ANÁLISIS POLÍTICO Y SOCIAL, MANEJO DE CRISIS, MARKETING, COMUNICACIÓN Y ALTA DIRECCIÓN

Este es un espacio para conceptualizar, analizar, efectuar crítica y proponer estudios sobre política aplicada, marketing, comunicación, educación, métodos aplicados, alta dirección y proyectos sustentables. Contacto:baltasarhernandezgomez1@hotmail.com, baltasarhg@gmail.com

viernes, 26 de agosto de 2011

VOLVER A SER GUERRERO: Una visión para la participación social.


VOLVER A SER GUERRERO
[Un tributo a mi patria chica, el estado de Guerrero, México]
Por Baltasar Hernández Gómez


Soy de la tierra donde los jaguares, todavía, recorren algunas zonas de la sierra madre occidental. Soy de las costas que inundan de brisa mis actos íntimos y externos. Soy de la montaña que derrama olor y nostalgia de la cultura prehispánica y mestiza. Soy de los valles centrales que con las manos de sus artistas pintan de color jícaras y maderas, para enaltecer casas y recintos.

Soy del terruño caliente que empuja a mujeres y hombres a trabajar con lo que ofrece la naturaleza. Soy del universo geográfico que se va al infinito otorgando sonidos y toques de pasado histórico combinados con modernidad. Soy del mundo que se habla con la “CH” porque la mayoría somos “chingones” para efectuar tareas cotidianas y porque la misma “CH” no es la suma de la “C” y la “H”, sino una letra cuyo significado se pronuncia con ese golpe de voz tremendo que es “cha, che, chi, cho y chu”, que sabe decir, pero sobre todo hacer sentir la connotación de miles de palabras en el castellano mexicanizado.

Soy garganta que puede deleitarse al tomar “champurrado”. Soy cuerpo que anda “chirundo” para que el sol palpe los pliegues de la edad. Soy padre de una “chamaca” que con su risa me hace olvidar perfidias. Soy espectador de lo “chando” en que se ha convertido la vida societal y soy estómago que digiere “enchiladas” con un largo sorbo de “chilate” fresco.

Y soy, al igual que otras tres millones ochocientos mil personas, herencia del “aporreadillo”, del “relleno” de cerdo que se mete en un bolillo cocido a leña. Soy, y al ser, somos el pan costeño que se le llama “ponte duro”, que se remoja en café bajado de Atoyac. Soy y somos el “requesón” y el “jocoque” que visten de blanco los frijoles negros. Y a pesar de ser y de que somos parte del ADN de sangre e historia colmada de heroicidad, de escritos universales, de pensadores inmortales, de canciones de amor y pasión, de comida fantástica, de expresiones coloridas en arte y ropa, de costumbres ancestrales que nos reivindican como raza valiente, creativa y noble; nos hemos convertido en piezas de un engranaje social enmohecido que detuvo su andar ante las adversidades.

En lugar de recobrar lo “guerrero” de Guerrero, nos hemos vuelto granos de arena, en entes que no se saben ni reconocen como sujetos activos. Al contrario, de individuos pensantes hemos pasado a formar un ejército de zombis que soportan todo sin hacer nada ante la oleada de barbarie y sin razón. De “guerreros” hemos pasado a ser la cola del atraso nacional; en voz silenciada que todo acata y que siempre va a la retaguardia, en acción paralizada por el terror, el hastío, la indiferencia y la falta de ganas para ser otra cosa de lo que nos hemos transformado. En fin, como dice una estrofa musical….”Soy aquel dolor de ser…..”, perdidos en mil filosofías y con las coyunturas del cuerpo adormecidas que admiten la infamia de la miseria política, social y económica como si fuera algo imposible de erradicar.

En el instante sublime que tenemos para transformar las amenazas en oportunidades de crecimiento, devolver los ojos y los corazones a lo humano, de recuperar el amor, la solidaridad, compromiso y solidaridad, para hacer de Guerrero, México y el planeta sitios de convivencia armónica; nos hemos visto opacados, discriminados y despreciados por nosotros mismos.

Las preguntas circundan los pensamientos y nos hay respuestas a bote ponto ¿Cuándo es la hora de la metamorfosis? ¿Hasta que llegue la muerte a las casas? ¿Hasta que estemos falleciendo de hambre por la falta de empleos? ¿Hasta que las enfermedades producidas por la pobreza física y mental nos quiten las fuerzas por vivir? ¿Hasta que nos golpeen, roben, secuestren o desaparezcan? ¿Hasta que los malos políticos nos arrebaten todo el patrimonio que aún nos queda? ¿Hasta que el amigo, vecino, compañero o familiar se conviertan en enemigos por hambre y sed de justicia o simplemente por supervivencia?

