ANÁLISIS POLÍTICO Y SOCIAL, MANEJO DE CRISIS, MARKETING, COMUNICACIÓN Y ALTA DIRECCIÓN

Este es un espacio para conceptualizar, analizar, efectuar crítica y proponer estudios sobre política aplicada, marketing, comunicación, educación, métodos aplicados, alta dirección y proyectos sustentables. Contacto:baltasarhernandezgomez1@hotmail.com, baltasarhg@gmail.com

viernes, 30 de septiembre de 2011

ERRADICACIÓN DE LOS ADULADORES EN LA PRAXIS POLÍTICA


EN LA PRAXIS POLÍTICA NO DEBE DARSE CABIDA A LOS ADULADORES
Por Baltasar Hernández Gómez.


Para cualquier persona con un mínimo de sentido común los aduladores son entes perjudiciales que impiden la mejor toma de decisiones. Sin embargo, todavía existen líderes, políticos y gobernantes que se dejan embelesar por el “canto de las sirenas”, permitiendo que su inclinación por los halagos ofusque su razonamiento. Si un político se encuentra en este sitio de manipulación, no podrá tener objetividad, ya que los aduladores siempre muestran opiniones exageradamente positivas, que imposibilitan el diagnóstico, estrategia y operación a mediano y largo plazo.

Los serviles representan un serio problema para la praxis política, ya que aparte de degradar el pensamiento y las acciones del detentador de Poder, lo encaminan a la insensibilidad e indiferencia social. La manipulación de terceras personas sobre los políticos minimiza las virtudes empleadas para la conquista del Poder: astucia, inteligencia, análisis, prevención, personalidad, entre otros recursos.

Hay de aduladores a aduladores y los más peligrosos son aquellos que utilizan la persuasión que, al convencer con sus opiniones, van forjando un nivel de Poder para ellos mismos. Muchos psicólogos han establecido que muchos sujetos sociales pierden la dimensión de la realidad ante la lisonja y los halagos, siendo secuestrados en una burbuja que los separa de la realidad.

Por tanto, resulta inaplazable deshacerse de los aduladores, para evitar peligros que trastoquen en forma alarmante el equilibrio del Poder. Una táctica es convencerlos que no hay interés en escuchar elogios y que es preferible saber la realidad de las cosas, sin maquillajes. La “verdad” cobra en este contexto una connotación que permitirá poner en la superficie las intenciones ocultas de este tipo de personajes. O se limitan a trabajar y a dar resultados o pierden cualquier tipo de jerarquización y canonjías.

Se debe insistir que no habrá ofensa si se conocen percepciones negativas hacia su persona e incluso observaciones sobre errores. Los aduladores se sentirán confiados para decir con libertad y entonces el político o gobernante tendrá tiempo para obtener consejos de especialistas en los temas importantes para seguir manteniendo y acrecentando Poder.

La mayoría de los aduladores no cuenta con un área de especialización y por esto se sentirán rebasados por los colaboradores intelectuales u operativos que sí están en contacto con el espacio de dominación sociopolítica. Los aduladores pedirán transferencia a otro lugar, o bien, esto será motivo suficiente para rescindir contrato, lo cual los separa del “primer círculo” del Poder.

Si el político persiste en tener dosis de adulación o el adulador es lo bastante hábil para seguir en cercanía, hay que recordar una cuestión importante: entre los aduladores de hoy se encuentran aquellos que estuvieron al servicio de otro personaje importante. Muchos aduladores sirven ahora como lo hicieron anteriormente. Muchos de ellos seguirán por esta ruta y estarán dispuestos a empeñar su alma al diablo, otorgando secretos, información selecta e intenciones confesadas en el ejercicio político al mejor postor. La manipulación es y ha sido su profesión y no se detendrán ante nada para permanecer en sus posiciones. Por supuesto…….. si se les sigue permitiendo.

¿Por qué es tan difícil separarse a los aduladores? La interacción con este tipo de sujetos puede generar un sentimiento de “dependencia” al constante reconocimiento, lo cual los convierte en personas cautivadoras y simpáticas. Durante una crisis, un sujeto de Poder llega a sentirse agradecido por la actitud “solidaria” y los consejos otorgados. Algunos inclusive llegan hasta ceder el mando momentáneamente para que éste resuelva un problema considerado fácil, ya que tienen desdén para enfrentarlo (muchas veces propiciado por el adulador que insiste en cuidar su imagen).

Líderes, políticos y gobernantes deben conocer lo que ocurre en su territorio de Poder, analizar las situaciones imperantes sin filtros que distorsionen decisiones, actuando de acuerdo a sus fines, sin detenerse por los comentarios de los aduladores que siempre parecen estar conformes con todo lo que diga el “jefe”.

