitativo (como obra de arte cinematográfico y literario) se debió a que el guión basado en el libro de Mario Puzo no es simplemente crónica violenta de las vivencias de la familia Corleone, sino que rebasa la historia mafiosa para convertirse en una alegoría del capitalismo. Este film estampa el manejo corporativo de la Cosa Nostra, pues el modo de vida económico/ político capitalista estimula la aparición de actividades ilícitas.

La mafia es, al final de cuentas, hija bastarda del sistema capitalista, concebida desde sus albores en Sicilia y perfeccionada a su llegada a América. El rol del jefe del clan Corleone fue dirigir y tomar decisiones que garantizaran la permanencia y crecimiento de los negocios. Vito Corleone sin concientizarlo al principio de su elevación como líder de un pequeño grupo de delincuentes, se metamorfoseó en un gerente de la actividad criminal, que luego transformaría en emporio diversificado en ramas económicas: aceite de olivo, contrabando de licor, protección a establecimientos, empresas constructoras, control de sindicatos, juegos de azar, etc.

No había otra forma de empezar a ser un “hombre de respeto” en medio de la depresión económica de los Estados Unidos, en la década de los años treinta del siglo pasado. Su organización surcó el bajo mundo para ganarse un lugar en un país extraño. Por lo mismo tuvo que readecuar su marco conceptual y operativo traído de Sicilia, sincretizando experiencias teniendo el carácter de conquista (El Príncipe de Nicolás Maquiavelo), actos de fuerza de la Camorra, pero también incorporando las reglas del mercado capitalista.

Don Corleone es director/gerente de una organización familiar bajo un organigrama vertical y ortodoxo, basado en la lealtad a toda prueba. Sabía que su corporativo no era la única empresa y por eso fomentó la integración de otros negocios familiares de Nueva York e importantes ciudades de Estados Unidos, para que formaran un consejo directivo de “notables”, que se constituyó en filtro y distribuidor de cuotas de poder. A partir de ello se convirtió en el “jefe de jefes” de la gran familia mafiosa, gracias a la visión para crear un gran consorcio empresarial, que se repartió geopolíticamente los territorios de oportunidades para amasar fortunas.

El personaje representado por Marlon Brando aprovechó la dinámica de caos derivada por la crisis financiera de 1929 y asumió que el corporativo familiar iba a crecer en la medida en que se corrieran riesgos mayúsculos. Como si fuera un egresado de Chicago, Harvard o Yale, observó que a mayor riesgo en un ámbito no explorado de expansión de negocios, mayor sería su ganancia. La cualidad innata de ver oportunidades se convirtió en una capacidad especializada para estudiar estratégicamente el entorno económico y político.

Su desarrollo personal se vertió en la faceta de gerente corporativo de la mafia, pasando de un asaltante de casas habitación, benefactor de sus vecinos, a nuevo capo del barrio italiano de Nueva York, después de que asesinó al gangster que asolaba a pequeños comerciantes y habitantes de esta colonia de inmigrantes. Cuando se situó como jefe local empezó a diferenciar actividades, a través de la legalización de ingresos con su importadora de aceite de olivo y productos ultramarinos. En simultaneidad construyó una red operativa con otros líderes mafiosos, contactó políticos, jueces, empresarios y personalidades sociales connotadas, para que su imagen y la de sus negocios adquiriesen “respeto”.

No obstante el gran avance y poder conseguido por Vito Corleone, el clima imperante durante la etapa de la segunda guerra mundial, no garantizaba la continuidad de la corporación sin violencia. En lo interno sus adheridos eran a lo sumo excelentes capataces, ejecutores y asesinos leales, pero nada más. Corleone intuyó que debía focalizar su empresa en una dirección de especialización en las áreas que controlaba (abogados, economistas, administradores, expertos en logística, etc.).

Si a esto le aunamos que su núcleo dinástico estaba compuesto por jóvenes americanizados (el hijo mayor ignorante y furibundo; el hijo de en medio retraído y pusilánime; el hijo más joven educadamente occidentalizado y patriota; y la hija preocupada en hacer familia como lo establecía el “american way of life”); era lógico que su mayor preocupación fuera cómo y cuándo hacer una sucesión de poder sin contratiempos, muertes y pérdidas financieras.

Al llegar a su fin la segunda guerra mundial, el ambiente sociopolítico y económico cambió y en el escenario de los negocios de la familia Corleone. Hubo estancamiento porque los intereses de las familias rivales ya no estaban empáticas con las normas de respeto de los mercados, que había fijado Vito Corleone y los miembros del consejo de mafiosos.

El fantasma que recorría el ámbito ilícito era la droga, elemento que perturbó al jefe del clan, pero que era necesario tenerla en cuenta para evitar confrontaciones y pérdidas en los negocios. Esta nueva mercancía de consumo vino adquirir especial relevancia, toda vez que las ganancias que producía eran exorbitantemente mayores que cualquiera de las actividades empresariales realizadas con anterioridad.

Las otras “corporaciones” supieron que para acumular un mayor número de capital debían producir, comercializar y distribuir droga, aún con la oposición o soslayo de El Padrino. Con esta lógica Don Corleone se convirtió en el jefe a vencer, y de paso, motivo suficiente para apoderarse de su empresa. Así entonces fue baleado y casi muerto. Después sufrió la pérdida física de su hijo mayor en una emboscada y tuvo que otorgar el poder al hijo menor. En esta vorágine de situaciones Don Corleone se debilitó físicamente, pero sobre todo en su interioridad, porque se le escapó la oportunidad de “legalizar” su corporación.

Cuando Michael Corleone asumió el poder, el ambiente empresarial de la familia y sus adherentes iba a la baja: persecución del gobierno, bajas ventas por exceso de muertes violentas, pérdida de recursos por protección, desorganización en los cuadros directivos, cero crecimiento y expansión de los negocios y falta de planificación estratégica para continuar con saldos positivos. En este clímax Corleone hijo se convirtió en el centro de las decisiones.

Como no era conocido no tenía el “respeto” de las familias rivales y la empresa Corleone tuvo que navegar con cautela, en una especie de repliegue y conservación de fuerzas para mejores tiempos. El negocio no aumentó, sino más bien se estancó con la posibilidad latente de llegar a la bancarrota, lo que pudo convertirse, en su sentido más crudo, en muerte.

Pese a que Michael Corleone tuvo que refugiarse en Sicilia después de haber asesinado al rival que originó la inestabilidad entre el consejo de mafiosos y los negocios particulares de la familia, así como al jefe policiaco de Nueva York; el nuevo Don tenía una visión más objetiva, que no toleraba la subjetividad del amor, honorabilidad y hasta compasión, pues todo lo concebía como acierto-error; pérdida-beneficio, y recompensa-castigo.

El nuevo capo di tutti capi no tuvo un marco conceptual y táctico repleto de referentes de nobleza o respeto a valores subjetivos, como lo desplegaba su padre; sino por el contrario cambió el eje de rotación de sus decisiones, pues su meta iba a ser la conformación de una megaempresa fundada en la eficiencia, organización y jerarquía para obtener máximas ganancias. Lo único que conservó como legado inamovible fue la idea de “legalizar” la empresa, pesara a quien le pesara.

Michael Corleone concentró las decisiones estratégicas, dejando la operación a expertos profesionales en cada área de negocios. Identificó que el negocio no era una cuestión familiar o de percepción personal, sino que debía basarse en las leyes del mercado.

En el instante en que decidió trasladar la matriz empresarial al oeste americano, sin dejar de controlar el consejo de mafiosos del centro y norte de Estados Unidos, el Michael Corleone apostó a la expansión global de su emporio. Las Vegas representó la oportunidad de construir un negocio altamente rentable, que combinaba la libertad de apostar grandes cantidades de dinero con droga y prostitución. Todo esto dentro del marco legal permitido por las leyes del estado de Nevada y otros estados de la unión americana. Nuevo negocio con riesgos reducidos y altísimas ganancias.