Estoy seguro que no, pues la situación que padecemos (inseguridad, crisis, demérito de valores, autoritarismo, engaños, etc.) debe ser catapulta para que comencemos a participar conscientemente en la construcción de un país con mayor calidad de vida. Lo único que nos queda por hacer es luchar en nuestros entornos de existencia y así realmente cambiar para bien. Tenemos que luchar para hacer de nuestras casas lugares democráticos, abiertos e incluyentes. Pugnemos porque en nuestros trabajos haya compañerismo para realizar labores que coadyuven a prosperar lo espiritual y material en su justo equilibrio. Debemos pugnar para salir a las calles y exigir respeto y cumplimiento de las promesas ofertadas en campañas. Hay que quitar el velo de la ignorancia y la apatía y así nos sea devuelto el asombro por ser verdaderos arquitectos de luz y paz.

No queda de otra más que hacer de los guerrerenses “guerreros” para que no haya miserias. Hagamos del estado, de México y la Tierra espacios para el desarrollo igualitario y permanente donde niños, jóvenes y adultos puedan disfrutar de todas las maravillas que nos ofrece el mundo de la vida. Estoy convencido que un buen plato de pozole verde puede ser la gran ocasión para el regocijo y la recarga de energía. No permitamos que los asesinos de cuerpos y almas nos sigan robando lo que es nuestro. En las marchas se sigue escuchando ¡El pueblo unido jamás será vencido! ¿Será?...............Seguro que sí.
B.H.G. baltasarhernandez@gomez1otmail.com, baltasarhg@gmail.com, www.baltasarhernandezgomez.blogspot.com

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jueves, 18 de agosto de 2011

REGLAS BÁSICAS DE LA PROPAGANDA POLÍTICA


REGLAS BÁSICAS DE LA PROPAGANDA POLÍTICA
Por Baltasar Hernández Gómez
[Politólogo certificado, experto en análisis y marketing político. Escritor, comunicador y catedrático]


Las campañas políticas 2012 no arrancarán en enero próximo, sino en el hoy y ahora de los relojes partidistas, que están adelantados por los intereses de grupos hegemónicos al interior de sus cúpulas, que desean impulsar a sus candidatos a puestos de elección popular, para sacar ventaja sobre contrincantes de adentro, pero sobre todo de afuera. Así entonces la ciudadanía inmersa en la posmodernidad percibe una carga de propaganda política, que pretende arrancar preferencias, intenciones, para luego convertir esto aceptación y votos contantes y sonantes en las urnas.

En medio de una vorágine de imágenes audiovisuales que somete al razonamiento y al sensus a un universo de sí-no, de bueno-malo, de eficacia-ineptitud y correcto-incorrecto, es imprescindible que se brinde conocimiento sobre el fenómeno identificado como propaganda política, a través del conocimiento de reglas básicas con las que se construyen mensajes políticos. Saberlas no significa estar blindados ante el cúmulo comunicacional que inunda la esfera no solamente pública, sino privada. Tampoco representa la panacea para que los empíricos de la política se crean y hagan creer que pueden realizar una campaña estratégica en el ámbito de lo político.

A continuación explico las seis reglas más utilizadas para conformar propaganda política eficaz:

REGLA DE LA SIMPLIFACIÓN.-
La propaganda política debe construirse para que sea adecuadamente recibida por el auditorio, es decir, que sea simple (objetiva y sencilla), entendible y repetible. Todos y cada uno de los signos, símbolos y señales que se moldeen tendrán que ser, traducidos en imágenes, discursos y despliegue táctico/logístico, para alentar la comprensión, memorización y consenso del mercado político.

La comunicación verbal y no verbal [vestimenta, comportamiento, mensajes, imágenes, lemas, plataformas, principios, entrevistas y todo propagandístico] tiene que estipularse para alcanzar contacto directo e impacto positivo en la ciudadanía. Como dice el refrán mexicano ¿Para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo?, que es lo mismo a evitar -a toda costa- mensajes recargados e incomprensibles.

Se hace necesaria la planificación, organización y ejecución de propaganda exitosa, basada en la precisión de la hechura y transmisión de mensajes, para evitar confusiones o cualquier tipo de conflictos que hagan que los auditorios desvíen su preferencia, debido a complejidades en el entendimiento, saturación audiovisual u ostentación. El producto político, sea éste partido, sindicato o instituciones públicas y privadas, debe encontrar el punto exacto de sencillez, a efecto de que sea admitido como opción preferente.