Para quitarse de encima a los aduladores, deben tenerse presente los incisos que a continuación enuncio:

A.- Ser una persona objetiva y abierta a las críticas, que confía en sus conocimientos, experiencias y personas que han demostrado capacidad y lealtad.

B.- Tener siempre interés por saber la verdad de las cosas.

C.- Actuar de acuerdo a las estrategias y procedimientos previamente diseñados, a fin de alcanzar metas.

CH.- Estar en contacto directo con la realidad social, política, económica y cultural de su espacio de liderazgo.

D.- Trazar una política de mejoramiento continuo y evaluación de resultados, a efecto de detectar disfuncionalidades, conservar fortalezas y aumentar oportunidades de crecimiento.

E.- Evitar burbujas de halagos, privilegiando la opinión social y la comprobación de hechos.

Glosario de halagos más comunes:

Dinero.
Bienes inmuebles.
Arte y joyas.
Favores carnales.
Reconocimientos y premios públicos.
Apariciones en medios masivos de comunicación.
Acceso a círculos sociales considerados de élite.
Extravagancias.

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jueves, 22 de septiembre de 2011

TOMAR DECISIONES SIN APEGOS EMOCIONALES


TOMAR DECISIONES COMO SAMURAI MODERNO
[Un extracto del libro de mi autoría Samurái moderno, editorial Corona Borealis, España, 2009]
Por Baltasar Hernández Gómez.


Un samurái moderno debe saber y asumir que sólo existen dos tipos de decisiones: las que se hacen bien y las que se hacen mal. Cuando un hombre o una mujer deciden actuar por algo y sobre todo en el ambiente de Poder, lo tienen que hacer aceptando la responsabilidad de sus actos. Haga lo que haga, debe saber por qué lo hace y luego seguir adelante con sus acciones sin tener cabida a dudas o remordimientos.

Una vez que ponga en marcha un plan no debe anidar pensamientos encontrados y mucho menos preocupaciones. Un samurái moderno siempre actúa sin lamentos ni vacilaciones. Los buenos resultados dependen de la aceptación de la estrategia trazada y que los procedimientos que desarrolla son los correctos. Si esto es así los continuará realizando sin tener dubitaciones. Si por el contrario falla en su intento tendrá que asimilar su pérdida momentánea, pero nunca abandonarse a la pena.

El mundo está constituido por pares contrarios: lo bueno y lo malo; lo frío y lo caliente; el día y la noche; el amor y el odio; la vida y la muerte; la luz y la oscuridad, entre una infinidad de ejemplos, y por lo mismo es inaplazable tomar decisiones para vivir.

La decisión es como un eco que regresa metamorfoseado en consecuencias para afrontar y por eso un samurái moderno sabe que todos sus actos implican responsabilidades, pero no por esto se inmoviliza, sino por el contrario preserva el desarrollo de tácticas para triunfar, es decir, mantenerse y acrecentar posicionamiento.

La gran mayoría de las personas basan su actuación social en criterios de cómo creen que se ven y cómo juzgan a los otros, sin ponerse a pensar que la realidad es un desafío que debe asumirse con sentido y voluntad.

La mejor manera de afrontar al mundo es tomar todo lo que se nos presenta como un reto y la mejor manera para transitar los caminos de la vida es como un samurái moderno, que siente y hace sentir que cualquier cosa que desarrolla es un combate donde va todo su ser.

Si no sigue por esta ruta, estará secuestrado en la creencia -bastante extendida- de aceptar que todo o es una bendición, o bien, una maldición, lo cual significa transitar por la vida en un bote a la deriva, dependiendo del juego perverso recompensa-castigo. La verdad es que no se puede andar por la vida jugando a los dados.

Ser samurái moderno no es un asunto aleatorio o coyuntural, como si fuera colocarse los calcetines o limpiarse la nariz. Convertirse en uno es una lucha permanente que va formando un carácter sui generis para la toma de decisiones. Para llegar a serlo es necesario adquirir un cúmulo de conocimientos conceptuales para luego traducirlos en práctica pura, y así alcanzar equilibrio.

Un samurái moderno trata todo lo que le rodea con respeto y no pasa por encima de nada o nadie a menos que en verdad tenga que hacerlo para sobrevivir. No deja ningún acto al libre albedrío y si se “mete” con alguien tiene la convicción de lo que está haciendo, asumiendo riesgos y responsabilidades. No anida culpas ni pide perdones innecesarios por cumplir con su cometido.