Ahora sí el jefe de la mafia se convirtió en un gerente del oligopolio llamado juego, así como de las ramas de la construcción, venta de inmuebles y contactos con el comercio mundial, que tocó a las finanzas e intereses del Estado Vaticano (lo cual se observa en El Padrino III). Michael Corleone desarrolló sobre la marcha el perfil de un gerente, toda vez que se desenvolvió con las características de un estratega, que no actúa en la inmediatez, sino que prevé y se adelanta a las circunstancias del mercado.

Asimismo, empleó las habilidades del directivo exitoso: la técnica (el manejo administrativo-contable, uso eficaz de la tecnología, organización jerárquica, destreza analítica y delegación óptima de funciones); así como el control personal que se tradujo en relaciones públicas, autocontrol y manejo psicológico para tratar los negocios, empleados y el entorno.

El nuevo gerente de los Corleone destrozó los paradigmas de desempeño creados por su padre, pero con el nuevo perfil consiguió ser más temido que amado; logrando empatías por su conducta organizacional jerárquica, pero por encima de todo porque elevó las ganancias de la empresa.B.H.G

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miércoles, 28 de enero de 2009

IDEOLOGÍA: ESQUELETO DEL PENSAR Y ACTUAR SOCIAL


IDEOLOGÍA DOMINANTE, IDEOLOGÍA DEL CAMBIO
Por Baltasar Hernández Gómez


No podemos hablar de IDEOLOGÍA como concepción única para expresar la estructuración de un sistema intrincado de signos, que son formulados en codificaciones y decodificaciones de la realidad. Hay que referirnos a IDEOLOGÍAS para tratar de comprender los diseños, promoción y aplicación de modos para representar u observar la cosmovisión de los sujetos sociales.

Es hasta el siglo XVIII cuando la IDEOLOGÍA cobra importancia como categoría en las ciencias sociales y es con Carlos Marx cuando se da un sentido más concreto al aseverar que ésta es un sistema de ideas y representaciones que se presenta en la interioridad del hombre y se refleja en la materialidad de sus pensamientos y actos.

Aquí es necesario aclarar que no se trata de observar a la IDEOLOGÍA en el terreno de falsas visualizaciones o consciencias, sino elevarla al plano de estructuras organizadas para percibir y concebir el mundo de la vida (Jürgen Habermas).

La contribución de Louis Althusser dio precisión a la ciencia política, ya que estableció que la ideología fue reacondicionada por los Estados Nacionales y reformulada en un modelo integral-institucional traducidas en los instrumentos ideológicos para inculcar en los sujetos sociales determinadas visiones y estilos de vida en un espacio y tiempo real. Los aparatos ideológicos del Estado son organismos especializados que diseñan, moldean y direccionan el pensar y actuar de los hombres.

Así tenemos a la familia, escuela, constituciones políticas, iglesias, medios de comunicación, centros de trabajo y fuentes culturales, que producen la manera de ser y estar en sociedad, integrándose sin “disfuncionalidades” a los procesos de producción social, político y económico y reproduciéndolos en todos y cada una de sus realizaciones pensamentales y materiales.

Las IDEOLOGÍAS tienen el papel de construir, mantener y acrecentar sujetos sociales concretos (interior y exteriormente) que existan para entender, aceptar y reproducir modos sociales y económicos sin que haya “rompimientos” que deriven en descomposición o duda de la validez de su ambiente.

Los Estados nacionales para preservar el establishment social no sólo ocupa eficientemente la fuerza jurídica o la violencia institucionalizada, sino se vale de la IDEOLOGÍA, pero no una que sea exclusiva de la clase social a la que pertenece, sino a una que es articulada en forma tal que, si bien está ligada a su entorno socioeconómico, puede rebasar su perímetro para comprender sus fundamentos y transformar lo que es falso o erróneo, que le causa pobreza (económica, espiritual, de valores, etc.).

Vista desde la perspectiva gramscista, la IDEOLOGÍA es el campo de batalla de dos o más sistemas de vida, es decir, la lucha entre concepciones que tratan de imponerse hasta el punto de la desaparición del otro. La IDEOLOGÍA incorpora continuamente elementos representativos y valores de la meta a la que tiene que llegar la clase dominante. Ésta se constituye en un sitio de dominación o mejor dicho en un espacio para obtener, desarrollar, mantener y aumentar el poder político.

De acuerdo a Göran Therborn existen varios tipos de dominación ideológica en las sociedades occidentales, éstas son:

ADAPTABILIDAD:

Es la conformación de los sujetos sociales a los parámetros de vida de la clase dominante. Esta serie de elementos ideológicos hacen que los dominadores sean obedecidos, toda vez que las clases subsumidas en el poder piensan, creen y actúan sabiendo que es lo único existente y por tanto no hay por qué rebelarse.

Esto produce una situación de sujeción, que adapta a los sujetos sociales sin posibilidad de cambio radical. Si acaso esto permite cierta oposición regulada, que es aceptada como parte de la remodelación de la estructura en el poder para evitar desbordamientos.

INEVITABILIDAD:

Es una especie de creación y recreación de marginalidad en sectores sociales, que por ignorancia evitan integrarse por completo al estado de cosas predominantes, pero sin llegar al punto de quiebra o alejamiento radical. La contracultura y otras expresiones contestatarias son al final de cuentas factores que se oponen a un régimen, pero que no significan problemas mayúsculas para mantener el proceso de dominación ni la estancia segura en los confines del poder.

REPRESENTATIVIDAD:

Se construyen ideas y estilos de vida que “reflejan” valores supremos a imitar y cuidar por parte de la clase dominada. En este aspecto se hace pasar a los dominantes como la clase a seguir porque representa lo bueno y el horizonte último a llegar. En este sentido son concebidos como depositarios de cualidades superiores que sólo ellos pueden poseer. La riqueza, lujo, poses, títulos académicos, ascendencia y “glamour” de ciertas actividades atípicas se dan como referentes para clonar.

TEMOR:

Se trata de provocar miedo al máximo para elegir un sistema de vida. De tal forma que la única vía para elegir es la obediencia para vivir, que la desobediencia para morir. El temor es efecto no solamente de la violencia institucionalizada de los aparatos represivos del Estado (retomo a Althusser), sino de la que reproduce la ideología para aceptar las cosas tal y como son sin ninguna capacidad de revuelta.

RESIGNACIÓN:

La ideología designa formas concretas de obediencia, las cuales conciben la imposibilidad práctica a corto o mediano plazo para alcanzar una alternativa mejor. La inmediatez neoliberal hace suponer que no es necesario esforzarse tanto para salir del círculo impuesto, ya que esto trae más perjuicios que beneficios.

Se inculca todos los segundos de todo el tiempo que es mejor permanecer en el consenso forzado al ambiente prevaleciente y legitimar los poderes instaurados, que perder la vida por revolucionar la predominancia del Estado y el capitalismo.

Llegamos al sitio del poder de la ideología, que emerge de los centros de decisión política y económica para direccionar la dominación social, siendo esto un proceso de aplicación, pero al mismo tiempo de ajuste y reajuste, a fin de adaptarse al medio.

Este “apretar tornillos a la estructura” es un acondicionamiento al tipo más eficiente de acumulación de capital y de poder político (la supremacía del orden económico con respecto a las otras esferas sociales). Luego entonces el poder de la ideología se convierte irremediablemente en la ideología del poder.

La historia contemporánea nos ha mostrado que la fuerza de los ajustes estructurales es enorme, pasando de cambios paulatinos en los primeros setenta años del siglo XX a modificaciones veloces en los últimos 30 años: globalización y neoliberalismo que produjo política mediática, sindicalismo cero lucha, leyes de mercado ajustables ad hoc para la clase dominante, proliferación de ideas y creencias de tipo naturista y esotéricas, valores éticos y morales remasterizados, etc.

En las décadas más recientes se ha impulsado la constante de que donde no hay mercado, no existe democracia. Si hay democracia luego entonces hay libertades y posibilidades de crecer. Simultáneamente la esfera de la política ha sido supeditada a la economía, siendo los intereses de los grupos dominantes la meta por alcanzar a como dé lugar.