REGLA DEL ENEMIGO FOCALIZADO.-
Para captar al mayor número de audiencias es primordial que se imponga un símbolo contrario, o sea, crear la figura del enemigo focalizado o único, con el propósito de que los grupos o personas adherentes a la causa tengan oportunidad y motivo para descargar fobias, sentimientos encontrados o experiencias negativas. En todas fábulas, cuentos, novelas y películas hay una reproducción de la lucha entre el héroe y el villano. David y Goliat; Moisés y el faraón de Egipto; Indiana Jones y los nazis; Luke Skywalker y Darth Vader; Caperucita roja y el lobo feroz; Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa versus Andrés M. López Obrador, entre otros cientos de personajes reales, bíblicos o ficticios, dan cuenta que la regla del enemigo focalizado realza la penetración de un suceso, trama o persona en la psique social.

Dotar al mercado político de un enemigo único hace que se maximicen los errores y debilidades del contrincante, lo cual potencia las fortalezas del producto político que se está impulsando. El “otro” o “los otros” tendrán que lidiar no solamente con los problemas coyunturales, sino con los símbolos mediáticos y hasta culturales que demeritan su imagen y presencia. No todos los partidos, no todos los candidatos, no todas las posturas y no todas las acciones tienen que ser manejadas como negativas, sino la que más incida en su estrategia.

Por ejemplo, en un debate televisivo, el candidato X no debe enfilar baterías de ataque a todos los contrincantes, sino preferentemente a uno, al que en ese momento tenga la curva de atención más elevada. El ataque, indiscutiblemente, no se realiza con groserías o desplantes innecesarios, sino con el uso adecuado de datos tangibles y símbolos que descubran fallas, incumplimientos o malos manejos.

Así pues, el enemigo más poderoso tiene que ser tomado como “único”, a fin de que el producto político a propulsar, junto con los otros oponentes, que no se sienten embestidos, desarrolle tácticas que disminuyan la credibilidad y posicionamiento del contrario.

REGLA DE DESFIGURACIÓN-EXAGERACIÓN.-
Este lineamiento va a ser utilizado para extender una noticia, desaguisado o error de los contrarios y, al mismo tiempo, potenciar los datos y hechos altamente favorables para el candidato que se está propulsando. Exagerar logros propios y exagerar las derrotas, pérdidas y faltas de los contrincantes será regla fundamental para que los sectores sociales identifiquen los sellos de los candidatos, poniendo en la cima al nuestro.

Si los oponentes son extrovertidos no hay mejor propaganda negativa que tomar sus movimientos kinésicos, frases y despliegues para presentarlos como personas dramáticas, obsesivas-compulsivas, hiperactivas o con perfiles autoritarios a la audiencia receptora de los medios masivos de comunicación. En otros casos, cuando los oponentes son introvertidos o de difícil manejo público, hay que inyectar una fuerte dosis de crítica hacia los silencios, pausas o malos manejos de frases y acciones durante su trayectoria de vida y en campaña, a efecto que los ubiquen como sujetos grises, opacos y con escasas fortalezas para tomar decisiones acertadas para la generalidad.

REGLA DE LA ORQUESTACIÓN.-
Orquestar es vincular y sistematizar. La estrategia propagandística debe sustentarse en la vinculación de los objetivos, alcances y recursos que tenga el producto político, con el propósito de mostrarlo de la misma forma siempre, es decir, la sistematización debe convertirse en una repetición planificada, para que los auditorios sitúen al candidato en las preferencias sin caer en hartazgo, que luego termine en el fastidio o la separación.

Tiene que sistematizarse el diseño construcción, difusión y manejo de lemas, frases, discursos, posturas de imagen, temas centrales, resultados obtenidos, etc., para que el producto político sea recordado favorablemente por los distintos grupos sociales. Si se dice algo y luego existe contradicción, en lugar de transmitir constancia y seguridad, se estará anteponiendo un halo de inseguridad y volubilidad y eso no puede permitirse. La regla puede concentrarse en la siguiente oración: “Repetir, repetir y seguir repitiendo lo que se planeó, lo que sirve y funciona, desechando lo ineficaz”.

REGLA DE TRANSFUSIÓN.-
Toda la campaña tiene que tener un sustento más allá de la realidad objetivada. La transfusión está referida a incorporar signos preexistentes en el imaginario colectivo. Hay que propagar no sólo datos, sino ideas que muchas de las veces tienen que ser aderezadas con pensamientos (algunos denominan “mitos”) nacionalistas, históricos y de éxito a toda prueba, con el fin de unificar criterios, voluntades y aceptaciones, pero también para el fomento de fobias/rechazos hacia lo que suene extranjerizante, antipatriótico, inseguro, inmoral e inhumano.

Hacer uso de estereotipos de “lo bueno” (en nuestro producto) y de “lo malo” (en los opositores) es fórmula que ha comprobado efectividad y por eso debe ser retomado en el plano interno. La transfusión consiste en energizar al producto político de los valores positivos de una etapa histórica, de un triunfo político, deportivo, intelectual, etc. En el otro cuadrante, la transfusión tiene que ver con los aspectos más negativos de sucesos sociales, familiares, personales, académicos, políticos, etc., lo cual suma votos a la causa.