Vale más tomar decisiones, que vivir en la duda de no hacer nada. Ya tomada una decisión, no hay marcha atrás. Se alcanza el fin o se intentarán otras formas de actuación para lograr eficacia. B.H.G.Ω

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martes, 13 de septiembre de 2011

QUINTO INFORME DE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: UNA LLUVIA DE METEORITOS.



QUINTO INFORME DE GOBIERNO DE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA

Por Baltasar Hernández Gómez


Primer asteroide:

Rodeado de funcionarios federales, legisladores, intelectuales orgánicos del sistema, comunicadores, militares, marinos, policías federales, gobernadores e invitados especiales, Felipe Calderón Hinojosa se hinchó de orgullo cuando en la lectura resumida de su Quinto Informe de Gobierno señaló que:

“…….han sido capturados o abatidos 21 de los 37 líderes criminales más peligrosos que operaban en México, y vamos por el resto de ellos. Y no se trata sólo de los líderes, sino de toda su estructura”.

Qué bueno que el titular del Ejecutivo federal insista en tratar de demostrar buenos resultados en su “guerra contra el crimen organizado”, sin embargo, en lugar de que México tenga un clima social equilibrado, justo y próspero en todos los sentidos materiales y humanos, la inseguridad se incrementa día con día.

Fuego contra fuego no es la fórmula que va a extirpar la violencia imperante, pues la realidad demuestra que mientras se detuvieron o eliminaron a 21 criminales de alta jerarquía, de acuerdo a las estadísticas elaboradas por las fuerzas armadas y dependencias policiacas, existen más de 50 mil personas asesinadas que se encuentran en fosas comunes o tumbas con nombres y apellidos, y otras más están en calidad de desaparecidas.

La verdad es que de poco vale que atrapen a las cúpulas, ya que en las calles continúan libres miles de jefes de plaza y gente operativa de la mafia haciendo de la extorsión, secuestro, asesinatos, desapariciones, venta de productos ilegales, trata de personas, prostitución su modus vivendi. La eficacia y los resultados comprobados brillan por su ausencia.

La obstinación que llevó al actual gobierno al descrédito total sigue viento en popa y a toda vela. ¿Hasta cuándo visualizaremos y sentiremos un cambio que traiga paz y armonía, para luego trascender al desarrollo sustentable y equitativo?

Segundo asteroide:

Felipe Calderón Hinojosa otorgó reconocimientos a:

“La lealtad y al patriotismo de las Fuerzas Armadas en México: al Ejército y a la Marina. Su participación firme y valiente ha sido decisiva en la defensa de México. Igualmente, a los policías federales, ministeriales y ministerios públicos honestos, que arriesgan su vida todos los días por el bien de México”.

¡Bravo Sr. Presidente! Lo único que olvidó es honrar a los millones de mujeres y hombres que todos los días salen a trabajar, a estudiar, al mercado, a las oficinas de gobierno, a las instituciones bancarias, a dejar a los hijos a las escuelas, a hacer ejercicio, a la biblioteca, al cine, a la playa, a la carreteras y hasta depositar la basura. Mexicanos que dejan sus hogares todos los días sin chalecos antibalas, sin cascos, sin fusiles y sin capuchas negras, para seguir levantando a sus familias. Ellos, tú, nosotros no fuimos homenajeados, bueno, ni siquiera nombrados.

Desde la óptica del gobernante que abusa de la terquedad y las facultades constitucionales y metaconstitucionales, la sociedad aparece como masa numérica sin rostro, corazón o razón. El Ejecutivo federal olvidó conscientemente la sensibilidad tan pregonada por sus correligionarios panistas de cepa cuando pregonan los principios más elevados del cristianismo, capitalismo y el bien común. En el hoy y el ahora sólo existen escaramuzas, detenciones, incautaciones, dolor, desconfianza, muerte y desolación.

Tercer asteroide:
Y admitió en su discurso:

“Poco a poco se ha abierto una brecha entre los ciudadanos y la política y, sencillamente, los ciudadanos no se sienten representados por sus políticos”.

Reconocerlo públicamente es un logro en sí, pero esto dista mucho de que Felipe Calderón Hinojosa realice acciones contundentes en el año que le falta para traspasar la banda presidencial a su sucesor o sucesora. De la misma forma retórica, que más bien se oye demagógica, reconoció hace dos meses, en el alcázar del castillo de Chapultepec, que tiene una deuda con las víctimas de la violencia, pidiendo incluso perdón por los daños infringidos, sin embargo, esto no ha significado ningún cambio en la estrategia de combate al narcotráfico. Siguen las muertes, el horror, la paralización social y en muchos lugares hasta productiva.