La globalización impacta de lleno en el quehacer político, social y filosófico de todos los hombres, atribuyendo un pensamiento unilateral, que es válido y único para todos. La ideología del poder dominante se traduce en caracteres universales. En las democracias actuales los ciudadanos se sienten confinados a una doctrina omnipresente que prohíbe, paraliza y extermina todo tipo de opinión y acción divergente al status quo.

¿Hay escapatoria de esta dinámica destructiva para conseguir un hombre humanizado y digno de vivir con plenitud? A esto contestaré que afortunadamente hay procesos de salirse de la ruta ideológica impuesta y movilizarla. En este espacio juegan importante papel los intelectuales y escritores, pero sobre todo los hombres de acción práctica.

Para que haya las condiciones de cambio se tiene que ubicar el encuentro de parámetros pasados, para desterrar como válido y siempre presente el estado de cosas que la clase dominante pone en la cima de las realizaciones humanas. Esto ha sido empleado en experiencias pasadas para reactivar nuevas ideas, esto aplica tanto a revolucionarios, revisionistas o reaccionarios.

Sólo hay que enfocarnos en el estudio de las revoluciones de los siglos XIX y XX para comprobar la validez de los cambios ideológicos y sus subsecuentes regímenes políticos. Lamentablemente los logros han sido reacomodados por la clase dominante capitalista para sus fines, pero la efectividad es lo que tenemos que retomar.

Por otro lado, la movilización ideológica que trae cambios estructurales en el modo de vida material, puede transitar por un camino de “miedo anticipado”, o sea, anteponer la bondad de una sociedad más justa frente al sufrimiento presente. Es más o menos decir: de no cambiar estaremos condenados a ser autómatas y miserables. De cierta forma los grupos defensores de la ecología han tenido injerencias en políticas ambientales a nivel mundial, utilizando dicha estrategia. Otro caso que merece analizarse a fondo es Venezuela.

Cuando hablamos de movilización ideológica me refiero a la capacidad no sólo de readecuar, sino transformar, ya que la ideología de las sociedades nunca es estática, sino que varía constantemente sus prácticas de asignación, conforme a las condiciones de vida imperantes. El trastocamiento ideológico no es cambio en el discurso y sus referentes significativos, sino que trasciende al cambio mismo del discurso y sus connotaciones.

Esto lo observamos en las nuevas generaciones, ya que han sido sometidas a un nuevo tipo de valorizaciones en medio de una vertiginosa fuerza de transmutaciones económicas, políticas y tecnológicas, que no se parecen en nada a las pautas temporales de generaciones anteriores.

CONCLUSIÓN

Las expresiones ideológicas para la movilización de alternativas frente a los centros de decisión dominante no sólo afectan el carácter de los promotores y participantes del cambio, sino también a la clase dominante, que debe readecuar sus controles para mantener la hegemonía. No queda en una toma de posición más combativa y eficiente por parte de los grupos del cambio ideológico, sino que va más allá, incluso modificando sustancialmente el discurso y prácticas del poder.

Las ideologías no tan sólo consolidan el control del poder social y político, también pueden ser motor de su desviación y destrucción.B.H.G.

BIBLIOGRAFÍA

Mouffe, C. “Hegemonía, política e ideología”, en Labastida 8 comp. Hegemonía y alternativas políticas en América Latina, Editorial Siglo XXI, 1986, México.

Rossi-Landi, F. Ideología, Editorial Labor, 1980, Barcelona, España.

Thernborn, Göran. Ideología del poder y el poder de la ideología, Editorial Siglo. XXI, 1987, Madrid, España.

Follari, R. La justificación ideológica del ajuste, Edición en Tauroslibro.com, 2008. Internet.

Ramonet, I, “El pensamiento único”, Revista Gallopinto Nº 29, mayo 1996, wwww.pensardiferente.com. Internet.

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martes, 27 de enero de 2009

EL PADRINO: DIÁLOGOS DE PODER


El Padrino: algunas acotaciones sobre Poder.
Diálogos para entender la dominación.
Por Baltasar Hernández Gómez


La película El Padrino es un trabajo literario y cinematográfico de calidad que traspasa la historia de una familia hegemónica en el mundo de la Cosa Nostra, pues sus logros literarios y cinematográficos, animados en diálogos y escenarios, representan una oportunidad para adentrarnos en las relaciones de Poder entre mafiosos, pero también puede servir para visualizar -en paralelo- las maneras en que operan capitalistas y hombres pertenecientes a las instituciones del Estado.

Independientemente de las vivencias de los Corleone, en la obra se encuentra condensado mucho material de política aplicada. La mafia siciliana que llegó a América del Norte trajo consigo no solamente tácticas violentas, sino que vino cargada de estrategias implementadas en Italia durante el siglo XVI por Nicolás Maquiavelo, así como por los actores políticos romanos y del Vaticano, todo ello mezclado con las experiencias del capitalismo.

Me propongo a examinar algunas líneas de diálogo de la película para entrelazarlas con conocimientos y acciones de política, que sirvieron para los propósitos de la familia de Vito Corleone. El Padrino sintetiza algunas lecciones para conquistar, mantener y acrecentar el control del entorno local, regional e internacional, traduciendo epitafios políticos en instrumentos de dominación a través del terror dosificado, pero implacable.

1 “Pese a lo que diga este enterrador, no somos asesinos”: Vito Corleone.

El centro de decisión de poder no se funda en los valores del bien o el mal, toda vez que la persona a cargo de la familia, corporativo o gobierno no se concibe como un asesino cuando intenta eliminar a sus enemigos. Para quien tiene el control de la violencia (aparatos represivos) se trata de quitar del medio todo lo que obstruye la realización de los planes de poder.

La palabra muerte o asesinato no forma parte del lenguaje ni del pensamiento de los líderes, pues la ejecución es antes que nada una solución directa a los problemas de reproducción del poder. Eliminar algo o a alguien es entendido como manejo de conflicto, lo cual está alejado de cualquier referente ético o moral con los que el común denominador actúa.

2 “Le voy a hacer una oferta que no podrá rechazar”: Vito Corleone.

Los valores que permean a la esfera del poder no son los mismos que se utilizan por la generalidad en situaciones mundanas. La voz del capo di tutti capi deja ver que, al igual que las empresas capitalistas, el interés supremo es la ganancia. Se asume que la oferta tiene que ver con una recompensa económica, acompañada de cierto status de protección y/o visto bueno de la familia hegemónica del crimen organizado.

Los elementos del poder no tienen que ver con honorabilidad, honestidad o principios cívicos, sino que están referidos a la perspicacia para alcanzar fines sin costos excesivos. La oferta no va en el sentido explícito de aceptación con la condicionante de recibir algo a cambio, ya que también trae implícito un mensaje sobre el uso de fuerza. La acción de ofrecer esconde el imperativo de aceptarla en forma consensuada, o bien, obligada con violencia en caso de desobediencia. La frase encubre un metalenguaje de poder en sí mismo: “estás conmigo o contra mí”.

3 “Nunca dejes que nadie fuera de la familia sepa lo que estás pensando”: Vito Corleone.

Dante Alighieri escribió que el camino al infierno está plagado de buenas intenciones y el jefe de la mafia establece una máxima que asumen las personas en el poder: “nunca exhibir las pretensiones, intereses y fines últimos de una decisión”.

La familia debe interpretarse como el cuerpo institucional que aglutina el poder y por eso no puede escapársele ningún tipo de información acerca de los actos que se realizarán para alcanzar una meta.

En el caso de los grandes capitalistas detrás de una propaganda audiovisual de mejoramiento (en la persona, casa, oficina, medio ambiente, etc.) se esconden las verdaderas intenciones de ganancia, que se obtienen por la explotación de los trabajadores, el bajo costo de las materias primas y la plusvalía generada por el valor de cambio en el mercado.

4 “Nunca odies a tus enemigos, nubla tu juicio”: Vito Corleone.

La actuación de la clase dominante, de los propietarios de los medios de producción y de los controles del poder político no está basada en parámetros valorativos de tipo pasional. El uso de la racionalidad es primordial para que se desarrollen los planes de control social y económico.