REGLA DE LA UNANIMIDAD-CONTAGIO.-
Una de las finalidades de la propaganda política consiste en crear y recrear percepciones, sentimientos y luego perfiles de conducta en las audiencias que vayan conformando “contagio”, es decir, que haya una réplica empática sobre una decisión, valor, símbolo, promesa y apoyo emitido por el producto político. A esto se le llama también regla de unanimidad, pues se trata de que la gente se conduzca bajo el supuesto de que no puede ir contra la generalidad, porque ésta presumiblemente está en lo correcto.

¿Cómo se consigue? A través de la programación sistemática de mensajes políticos, spots, entrevistas, noticias y presencia en vivo y por medio de los mass media (diarios, radio, televisión, internet, impresos, etc.), a efecto de transmitir un conjunto de posiciones ideológicas que remarquen en el mercado político su predilección. Al final de cuentas la unanimidad y el contagio es integración, lo cual se necesita en grandes cantidades para aumentar el capital político suficiente para ganar una elección.
B.H.G Ω baltasarhernandezgomez1@hotmail.com, baltasarhg@gmail.com , www.baltasarhernandezgomez.blogspot.com

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jueves, 11 de agosto de 2011

POSICIONAMIENTO DE PRODUCTOS POLÍTICOS: razón y sensus.


EJES FUNDAMENTALES PARA LOGRAR POSICIONAMIENTO POLÍTICO.
Por Baltasar Hernández Gómez.
[Politólogo certificado, experto en marketing político e institucional, comunicólogo y escritor]


Uno de los ejes fundamentales del marketing político es el posicionamiento del producto político (candidato, partido, organización social, institución pública, sindicato, etc.) en un sitio privilegiado que sea visible y poderoso. Luego del estudio, diagnóstico del mercado político y la planificación de la estrategia, el posicionamiento puede lograrse a través de una campaña que use argumentos sustentados en la razón, pero sobre todo por medio de prácticas persuasivas. No se trata solamente de ganar adeptos a las causas políticas, sino de estabilizar la colocación del sujeto u organismo, a fin de que los apoyos consoliden la curva de participación, confianza y compromiso, o bien, abandono/repudio de posiciones opositoras.

Posicionar significa mover hacia arriba o hacia los lados (a favor de la causa propia), pero también hacia abajo (en el caso de los contrarios) los grados de aceptación consciente y emotiva de las personas, lo cual permite conseguir tres cosas:

1.- Que el público meta (sectores sociales a los que nos dirigimos primordialmente) reafirme su preferencia. Esto significa producir y reproducir adherentes y votos.

2.- Qué el público “neutro” termine por inclinarse a favor del producto político.

3.- Que los opositores suavicen sus posturas, o bien, que asuman simpatía por el producto político e incluso cambien a su cuadrante.

Las fortalezas del posicionamiento no están vinculadas a la acumulación de recursos puramente técnicos, humanos y financieros, sino al empleo efectivo y eficaz de elementos persuasivos, teniendo como base elementos emocionales, que puedan impactar los sentidos públicos (muchos autores denominan este proceso integral como “motor de la sensualidad difuminada en el corpus societal”). De tal manera que el posicionamiento está centrado en la imposición consensuada de los siguientes detonantes subliminales:

Lógica: “El sentido común y las evidencias comprueban que nuestro producto es el mejor”.

Culpabilidad: “Me lo deben….Pueden perder………….Si no lo hacen…….”

Afecto: “Si me aprecias y eres agradecido y buen ciudadano……”

Temor: “”De lo contrario no hay garantía de nada. No sabemos qué pasaría…..”

Autoridad: “Tengo derecho a…..Me lo he ganado con mis esfuerzo y mis hechos…..”

Poder: “Tengo las posibilidades reales de hacer, de cumplir, de hacer crecer……”

Promesas: “Hoy por mí, mañana por ti…….Yo sí cumpliré….”

Amenazas: “No se lamenten de lo mal que pueda pasar….Sin mí no hay desarrollo ni seguridad…”

Esperanza: “Estaremos mejor mañana…..Conmigo viene lo bueno….”

En los mensajes políticos tienen que introducirse elementos lógicos (tangibles) y emocionales (intangibles) que amalgamen un posicionamiento objetivo-subjetivo en los votantes sólidos, potenciales y contrarios. En este sentido, los argumentos lógicos fortalecen la idea de la experiencia, conocimiento y trayectoria exitosa, que pueden medirse y exponerse a través de cifras, fotografías, videos, reconocimientos públicos y/o privados, así como en la aprobación de personas de diferentes estratos sociales.

Los argumentos emocionales forman parte del universo simbólico de la modernidad que van dirigidos a retrotraer el sistema cultural, familiar, educativo y hasta religioso de los diferentes auditorios. Dichas manifestaciones están focalizadas a promover el disparo de sentimientos en lugar de anteponer razonamientos puros. Las emociones consolidan el imaginario de la psique social y lo ubican en la predilección del producto político, para luego determinar la conducta de los simpatizantes. Esto permite que exista sumatoria continua de convencimiento.

No hay que olvidar que convencer es vencer y qué mejor cosa que alcanzar el posicionamiento del producto político con sentimientos estimulados por una campaña que magnifica el sensus humano hacia una causa sustentada también en lo fáctico-comprobable.

Cuando se toca la emoción se orilla a pensar y sentir en lo ”nuestro”, en patriotismo, en lo que es bueno y justo, en lo que es verdadero y duradero, en los que es solidario y compartido, en los que es liberador. Detrás de la persuasión emotiva hay una amalgama de filias y fobias [las primeras deben maximizarse y las segundas minimizarse] que pueden afianzar o desviar la atención hacia el producto político y los oponentes.

Luego entonces, la estrategia del posicionamiento debe ubicarse en el justo medio de mensajes objetivos/lógicos y persuasivos/emocionales, con el propósito de “redondear” los perfiles del producto político, definiéndolo por encima de los “otros”. En la práctica de campaña de marketing político-electoral o institucional, la estructura comunicacional de los mensajes están enfocadas en crear argumentos, promesas, amenazas, redefinición de decisiones y el aprovechamiento de las coyunturas para el mejoramiento.

Los lemas primarios y secundarios, logotipos, colores, trazos, discursos, giras de contacto y entrevistas deben dirigirse al público, de acuerdo a las situaciones económicas, culturales, académicas y sociales, a fin de que el producto político salga de la “vitrina de promoción” y se sitúe en el posicionamiento que se requiere para obtener mayorías. Todo esto sin caer en la saturación que acaba por alejar al mercado político de las metas preestablecidas.

Desde ahora y hasta el desarrollo formal de las campañas electorales de 2012 los partidos en México harán uso de esta técnica del marketing político, con el objetivo de impactar a los diferentes auditorios. El PRI propagará la nostalgia de tiempos institucionales, de la construcción y mantenimiento de causas sociales; del nuevo rostro organizacional y formas de hacer las tareas nacionales. Rostros, discursos y actividades populares serán común denominador para ganar votos en amplias audiencias de primera y hasta tercera incursión, o sea, jóvenes de entre 18 y 24 años de edad; de rechazo a las políticas panistas que han traído crisis, desempleo, pobreza, falta de oportunidades, deficientes servicios e inseguridad pública.

El PAN se opondrá a las prácticas clientelares del centro y la izquierda política, reforzará sus mensajes de estabilidad y cambio, de combate al crimen organizado, pero por encima de todo, de evitar a toda costa regresar a los regímenes autoritarios, mesiánicos y antidemocráticos. El partido en el gobierno renovará su estrategia de difundir información clasificada y negativa de gobernantes, líderes y legisladores de la oposición, así como aliados, a efecto de consolidar una plataforma “de corte ciudadano”, al estilo Fox o Calderón. Los elementos que va a utilizar connotan debilidad, más aún cuando un gran porcentaje de mexicanos han expresado rechazo a la ineficacia administrativa gubernamental. Pese a lo anterior, el discurso de rescate y lealtad del PAN es ahora el principal soporte de campaña, apoyado en la transmisión de imágenes y palabras que desvíen la crítica ciudadana, a fin de minimizar los ataques de un PRI que ha estado posicionándose a lo largo y ancho del país.

El PRD hará un ataque feroz contra el neoliberalismo panista que ha provocado mayor pobreza, corrupción y violencia, pero al mismo tiempo atacará al “enemigo tricolor”, inyectando en el imaginario colectivo la idea de que se caería en una situación de peligro si el PRI retornara al poder. La pugna no sólo será hacia afuera, sino principalmente al interior de sus órganos de decisión y organización. Morena, Convergencia (ahora Movimiento Ciudadano), partido del Trabajo harán lo propio posicionamiento, pues la candidatura de Andrés Manuel López Obrador cuenta todavía con un capital de seguidores en estados del Centro, Pacífico, Golfo y Sur-sureste de la República mexicana……..B.H.G. Ω

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jueves, 4 de agosto de 2011

EL ARMA SECRETA PARA LAS ELECCIONES 2012 EN MÉXICO


EL ARMA SECRETA EN LA ELECCIÓN DE 2012 EN MÉXICO.
Por Baltasar Hernández Gómez.