“Nada es personal”, parece estar recalcando esta frase de El Padrino cuando establece que a los enemigos no hay que odiarlos, sino eliminarlos en diferentes frentes. Las tácticas suelen ser muy diversas y variadas, ya que pueden ir desde la inutilización de programas de expansión hasta la desaparición física.

El coraje, insulto u ofensa no tienen cabida frente a los enemigos, ya que se nubla el juicio con el que se debe tratar una amenaza o conflicto. Al enemigo en sentido figurado y práctico debe de vérsele como un reto a resolver y no como un manojo de sentimientos viscerales que puedan subjetivar la decisión para proseguir en el juego del poder.

5 “Recuerda esto, mantén cerca a tus amigos, pero más cerca tus enemigos”: Vito Corleone.

El hacedor de poder no quiere decirnos que al enemigo hay que ofrecerle cobijo y amparo, sino que debe conocérsele a fondo teniéndolo cerca del radio de influencia. La amistad y los lazos familiares no son cuestiones de afectibilidad, porque son factores para garantizar permanencia con el mayor número de aliados. Los amigos y familiares dotan a quien tiene poder de un lazo de lealtad y eficiencia para llevar a cabo las decisiones.

Los enemigos lo son en tanto repercuten negativamente en el cumplimiento de los objetivos trazados. Nunca deben ser vistos como seres despreciables a los que hay que atacar sin ton ni son. Los enemigos son al mismo tiempo la oportunidad para conocer la otra concepción del asunto y se hacen imprescindibles tenerlos en un rango de observación cercana para dilucidar sus estrategias, para luego neutralizarlas o aniquilarlas.

6 “Un abogado con su portafolios puede robar más que cien hombres con pistolas”: Vito Corleone.

Esta frase se refiere a la importancia del saber aplicado en la modernidad. Un profesionista tiene un capital de conocimientos especializados en alguna área de aplicación, que resulta más poderosa -muchas veces- que las armas. El entrenamiento académico, las destrezas y habilidades aprendidas en las instituciones educativas y la tecnología pueden más que el uso de la violencia a secas.

La mafia como las corporaciones económicas/financieras no solamente emplea la fuerza para lograr sus fines, sino que se vale del conocimiento y la técnica para lograr resultados legales, organizacionales y operativos a favor.

La globalización ha prohijado nuevos emporios basados en la especialización del trabajo: hoy la mafia, por ejemplo, no es sinónimo de violencia extrema en las calles (la cual sigue resultándole útil como ajuste de cuentas contra clanes rivales), toda vez que cuenta con una amplia red de profesionistas y profesionales en áreas como el derecho, química, ingeniería, física, comunicaciones, logística de transportación, economía, psicología, etc.

7 “Intenta pensar siempre como piensan los que te rodean, con esa base todo es posible”: Vito Corleone.

Los hombres asentados en el poder se ponen siempre en ambos lados de la vía, es decir, intentan focalizar una situación desde una perspectiva dual: de acuerdo a las potencialidades propias, pero también adelantándose a los movimientos de sus contrincantes. El Padrino trata de decir que lo más conveniente es estudiar al adversario antes de dar un paso, a través de un diagnóstico libre de valoraciones subjetivas, para cerciorarse del modo de pensar opuesto.

La psicología humana es factor que acompaña este pequeño diálogo, ya que al igual que los consorcios económicos, que hacen un estudio de mercado y del perfil de los reales y potenciales consumidores, es necesario saber cómo, qué, dónde y cuándo piensa el rival. Sabiendo las fortalezas y debilidades ajenas se conocen más las propias.

8 “No me digas que eres inocente, porque eso insulta mi inteligencia…”: Michael Corleone.

Las acciones de poder no vienen exentas de pretensiones. En el entramado político y económico la clase dominante actúa siempre con intenciones de ganancia (recursos financieros, cargos de elección popular, información clasificada, etc.). Por lo mismo, ningún acto está libre de intenciones.

Quien ande por el mundo promulgando inocencias o ingenuidades al llevar a cabo una acción lo hace con el afán propagandístico de esconder sus alcances. Quien se deje llevar por dicho mensaje está condenado a sucumbir ante intereses ajenos.

9 “Mi padre no es distinto a cualquier otro hombre poderoso…”: Michael Corleone.

Toda persona que detenta poder en mayor o menor grado emplea los recursos a su alcance, para afianzar posiciones y alcanzar nuevas metas. En esta frase, el hijo de Vito Corleone antepone la frialdad para no enjuiciar actos realizados por su progenitor y concluye aseverando que ni él u otro hombre poderoso (políticos, empresarios, banqueros, etc.) están vacunados para hacer lo que tengan que hacer para desenvolverse con efectividad en su posición de liderazgo.

El poder condiciona la mentalidad y la acción de quien se lo atribuye. Nada está en el rasero de lo subjetivo: bueno, malo, arriba, abajo, etc. La toma de decisiones se activa si sólo sirve para resolver una situación X y no distan muchos métodos empleados por la mafia de parecerse en la práctica a otros que son operados por empresarios o gente del gobierno, siempre y cuando sirvan a los intereses trazados.

10 “A ti te querían Don Tomasino, mientras a mi me temían… ¿Por qué?”: Michael Corleone.

La máxima escrita en El Príncipe por Nicolás Maquiavelo se hace presente en esta frase, en virtud de que es mejor ser temido que amado. La queja del hijo de El Padrino tiene un sesgo de irracionalidad momentánea frente a la muerte del viejo mafioso siciliano (Don Tomasino), sin embargo, el mensaje aunque descubre el lado humano del personaje, no implica que se amolde al desempeño de sus funciones como hombre de poder.

Maquiavelo estipuló hace poco más de 500 años que más vale ser temido que amado por el absoluto requerimiento de respeto. Esto es: el temor es un factor tangible y palpable, ya que proviene de hechos que lo confirman. El temor se deriva de actos premeditados donde se desarrolló violencia (leyes, castigos, muerte o pérdidas materiales). Por su parte, el amor es un sentimiento aleatorio y temporal que puede variar de acuerdo a las circunstancias imperantes en un ambiente determinado.

El ser amado puede -en una situación específica- llegar a ser detestado u odiado. El que es temido mantiene su supremacía de poder en tanto haga valer sus fortalezas. Por tanto, es preferible ser temido, que amado. B.H.G.

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lunes, 26 de enero de 2009

EL DOLOR DEL CRECIMIENTO DE UN NIÑO

No he sido Yo, sino el Otro
(Segundo extracto del libro de mi autoría
Capítulo: De pronto anduve por la vida
Por Baltasar Hernández Gómez


Como astronauta que aterriza en medio del tráfico citadino, así fui ganando a pulso el control de mis actos y pensamientos. Aprendí a permanecer sereno frente a la anarquía. Tuve que aprender a ser el otro yo para no ser masacrado. Cuando me colocaron la etiqueta de niño supe que la señora que me cobijó desde muy pequeño era mi madre.

Cual hoja que vaga sin rumbo me aferré a lo inmediato y no pensé más en muertes ni monstruos. Me concentré en hacer uso de mis habilidades corporales y fui aprendiz de códigos comunicacionales para ser reconocido. Fui instruido en medio del sudor, lágrimas y sangre para materializarme y en la alegría de ser aceptado sentí la pena de perder mi individualidad.

Poco a poco empecé a convertirme en los otros y recibí un nombre, un blasón de sangre para defenderme de la diáspora de clanes rivales. Aprendí a amar y a fingir hacerlo para introducirme en la vida social. Las palabras, gesticulaciones y actos se acoplaron a paradigmas sociales. Con enorme tristeza me di cuenta que había renunciando a mi primer yo. Los convencionalismos me transformaron en un nuevo ser que requería ser admitido para evitar desprecios. El pase de entrada a la vida de todos fue ponerme una careta para convivir con los impares.

Aún hay nostalgia por volver a la eternidad de ser nadie y todo al mismo tiempo. Recordé que fui algo grandioso en mi primer albergue, pero acabé siendo un sueño, uno del cual los freudianos no encuentran interpretación.

Mi madre me repitió hasta la saciedad que debía despojarme de la herencia maldita de darle rienda suelta a mis impulsos, que debía controlarme, expresándome con el lenguaje aséptico del contrato social firmado por el intangible colectivo. La renuncia a la naturaleza de las cosas acabó con mis pretensiones de ser único. Mi caminar, léxico, actitudes y aptitudes se mimetizaron y nunca más volví a sentirme resguardado como en aquellos remotos días en que el útero era mi cosmos.

Me aferré a los otros utilizando el don que tienen los niños de saber quién lo ama y quién no. El espejo de la querencia fue ancla que evitó fugas y aprendí a empatar con mi sangre, amigos y extraños que llegaban poco a poco. Aprendí a querer tanto a los demás que me olvidé de amarme: el adentro ya no existía, sólo afuera.

Cada vez se me hacía más distante la concepción primigenia donde solamente estaba yo y nadie más y me convertí en alguien sincrético con el entorno, perdiendo la levedad del ser. Mi cara incorporó expresiones, mis ademanes admitieron señas comunes y mis conocimientos e inquietudes quedaron inscritos en modelos educativos. No era yo ni el otro yo, sino uno más nuevo, que estaba sujeto al paraíso decodificado por todos. La aprobación se convirtió en trofeos. Procuré andar derecho y en buena dirección, pero todo me llamó a la tentación y volví a caer en la zozobra.

Las buenas costumbres que “producen niños bien” calaron mi vida. Crecí con el estigma de equipararme a forciori con mis iguales, amordazando cualquier asomo de espontaneidad. Esta represión me convirtió en el espartano que lucha por su vida en el Coliseo romano todos los días.

Asumí ser un samurai aplicando los principios del bushido en un mundo lleno de falacias y despropósitos. El nuevo yo desarrolló mecanismos de defensa ante los otros y guardó en el baúl de los recuerdos la verdad instintiva, la que responde con sentido común y emerge del alma.

En este festival de máscaras y protocolos, mi otro yo fue trasquilado por el juego cortesano. La renuncia a la individualidad era el pago para estar bien. Acepté el importe y seguí por la vida sin preguntarme en el después. ¡Viva la inmediatez que no cuestiona lo profundo! parecían gritarme todos y me estanqué siendo el otro yo que todos querían que fuera. “Adiós, que te vaya bien, si algún día quieres volver sabes dónde estaré y si no ya me fui”.

Mi otro yo prosperó en la permanente evaluación de los centinelas. Me convertí en un niño sin conciencia ¿Quién la tiene?, acumulando “puntos” para la fase de metamorfosis que seguramente vendría y pasar del otro yo al otro yo del otro yo. La carne sobre el pensamiento era la condición para proseguir y no tuve más remedio ¿Lo había? que sobrevivir en el conformismo inducido. B.H.G.

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domingo, 25 de enero de 2009

VIVIR, PENSAR, LEER Y ESCRIBIR


VIVO, PIENSO, LEO Y LUEGO ESCRIBO
Por Baltasar Hernández Gómez ©


El acto de generar pensamientos es la máxima virtud de la humanidad y ésta hace que nos diferenciemos cualitativamente de cualquier ser vivo sobre el planeta. En la actualidad muchas personas abandonan o dejan a un lado el ejercicio de pensar, sometiéndose al ordenamiento del videns, que no es otra cosa que seguir el contorno superficial de los hechos en el mundo de la vida. Lo audiovisual se convierte en supremacía sin que medie un ápice de análisis y mucho menos de crítica a lo establecido.

El ejercicio de pensar obliga a estar atento y con una visión global de todo lo que ocurre en lo micro y lo macro. Pensar no es observar y tener una idea a bote pronto, sino trasciende a lo infinito, debido a que es necesario analizar, comparar y dar juicio de valor a los sucesos que van y vienen en la incesante espiral del desarrollo vivencial. Pensar nos evita quedar estacionados en la inmediatez, para dar paso al panorama completo de la realidad con niveles profundos de abstracción sobre las representaciones del mundo. Desatender esta capacidad sui generis de la raza humana nos condenaría irremediablemente al automatismo.

Pensar reivindica la razón de ser y estar del Hombre, permitiéndonos vivir atentos y comprometidos con lo tangible material e intangible ideológico y del sentimiento. Sin embargo, si pensamos y no leemos para después registrar lo que ocurre estaríamos apostando a subsistir en el día a día. Pensar y escribir se vuelve binomio para saltar el umbral de la intrascendencia y dar un salto a la persistencia…. a lo infinito.

Desde hace tiempo una gran cantidad de personas se comunican a través de mensajes casi onomatopéyicos, sean estos escritos o hablados. La juventud parlotea con contracciones (sonidos monosilábicos) que parecen gruñidos animalescos. El contacto interpersonal se ha convertido también en una vorágine de códigos restringidos impuestos por el manejo de la nueva tecnología (signos de puntuación y reducciones del lenguaje para expresar toda suerte de ideas o emociones, tales como TQM y anotaciones del tipo , , entre otros cientos de elementos incluidos en el teclado de las computadoras).

Las señales gesticulares prediseñadas en la escuela o antros, el sonido gutural y las manos contorsionadas sustituyen frases, cartas, recados o conversaciones, que son mecanismos para decir a profundidad lo que se piensa. No es que sea puritano o invalide la flexibilidad o cambios en el proceso comunicativo, sino que esto irremediablemente se está convirtiendo en un libertinaje de símbolos, cambiantes, sin significancia y poco precisos, para preservar un lenguaje humano coherente.

Pareciera que estamos siendo testigos de una conspiración donde poco a poco está desapareciendo el contrato social de convivencia, para dar paso al acuerdo salido de no sé dónde, que obstaculiza la fluidez del pensamiento, reflexión, comunicación, lectura, debate y escritura.

Para muchos integrantes de la Generación USB resulta un acto cavernícola intercambiar congruentemente el enorme tesoro cultural del lenguaje. Muchos aceptan que las vías de entrelace más idóneas son el gemido, el chasqueo, la mueca y el colorido de sus reducidos códigos comunicacionales. Está imperando el silencio y las cosas a medias, lo cual produce y reproduce pautas conductuales de la sinrazón. Hay una vocecita que quiere hacerse pasar como válida:”lo que no cansa es bueno”.

No obstante este horizonte poco prometedor estoy convencido que es posible hacer pensar, es decir, que las personas reconozcan y se interioricen en valorar la vida y generar nuevas actitudes de respeto por los valores universales. Si desde la casa, escuela y el ámbito social nos proponemos a dejar de controlar los modos de pensamiento y escritura, estaremos permitiendo que los niños y jóvenes piensen por cuenta propia (sin obviar la enseñanza de la impecabilidad para la investigación y redacción).

Si logramos que los hijos, alumnos, vecinos, amigos y familiares tengan la oportunidad de disfrutar el acto supremo de pensar por sí mismos, estaremos develándoles un universo que había estado oculto. Hay que aprender a enseñar a pensar, a comprender, conceptualizar y abstraer el mundo. La lectura es el medio privilegiado e indispensable para el desarrollo de más y mejores “operaciones del intelecto y del corazón”. En otras palabras: el cultivo de la razón y la pasión humana en su máxima expresión.

Hoy en día los estudiantes demuestran ser indisciplinados, acríticos y poco conscientes de su entorno, apoyando su actuación en “su corta edad y experiencia”, lo que se traduce en una posición adversa hacia todo lo que para ellos representa aprender a aprender. Las herramientas más importantes en el proceso del aprendizaje, son la observación, estudio, análisis y síntesis, las cuales se potencializan estimulando habilidades de lecto-escritura, porque es a través de la vivencia, lectura y escritura como se ejercita el pensamiento lógico, creativo y plural.

Un buen lector es el que sabe leer con determinación y agrega su saber y experimentación. La lectura es un proceso entre el mensaje (en este caso reducido a su formato texto) y el interlocutor, que aporta saberes en la medida que ha realizado una abstracción-interpretación. Esto hace que se asuma lo que se lee, no como simple información, sino como conocimiento. De tal manera que se asimila lo mejor de la vida, abriendo la mente a lo local, nacional y universal.