A pesar de que la representación oficial de la democracia mexicana intentan hacer creer que el país está transitando a un estadio estabilizador en el plano político, pese a las fluctuaciones sociales, económicas y a las inconsistencias creadas por la partidocracia, lo cierto es que la política ha sido trasladada al campo de las percepciones. Sí, la actividad política que supuestamente tiene una cobertura de cultura ciudadana, está puesta en el terreno de las apreciaciones, sobre todo las generadas por los organismos e individuos pertenecientes a la esfera del poder político y el imperio mediático.

Con toda la cauda de recursos financieros, materiales, técnicos y humanos destinados al marketing y propaganda institucional, la percepción civil se ve obligada a observar una danza de flashes de un México distinto y distante a lo que ocurre verdaderamente en las calles. Sin embargo, el sensus mexicano que cada vez más es víctima o testigo directo de la barbarie, aprecia un estado crítico donde proliferan los estragos producidos por la ineficacia, autismo e irresponsabilidad de los órganos que integran al Estado mexicano. La ciudadanía siente en carne propia la violencia física y psicológica, desempleo, pocas oportunidades de desarrollo, pobreza, enfermedades y muertes por doquier, lo cual disminuye el grado de interés, aprobación, apoyo, acción y legitimación en su universo existencial próximo y futuro.

A menos de un año que se concrete la elección federal 2012 la percepción nacional hacia los gobiernos, dependencias encargadas de seguridad, procuración y administración de justicia, iglesias y partidos políticos, entre otras decenas de instituciones públicas y privadas, es altamente negativa. Todo lo que surge de las entrañas del poder político y económico es visto como perversión que trata de mantener equilibrios, mientras el país se debate entre la vida y la muerte. Ante este panorama de desconfianza, la legalidad y legitimidad se pierden a velocidad luz, rompiendo con la cohesión entre los actores políticos.

El sistema político mexicano no le apuesta a la eficiencia y mucho menos al trabajo eficaz continuo, que dote a la ciudadanía de programas sustentables que lleguen al corpus societal por medio de empleos, créditos productivos, seguridad, servicios públicos, vivienda, centros hospitalarios, medicinas, escuelas dignas, etc.; sino al ocultamiento de los actos que forjan los grupos dominantes. En el ámbito electoral esta situación de inconformidad da como resultado un estado de tensa calma, como si se tratara de una olla express sobrecargada que, a punto de estallar, sólo deja escapar el “silbido” de la válvula de presión, que presumiblemente asegura cero derrames peligrosos, pero que termina por expeler masas y líquidos mortales. El resultado final es observado sin subjetividades en el abandono de las urnas de manera consciente y premeditada.

A casi doce años de que las apariciones y dichos de Vicente Fox Quesada ganaran el porcentaje suficiente de “esperanza” de una sociedad cansada por siete décadas de regímenes priistas y llegar a la silla presidencial, México se encuentra ahora al borde de regresar a lo que en ese entonces era considerado nefasto, autoritario y horrendo. Las administraciones panistas, llenas de palabras e imágenes de superación personal y religiosas, de dobles discursos, de moralidades falsas, de corrupciones financieras, de falta de compromiso, de ideología conservadora, de posiciones parcializadas que desataron los demonios de inseguridad, pobreza extrema, ignorancia y desinformación; están enfrentadas a una realidad impensable: verse sin apoyo social. Los panistas, divididos en calderonistas, foxistas, maderistas, creelistas, vazquistas, lujambistas o espinistas, se sienten indefensos ante la oleada tricolor que, no obstante concertacesiones políticas, prebendas económicas y protecciones de todo tipo, rebasó el “cerco blanquiazul”.

Desde 2009 el PRI y las coaliciones satelitales que lo acompañan han venido ganando más gubernaturas, diputaciones y presidencias municipales, mientras que el PAN involuciona a su estructura original como “grupo de notables”, perdiendo registros estatales (el estado de Guerrero por ejemplo), militantes y simpatizantes debido a las constantes y crecientes pugnas internas, pero sobre todo por la estela de corrupciones de sus miembros prominentes. Si el horizonte panista se reduce, el perredista también y con mayor rapidez, pues el PAN, como quiera que sea, tiene todavía el control formal de los aparatos estatales [represivos e ideológicos], que se traducen en puestos públicos, dinero, canonjías, dineros y materiales logísticos; pero el PRD tiene cada vez menos posibilidades para sacar recursos que apuntalen sus proyectos de manutención y/o crecimiento.

Desde la óptica del PRI, 2012 será un escenario político favorable. Da por hecho que ganará con 35 puntos porcentuales de diferencia frente al PAN o PRD (según sea el segundo lugar de la contienda). Está convencido que salvaguardando su alianza con el partido Verde Ecologista de México y con Nueva Alianza logrará una votación hegemónica. El PAN cree -a cuenta gotas- que la estela dejada por el foxismo-sahagunismo y las acciones emprendidas por Calderón Hinojosa serán suficientes para mantenerse en el poder. Claro que dicha aseveración es de dientes para afuera, porque en la intimidad hasta Vicente Fox y destacados panistas en funciones, pero también en retirada, consideran como un hecho indudable el regreso del PRI a Los Pinos.