No es suficiente leer, se requiere de aprehender el conocimiento, interpretar y producir nuevos juicios. Esto no es factible de lograr sin la escritura como medio de divulgación acerca de lo que el sujeto social ha incorporado a su vida.

Nacemos y aprendemos a hablar como lo hacen nuestros padres, vecinos y profesores. Vamos al kínder, luego a la primaria, posteriormente a la secundaria, preparatoria y universidad viendo al facilitador académico y libros como objetos extraterrenales. Ingresamos a la esfera productiva y formamos familia y queremos continuar en esa línea intacta de no hacer nada.

Al género humano le gusta vivir de la tradición oral y por eso pensamos que no hay nada detrás de la cortina de lo ya dado. No nos enseñan a leer y escribir como fase siguiente y por eso brota el disgusto para explorar nuevas fronteras. Esta premisa es una de las muchas causas del atraso cultural, idiosincrático, científico y tecnológico de las sociedades, específicamente las “tercermundistas”.

Pero antes de aprender a escribir es preciso aprender a leer. Si no existe fomento al hábito de lectura no es posible que haya más universos para la comunicación. El habla es una destreza importante para vivir, pero no es suficiente. Es necesario el desarrollo de la lectura y por ello tiene que buscarse el acercamiento orgánico con los libros. La lectura permite ingresar al ser humano al saber social.

Basta recordar que la civilización tal y como la adoptamos no sólo se expresa en usos y costumbres, sino se almacena en libros. Ignorarlos es desconocer lo bueno, bello y útil que ha sido, es y será la humanidad.

Cuando alguien escribe está convirtiendo en accesible todo aquello que sabe o acaba de descubrir. Al vivir, pensar, leer y exponer por escrito está poniendo a disposición de otros su ser, el conocimiento y experiencias que le han transmitido otros. B.H.G.

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sábado, 24 de enero de 2009

LOS LIBROS SON TECNOLOGÍA PARA LA LECTURA Y EL CONOCIMIENTO HUMANO.


UNA TECNOLOGÍA LLAMADA LIBRO
Baltasar Hernández Gómez


El homo laptoptropus erectus (que vive con la computadora mañana, tarde, noche y madrugada) trata de imponer su cosmovisión de que lo real desaparecerá para dar paso al mundo virtual de la información “flash”, que es estructurada en secuencias mínimas de comprensión, pero aderezada con múltiples efectos sonoros y visuales, haciéndola extraordinariamente atrayente. Para muchos cibernautas el libro está condenado a desvanecerse, porque no es “chic” ni “nice” pasarse horas y horas leyéndolo.

Esta apreciación es errónea, pues el libro es antes que nada y después de todo una tecnología vigente. Por tanto, no es objeto en peligro de extinción, ya que se reinventa continuamente al editarse y re-editarse, adoptando incluso formatos hipermodernos como e-book y audio-libro.

EL LIBRO TIENE CONECTIVIDAD UNIVERSAL.

El libro no necesita bluetooth ni mecanismos remotos para traer y llevar experiencias vivenciales. Sólo basta abrirlo para conectarnos con los asuntos más grandiosos del universo y las situaciones más pequeñas de lo cotidiano. El libro enlaza al lector con realidades inmediatas, pero también distintas en tiempo y espacio, a través del uso intensivo de los cinco sentidos.

El sentido de la vista se activa cuando observamos cómo están escritas y cómo son interpretadas las palabras como representaciones subjetivas del mundo. En cada parpadeo se descubren colores, trazos, texturas y gráficos, que iluminan nuestro espacio de vida. Las propuestas intangibles en un libro se convierten en representaciones fílmicas desbordantes, enmarcadas en una pantalla de plasma de alta definición imaginaria.

Se despierta el sentido del oído cuando percibimos la voz del escritor y sus personajes. Cuando escuchamos la trova rítmica de la historia, la ciencia y la fantasía, penetran los sonidos majestuosos del universo y los susurros de lo imperceptible. Si nos encontráramos con un audio-libro (libro narrado) la cadencia del relator es la que nos llevaría de la mano a senderos nunca antes explorados (siempre y cuando el libro esté descrito en forma íntegra).

El sentido del tacto se hace presente cuando realizamos los cambios de página, que es algo similar a deshojar cientos de margaritas o pisar con los pies descalzos cúmulos de hojuelas secas en una tarde de otoño. Sentir el enorme gusto de pasar las páginas de un libro es como presenciar el instante en que dos enamorados ofrecen su pasión.

En cada pase de hoja el autor nos vacía su ser, sus conceptos y experiencias, que luego ya no son de él, sino nuestras. Si acaso estuviéramos leyendo un e-book (libro a distancia) el desplazamiento de teclas se parecería (aunque no en su exacta dimensión) a la oscilación de nuestros dedos en el papel.

El sentido del gusto no se centra en la cavidad bucal, sino en la manera que percibimos la dulzura acidez o amargura de lo que introducimos al cuerpo y a la mente. En cada sorbo de saliva agenciamos el sabor intenso de la felicidad, preocupación, miedo o asombro por estar abrevando cosas inéditas e interesantes.
El sentido del olfato aparece cuando apreciamos los olores, humores, perfume y estados de ánimo de los protagonistas, así como de todo lo que gira en torno a la investigación o la trama.

EL LIBRO ES PORTÁTIL.

El libro nos acompaña a todas partes, ya sea en lugares fijos como la casa, escuela o biblioteca y en móviles como el autotransporte. Nos acompaña en medio de una plática, en el tránsito, en la banca de un parque, en la silla de un café y en la intimidad de la cama. Podemos llevarlo en la mano, apretarlo al costado, encerrarlo en portafolios, mochila o simplemente meterlo en la bolsa del mandado.

El libro tiene un diseño ergonómico y es fácil de llevar a donde sea, pues se amolda a mujeres y hombres de todas las complexiones, razas, credos y edades. Es tan portátil que anda por toda la Tierra, yendo y viniendo en bicicleta, motocicleta, barco, tren, autobús, avión y hasta en el transbordador espacial.

EL LIBRO TIENE ENERGÍA ECO-DRIVE®.

El libro no necesita fuentes de energía externas para comunicar sus contenidos científicos, filosóficos y de vida al que se atreve abordarlo. No requiere de baterías alcalinas ni de litio y tampoco exige cables o enchufes especiales para recargar su pantalla de papel. Los dedos deslizándose en cada renglón, el flujo de la mirada y las palpitaciones del lector nutren al libro de acumuladores perpetuos.

Lo puedes abrir o cerrar cuantas veces quieras sin tener que preocuparte en la configuración de su disco duro o en problemas de ajustes visuales o códigos de seguridad. El libro ahí está siempre, listo para ser devorado una y otra vez.

EL LIBRO ES DISPOSITIVO DE ALMACENAMIENTO.

Sin ser un USB (Universal Serial Bus) el libro almacena datos, ya sea por la disposición del índice o por las anotaciones de cada lector. La información que le solicitamos está disponible a toda hora, convirtiéndose en una fuente inagotable de aventuras para adentrarnos en la ciencia, cultura, historia, ficción y poesía, las cuales podemos retrotraer en el instante que así lo anhelemos.

Entre más libros leas más capacidad de almacenamiento y procesamiento concentrarás. Bastará con localizarlos, abrirlos y leerlos para activar su volumen de memoria.

EL LIBRO ES MULTIFUNCIONAL.

Además de cumplir con la valiosa función de abrir una y millones de posibilidades para apreciar la realidad desde una infinidad de perspectivas, el libro es un instrumento multifuncional, porque puede ser utilizado como: pisa-papeles, sombra en caminatas cortas, mata-bichos, peldaño para alcanzar algo, almohada improvisada, estatus para parecer intelectual, arma contra adversarios, guarda-cartas, escondite de flores y guarida de recados.

Es señal para apartar butaca en el cine y sirve como testigo fidedigno para afirmar que todo existe porque en él está contenido. También es cojín para sentarnos en lugares incómodos, cueva de secretos, guarda-billetes, cubre-llovizna e intermediario en citas de amor, negocio o diversión.

El libro al final de cuentas es fábrica de ideas, impulsor de acciones, provocador de fantasías y escapes a mundos inimaginables ¿Aún crees que puede desaparecer de la faz de la tierra?

Mientras tanto proporcionémonos la oportunidad de leerlos. Sintamos el olor a papel y tinta. Hagamos anotaciones en ellos y redescubramos aquellos pasajes significativos que nos quitaron el sueño u orillaron a pensar en imposibles. Interioricemos los mundos que hay en cada uno de ellos, tratando de aprehender sus enseñanzas.

El libro abre puertas y ventanas al entendimiento, análisis y debate -con razón y pasión- y otorga el poder de decisión para actuar en consecuencia. Debemos poner los conocimientos en práctica y cambiar lo inhumano e injusto que todavía impera en el mundo por algo mejor para todos.B. H. G.

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SE PUEDE ACTUAR SIN TEORIZAR, PERO NO SIN PENSAR

ACTUAR SIN TEORIZAR NO ES LO MISMO QUE ACTUAR SIN PENSAR
Por Baltasar Hernández Gómez.


¿Todo acto es consecuencia del pensamiento previo? Tal parece que en la ruta de aceptación general, lo que se actúa (que es una forma elegante de decir lo que se hace o realiza) es resultado directo del pensamiento a priori de los individuos, teniendo una experiencia vivida y que está acompañada de pensamientos y conocimientos. Al respecto deseo puntualizar lo siguiente:

1) Actuar es lo que ha conducido a la humanidad a su existencia y persistencia. El Hombre necesariamente requiere de hechos para dar continuidad a la vida personal y global. Se actúa al cultivar, preservar, comunicar, preservar y transformar, lo cual se traduce en hechos tales como: comer, hablar, caminar, inventar, construir y escribir.

2) Pensar es un acto en sí mismo porque dispone de la voluntad de los sujetos que están dispuestos a transformar su entorno y a ellos mismos. Si una persona tiene frío piensa en alcanzar una posición menos incómoda para vivir y esto se convierte en un acto que toma corporeidad en la necesidad de guarecerse o cubrirse. Pensar no es entonces motivación pura ni mucho menos intención originada por espontaneidad, sino por el contrario, es un acto que lo reivindica como ser que sabe que sabe, que sabe que existe y que sabe que hace.

3) Actuar sin pensar es imposible, no así actuar sin teorizar. Los seguidores de modelos neurocientíficos han establecido que más allá de la conexión cerebro-órganos, las partes del cuerpo tienen “memoria” o “centros” de decisión, que no requieren de la transmisión procesada de pensamientos para llevar a cabo una acción. Más allá de la veracidad comprobable de esta aseveración, lo cierto es que la interconexión de reacciones químicas y eléctricas pueden, en un momento dado, establecer movimientos tan rápidos que escapan a cualquier tipo de medición temporal.

Se cree que hay acciones no pensadas cuando se resuelven casos donde está en juego la sobrevivencia, pero se debe tener presente que esta especie de conciencia intangible es impulsada por el tamaño de la necesidad, los costos de la decisión y la anuencia de los flujos de adrenalina, endorfinas, feromonas, etc., que son elementos no visibles del entramado donde está situado quien realiza la acción.

Por lo mismo, los actos pueden o no venir precedidos de un proceso cognitivo complejo, pero sí acompañado -en simultaneidad- de pensamientos casuales o premeditados in situ, que al final de cuentas son parte del bagaje de conocimientos, pensamientos y experiencias ya vividos o aprendidas, que sirven como puntal para resolver el conflicto que se presenta.

Los actos tienen una carga de pensamientos no procesados en demasía, pensamientos y conocimientos concebidos y por los hechos mismos del momento, pero necesariamente pasan por la creación/recreación de experiencias registradas (en la memoria a corto o largo plazo que no necesariamente nos resultan tangibles), que se dispersan y fusionan en el sujeto actuante en fracciones infinitesimales de tiempo, a fin de resolver los problemas que se enfrentan.

Cosa diferente es actuar sin decisión o a medias, cuando la realización es precedida y permeada por la teorización, o mejor dicho por una endeble o falsa teoría, ya que esto supone dubitación por una toma de decisiones basada en referentes axiológicos (anteponiendo pesos valorativos: bueno-malo, realizable-imposible, etc.).

Esto coloca en su real dimensión a los “teóricos” del puro actuar instintivo (que ciertas personas aseguran que operan cuando hay casos extremos de vida o muerte), pues evidentemente el hacer del Hombre no nace por generación espontánea o producto de emisarios ocultos que, como si fueran “ángeles o demonios” colocados en el imaginario a cada lado de la cabeza, comandan nuestras realizaciones.

Se actúa para vivir, para desarrollarse, para resolver un asunto o para hacer que impere un proyecto, teniendo presente que se puede obtener un resultado a favor o en contra. El acierto o error dependerá de las condiciones físicas, psicológicas, económicas, políticas y sociales donde se desenvuelve la trama. B.H.G.

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viernes, 23 de enero de 2009

FILOSOFÍA POLÍTICA Y POLÍTICA APLICADA

¿CONOCER Y VIVIR TIENE COMO ÚNICO CAMINO LA EXPLICACIÓN DE LAS CAUSAS DE LAS COSAS?
Una definición de política aplicada y filosofía política.
Por Baltasar Hernández Gómez.


Desde la infancia hemos estado acondicionados y re-acondicionados, una y otra vez, en que todo lo que ocurre a nuestro alrededor debe observarse y atesorarse como conocimiento explicativo. Todo tiene que ser visto, analizado, experimentado y comprobado a través de la lógica de causa-efecto.

Así pues los fenómenos sociales, económicos, políticos, culturales y de la vida cotidiana son afirmados con la determinación de que A es la causa por la cual B es efecto y así sucesivamente con todas las relaciones entre sujetos y objetos.

Por tanto, el conocimiento de la civilización occidental está cimentado sobre la base de informaciones, concepciones y actuaciones causales. Todo lo que sea diferente a este método para vivir homogéneamente en “armonía” no le satisfacen. Si no huele ni sabe a lógica científica es una cosa que bien pudiera considerarse desechable o poco seria.

¿El Hombre (mujeres y hombres) y sus causas pueden ser tratados con los parámetros de la naturaleza? Estoy convencido que no, pues la determinación de causa para las situaciones del mundo físico y externo al hombre es cuasi exacta, lo cual no empata con las “indeterminaciones” causales propias del pensamiento y la actuación del Hombre.

La humanidad está con un pie adentro y otro afuera del círculo causal-físico del mundo natural. Por ejemplo: si se observa una ráfaga sostenida de 120 kilómetros por hora se asume que con toda seguridad es causa suficiente para que una estaca colocada en la arena tenga el efecto de caída y arrastre. Si este mismo fenómeno meteorológico impacta contra el Hombre, la causa no puede generar el mismo efecto, toda vez que éste puede correr o resguardarse, por lo que no tendría un efecto de caída como la estaca.

El “indeterminismo causal” es lo que hace del Hombre un ser que transforma sus pensamientos y actos. No es como las cosas naturales que están dispuestas a sufrir de las causas y por tanto se determinan sus efectos. Por el contrario, la humanidad puede emanciparse del destino que hace suponer expectativas verdaderas e inamovibles de los acontecimientos. No hay previsión lógica de efectos “seguros”, pero sí la capacidad para revolucionar lo dado y encaminar las actuaciones y pensamientos hacia lo no previsto.

Un caso concreto lo puedo resumir desde mi perspectiva como politólogo, como sigue: el concepto Poder deriva de una relación de dominio, que al final de cuentas está inscrita en un modelo causa-efecto. Que el líder de una organización tenga poder sobre sus agremiados, significa que es causa del comportamiento de los sindicalistas. Si el líder no existiera o desapareciera, los trabajadores no harían lo que hacen, ya que si actúan de X ó Y forma se debe al Poder que tiene.

Sin embargo, si los trabajadores o alguno de ellos, descubren que el líder no es como parece, ni beneficia a nadie, pueden autoerigirse como independientes, fiscalizando movimientos, compromisos, rutas, discursos y agendas, para luego cambiar el estado de cosas prevaleciente. Los que sufrían el efecto de la causa del líder pueden tomar caminos diferentes a la relación de Poder, es decir, en algún momento dejarían de ser subordinados para otorgar o ceder la relación de dominación a otra persona, o bien, a un órgano colegiado. B.H.G.