Felipe Calderón no pudo conformar un gobierno siquiera decente, pues 5 años de gestión se han perdido en una guerra fallida contra el crimen organizado y en resolver los trastornos acarreados por la crisis económica mundial desde 2008. Los presumibles puntales del calderonismo en lugar de traer beneficios sensibles, produjeron insensibilidad, desconfianza extrema, pobreza creciente y nulas posibilidades de crecimiento personal o grupal. En el plano político Calderón Hinojosa no moldeó cuadros políticos, no fortaleció a su partido, pues lo único que hizo fue imponerle liderazgos a modo, que destrozaron la apertura democrática y la acción nacional en sus órganos de decisión.

El presidente cree ciegamente en algunos de sus subalternos cuando le repiten al oído que en algún lugar muy bien resguardado está escondida el “arma secreta” para vencer a sus enemigos. Uno de los funcionarios susurrantes es Genaro García Luna, toda vez que su capital y fuerza que lo ha sostenido pese a sus detractores, es la sistematización y manejo de información de inteligencia sobre la vida pública y privada de políticos, gobernantes, burócratas, legisladores, jueces, miembros de las fuerzas armadas, banqueros, industriales y comerciantes. Muchos dicen que hasta las ligas con las mafias le proporcionan blindaje transexenal.

El ingeniero mecánico García Luna, convertido en experto en seguridad pública desde hace 21 años, aplica la tesis de que información es poder y lo ha puesto en funcionamiento poniendo en jaque a amigos, aliados y enemigos, pues el cúmulo de datos profesionales, laborales, financieros y personales tienen un peso específico para que él y su equipo de trabajo deambulen por Los Pinos, instituciones públicas y privadas y calles de México con desparpajo e impunidad. Sus archivos físicos y digitalizados le dan manto de impenetrabilidad y perpetuidad, toda vez que el titular de la SSPF no es cuestionado y mucho menos removido de su cargo. Ni militares, marinos, políticos o funcionarios lo pueden tocar atrás o enfrente del ciudadano presidente. Algo tiene, algo guarda, que resulta de vital trascendencia para los “tomadores de decisiones”.

Aunado a esto, la autorización y protección de agentes de espionaje e investigación de Estados Unidos de Norteamérica proporcionan a la presidencia, García Luna, Sedena, Marina, Gobernación, Cisen y PGR, diversas fuentes de información clasificada, que pueden ser el factor por medio del cual la cofradía de seguridad pública desestabilice las elecciones futuras a su favor. A este estadio de inestabilidad, zozobra, terror y muerte le apuesta Calderón Hinojosa y los detentadores del poder.

Los priistas lo saben. Tan es así que, desde las catacumbas han empezado a efectuar labores de contraespionaje y reavivamiento de relaciones con diferentes sectores de poder, tanto constitucionales como metaconstitucionales. El PRI no murió en el año 2000, sino por el contrario ha persistido en su empeño de afianzar sus estructuras de control, presión y acumulación de fuerzas, que manejan a la perfección desde la década de los 30´s del siglo XX. El dinosaurio siguió vivo, aceitó sus articulaciones, mientras que los promotores iniciales de la “transición”, que nunca llegó a configurarse, porque sólo llegó a alternancia, se ajustaron al modelo de transacción y modus operandi establecido por lo que ellos mismos llamaron en su momento el viejo régimen.

Desde fuera de las instituciones -que por más de setenta años encabezaron- el PRI comenzó a ganar espacios políticos, administrativos y legislativos. Jamás dejó de operar lo que sabe hacer bien, o sea, allegarse votos por diferentes vías, como por ejemplo reingeniería electoral, programas clientelares, marketing y propaganda; compra-venta de información clasificada, etc. Repitiendo los lemas usados en campaña por el expresidente Zedillo Ponce de León “El PRI sabe cómo hacerlo. El PRI sí sabe gobernar”, este partido está atesorando, analizando, filtrando y manejando información sobre actos de corrupción, enriquecimientos inexplicables, concertaciones secretas, nepotismo y otros menesteres apócrifos que han realizado políticos, familiares, aliados y protegidos del presidencialismo panista. Lo anterior va acompañado por un creciente activismo de su organización territorial, reagrupamiento de sectores, intereses y perspectivas, con base en conceptos cuasi mágicos utilizados por la clase política mexicana: unidad, disciplina y lealtad a toda prueba.