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LAS CIVILIZACIONES DE ORIENTE Y OCCIDENTE PIENSAN DE MANERA DIFERENTE


ORIENTE Y OCCIDENTE: DOS UNIVERSOS TAN DISTINTOS
¿Por qué pensamos diferente?
Por Baltasar Hernández Gómez


Una de las causas por las que las civilizaciones de oriente y occidente son tan diferentes es, sin lugar a dudas, la estructura lingüística. Cada lenguaje como modo de comunicación entre los hombres predispone el pensamiento, luego entonces el actuar y la manera de concebir el mundo de la vida.

El lenguaje representa una manera explícita, pero también implícita de ver y dar explicación de lo que pasa en torno al Hombre (mujeres y hombres). Cuando los pensamientos y la representación de los objetos y sujetos se posicionan en un concepto (la palabra como término tangible) se genera un significado.

La cultura milenaria de China tiene una lengua sin lógica gramatical para la determinación de las cosas, es decir, no está basada en la denotación exacta del mundo que se percibe, por lo que las visiones del mundo son profundamente diferentes entre ellos, pero más aún con los extraños a su civilización. Un mismo tema u objeto observado se traduce en muchos mundos de interpretación. La filosofía oriental está condensada en la subjetividad del ideograma o conceptualización de quien trata de interpretar su mundo y el de los demás.

Es difícil crear puentes de tránsito en el entendimiento entre orientales y occidentales, ya que las matrices lingüísticas traen para sí una infinitud de vías lógicas para interiorizar, conceptualizar y aplicar lo que se vive. Por esto mismo no podemos pensar ni reaccionar de igual manera: tenemos una muy disímil mentalidad para significar lo que pensamos y hacemos, empatándolo con el acto de pensar.

Esto en el último de los casos se traduce en acciones diversas. El agua no es simple líquido (inodoro, insaboro e incoloro), sino que es al mismo tiempo agua de lluvia o agua para tomar; agua de mar o de río; agua para bañarse o para regar………ad infinitum.

En Occidente se ha desarrollado un método para vivir que está fundamentado en la lógica-científica, o sea, pensamos asumiendo denotaciones, lo cual trae como resultado la significación y valorización de conceptos y vivencias. El acto de pensar occidental asume conceptualizar lo significado y, por ende, determinado: los occidentales desde que nacen están entrenados en pensar en algo, de algo y a propósito de algo………para llegar a algo.

Los orientales al no utilizar estructura semántica no perciben su mundo por medio de conocimientos descriptivos, que ofrece una explicación focalizada de las cosas. Usan un tipo de significado ideativo, que hace predominar el concepto concebido, amplio y un tanto especulativo-filosófico, para luego llegar a uno o decenas de entendimientos.

En cambio los occidentales piensan en el qué, cómo, cuándo y por qué, recayendo en la más pura lógica de explicación, para encajonar al conocimiento en estructuras definidas por el pensamiento científico, que muchas veces solamente es un conjunto lineal para conocer o creer conocer. B.H.G.

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jueves, 22 de enero de 2009

TÁCTICAS DE PODER: ser hegemónico sin morir en el intento.

SINOPSIS AMPLIADA
LIBRO: TÁCTICAS DE PODER
Autor Baltasar Hernández Gómez

Este texto es un esfuerzo de síntesis para rescatar la praxis de las enseñanzas del padre de la ciencia política, Nicolás Maquivavelo, así como la tradición de pensamiento estratégico de oriente, tal como lo exponen Tsun Su y Lao Tse, entre otros. Hoy en día algunos escritores sistémicos, como es el caso de Robert Greene, han compilado preceptos que hablan sobre el aspecto actitudinal de hacer y comportarse en la esfera de lo político, pero en forma compleja, que muchas veces, satura al lector de anécdotas o ejemplificaciones.

TÁCTICAS DE PODER es un escrito que concentra las fases estratégicas que debe tener una mujer u hombre por controlar su contexto social, dando especial énfasis al conjunto de procedimientos prácticos, para que las personas adopten posiciones reales de poder en las relaciones sociales, políticas y económicas.

TÁCTICAS DE PODER es un libro guía para que las personas se desenvuelvan vigorosamente en su contexto social, cualesquiera que sea su actividad específica, a través de la maximización de su capacidad de liderazgo, planeación y ejecución de estrategias.

Resulta una verdad indiscutible que en cada actividad que se realiza está presente el fenómeno PODER y por esto es primordial conceptualizar una estrategia para la optimización en la toma de decisiones. Todos irremediablemente formamos parte del fenómeno PODER: un gran número de personas actúan empíricamente, obteniendo resultados inconsistentes; otros asumen el rol, pero carecen de modelos para mantener una posición de dominio en forma sustentable.

El concepto PODER se ha convertido en un asunto trascendental para la consecución de todas las actividades sociales, ya que tiene que ver con las aspiraciones tangibles e intangibles del género humano. Quien no tiene PODER o por lo menos un segmento de mando, para direccionar, hacerse escuchar y seguir, se siente inútil. Para muchas personas no tener PODER resulta intolerable, toda vez que los hace sentir desprotegidos para continuar con su modo de vida.

Aspirar a tener PODER implica el compromiso interno de controlar conscientemente el entorno de vida, sin que haya reminiscencia de culpabilidad, ya que el proceso de dominación no se implanta tomando en consideración valores axiológicos. El hombre y la mujer que entra al espectro de PODER no puede pensar en parámetros morales, porque esto lo nulifica. La separación de “lo bueno y lo malo” tiene que ver con una cuestión estrictamente dirigida a intereses.

No puede haber actuaciones, bajo supuestos de buena voluntad o fe (si un familiar o aliado trata siempre de defenderlo, pero sus actos conducen al fracaso será preciso neutralizarlo a como dé lugar, sin pensar en los lazos sanguíneos o de afinidad que existan). Aprender a conducirse con PODER demanda la adopción y adaptación de un conjunto de normas, según sea la circunstancia que se enfrente. A continuación detallo las más importantes características para afrontar situaciones de PODER:
Eliminar los referentes de bondad y maldad.
Erradicar actuaciones pasionales (enojo, prejuicio, amistad, enemistad).
Incorporar el pensamiento “nada es personal”.
Ser objetivo para la determinación de alternativas de ataque y respuesta.
Estar siempre en estado de alerta.
Diagnosticar el curso de los acontecimientos prevalecientes.
Estudiar al adversario y su entorno de desenvolvimiento.
Tener una visión ampliada de las cosas.
Ajustar las tácticas a los acontecimientos que se presenten.
Adoptar tácticas de mimetización y sincretismo.
Ser capaces de mostrar y ocultar a voluntad.

Muchas personas encuentran imposible participar del PODER, anteponiendo la falacia “eso a mí no me importa porque yo no estoy en la política”. Reconocer que todos formamos parte de este fenómeno sociopolítico es atreverse a participar de manera proactiva y no pasiva en su entorno existencial. La vida no se vive con suerte o pensando que el destino coloca a cada quien con su cada cual. Muy por el contrario, el devenir se construye paso a paso con la firmeza de saber dónde se está situado.

Mi opinión es que nadie puede vivir sin una postura digna ante la vida. Nadie puede llegar a ser sin saber qué quiere, cómo lo quiere y cuándo activar las potencialidades humanas y profesionales que posee. Se debe dejar de ser simples receptores y convertirse en hombres y mujeres íntegramente realizados, con pleno conocimiento de las causas, límites y perspectivas, teniendo control de todos los actos que se efectúan.

La mayoría de las personas que desarrollan sus capacidades profesionales en organismos públicos y privados basan su desempeño en esquemas de subordinación lineal, dejando a un lado su potencial profesional y humano, toda vez que se someten a los estándares estructurales para la resolución de la problemática que enfrentan. Ignorar que se está en el “juego” del poder puede ocasionar más pérdidas que ganancias en su vida. B.H.G.

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