En el caso del PRD, las pugnas intestinas lo pueden arrinconar y poner en una situación de alta volatilidad, que lo colocarían en una posición desventajosa frente al PRI, que es el verdadero enemigo a vencer. Los perredistas dependen hoy en día de arreglos cupulares y movimientos geográficos, pues muchos avances han sido transados con los otrora enemigos políticos, alcanzando beneficios a corto plazo en lo concerniente al reparto de plazas administrativas y políticas en entidades y municipalidades focalizadas. En la primera semana del mes de agosto 2011 la presidencia del PRD y los líderes de corrientes comandadas por Jesús Ortega y Jesús Zambrano (los Chuchos, pues) ya dieron su voto adelantado a favor de Marcelo Ebrard, a fin de que sea él y nadie más que él el candidato de izquierda para alcanzar la presidencia de la República. Ebrard asiente, sonríe, se exhibe con su novia hondureña en una revista frívola del mundo del espectáculo. Lo han hecho pensar que es el mejor hombre para ganar la banda presidencial, distanciándolo de su exjefe, amigo y aliado Andrés Manuel López Obrador.

López Obrador por su parte no se quedó entumecido, ni mudo y mucho menos alejado de la base social. Por el contrario se puso a trabajar desde 2007 con los partidos del Trabajo y Convergencia (hoy denominado “Movimiento Ciudadano”, echando a andar el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena por sus siglas) para alcanzar la candidatura de la “izquierda mexicana”, incluyendo al PRD, que en los años recientes intenta cerrar compuertas al menor asomo del lópezobradorismo. A López Obrador lo han tratado de opacar, denostar y poner en el sitio más apartado del universo político, pero ni las cúpulas chuchistas, los arreglos con facciones opositoras lo han podido derrotar, pues el capital logrado en 2006 le proporciona un capital político indiscutible y calidad de decisión dentro y fuera del partido negro-amarillo.

A muchos se les olvida que estuvo a un pelo de gato de ser presidente de México (muchos analistas, intelectuales, pero sobre todo ciudadanos con y sin partido siguen afirmando que ganó legítimamente la elección federal 2006) y que eso le brinda la posibilidad real y concreta de encabezar, de nueva cuenta, el estandarte de la democracia, desde una perspectiva diferente a la de priistas, panistas y perredistas orgánicos a favor del mexican way of life.

En este ambiente de incertidumbre, el “as” calderonista, el arma secreta que presumiblemente vencerá a los enemigos y recompondrá la percepción negativa que tiene la mayoría de la sociedad hacia las administraciones panistas y, en especial del todavía presidente de la República, está a punto de irrumpir en el cuadrante derecho de la mesa del póker en que se ha convertido el sistema político. El arma de la información negra sobre partidos, políticos, legisladores, jueces, militares, marinos, etc. está pendiendo como espada de Damocles en el escenario de la realpolitik. El PRI tiene -aún cuando lo niegue o no lo quiera descubrir- una estrategia centrada en la agresividad de su discurso y acción [el caso de Humberto Moreira, líder nacional de dicho partido, es la tendencia más visible], que le otorga la posibilidad de obtener miles de votos, como sea y a como dé lugar en la mayoría de los estados.

Los políticos con bocas grandes, movimientos estridentes, pero también con colas largas; de empresarios rescatados con fondos y favores públicos; de mujeres y hombres apoyados por organizaciones oscuras; de narcotraficantes de “gran calado” que, posiblemente desde hace algunos meses ya están detenidos, pero que aparecerán a luz de la opinión pública como recién capturados; pueden ser ingredientes del caldo de cultivo para que el actual mandatario federal y su grupo recuperen porcentajes de aceptación para el 2012. Las detenciones judiciales serán uno de los componentes para detener candidaturas o inclinar, para uno u otro lado, la balanza política-electoral. Ni más ni menos.

Desafortunadamente para la generalidad social la política estará recubierta de pragmatismo puro sin que haya mediación de racionalidad, estatutos, principios, valores, objetivos, idearios y metas para hacer del país un sitio digno para vivir. Los mexicanos sin canonjías seguirán subsistiendo en la mar del encubrimiento elitista, pues parece que se ha hecho realidad que cuando la clase dominante y más precisamente la “familia del poder” cae en desgracia, ocurren dos cosas: 1) O se compactan en búnkeres de protección legal y mediática a toda prueba o 2) Dejan caer a una o dos personalidades para desviar el torrente en contra y así solventar crisis.

¿Alcanzarán 11 meses para recomponer la visible debacle presidencialista y, por ende, panista, para así catapultarse a la conservación del poder formal? ¿Será verdad que seremos testigos y hasta participantes de la ganancia totalizadora del PRI y el acabose del PRD como partido importante? ¿Repetirá la hazaña electoral López Obrador o cederá su empuje y capital a Marcelo Ebrard? Los dardos vuelan rumbo al 2012. B.H.G. Ω

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