La clase política blanquiazul abrió una enorme zanja de legitimidad que la separa de la ciudadanía, lo cual representa un alejamiento que se traduce en abstencionismo, falta de participación y en la amenaza latente de que el tejido social se descomponga de tal forma que existan posibilidades de ingobernabilidad global, que serán difíciles de arreglar en el corto y mediano plazo.

El Ejecutivo federal asumió que haciendo elecciones más costosas y vistosas, concertacesionando con partidos políticos e inundando de spots propagandísticos es como se arreglarán las situaciones anómalas del país. Craso error, pues la base societal está años luz separada de la clase política dominante, que cada día se separa de los sentimientos y necesidades reales de la población.

Se observa muy complicado que vaya a efectuar un movimiento democratizador, quitando poder a la partidocracia y permitiendo ejercicios reales de ciudadanización. Para él y su grupo lo más importante en lo que queda del año 2011 y el siguiente es posicionar candidatos, ganar elecciones a como dé lugar y lo demás que ruede en la infamia del desprestigio.

Cuarto asteroide:

Dio medalla de buena conducta a la sociedad cuando afirmó que:

“Gracias al esfuerzo de todos los mexicanos, hoy tenemos finanzas públicas sanas y un sistema financiero sólido. Ello nos permite afrontar y superar las muy difíciles condiciones que vemos en la economía internacional”.

Gracias a los millones de mexicanos que han tenido que bajar expectativas de vida (soportar desempleo o trabajos pésimamente remunerados, aguantar carestías y desabasto de productos, comer menos, reducir la compra de satisfactores familiares, retirar a sus hijos de escuelas privadas, negar momentos de regocijo cultural, deportivo y de diversión, entre otras cosas de vital valía).

No avizora que el “apretón de cinturón obligado” de cientos de miles de familias va a tener una recompensa en la elevación de los niveles de vida. Su reconocimiento tiene como fin el baño de pueblo, el populismo verborreico tan necesario en el último año de gestión. Sus palabras connotan un ¡Gracias! al estoicismo nacional que ha permitido tener finanzas públicas sólidas en el plano internacional ¿Y el dinero en el bolsillo? ¿Y los trabajos dignos? ¿Y la educación y la vivienda?

La macroeconomía si bien es un indicador de fortaleza estructural, en los años recientes no ha repercutido en aumentar el bienestar familiar y de la sociedad entera. La lectura concreta es: debemos seguir los lineamientos del Banco Mundial y el FMI. Punto.

Quinto asteroide:

Y otra “perla” del mandatario nacional se ensartó en el hilo de la cadena de buenas intenciones que fue su discurso público cuando dijo:

“Hoy, cada año se gradúan en México más de 100 mil ingenieros o técnicos; es decir, más que en Alemania, más que en Canadá, más que en Brasil. Además, para que los niños y jóvenes no abandonen sus estudios por falta de dinero, hoy más de seis millones de jóvenes o niños tienen el apoyo de una beca Federal”.

100 mil nuevos profesionistas y técnicos que van a engrosar seguramente al ejército de desempleados o subempleados. Sr. Presidente: no debe olvidar que vivimos en México y no en países del primer mundo económico y del paradigma brasileño. Ingenieros y técnicos que van a realizar seguramente labores de plomeros, electricistas, carpinteros e intendentes sin ningún tipo de prestaciones, pero sobre todo desconociendo cuándo van a llevar a cabo trabajos en casas u oficinas, para obtener recursos contantes y sonantes y llevarlos al seno familiar.

Becas de supervivencia, que no alcanzan a mantener a flote la compra de útiles, libros, pasajes, alimentos y vestimenta. En las escuelas públicas y privadas se observan tasas de deserción elevadas y cada vez son más los miembros de las familias que tienen que trabajar, dejando de lado aspiraciones de superación.

Sexto asteroide:

Para el presidente Calderón México está mejor que nunca:

“En telefonía móvil, en internet, en televisión de paga, los consumidores han visto este año importantes reducciones en sus pagos, gracias a que hay mayor competencia. Sé que falta mucho por hacer y que debemos redoblar el paso”.

¿Cómo se dieron las concesiones? ¿Por qué ha permitido la guerra entre Slim y Salinas Pliego que ha provocado confusiones y malos servicios? Qué trivial suena este párrafo ante las calamidades sociales y económicas que padecen cotidianamente millones de mexicanos.

Habrá más meteoritos…….B.H.G. Ω

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sábado, 3 de septiembre de 2011

VIOLENCIA, PODER Y PSIQUE SOCIAL


VIOLENCIA, PODER Y PSIQUE SOCIAL
Por Baltasar Hernández Gómez


[Ponencia expuesta en el Foro "Rescatando Valores Familiares: bullying, sexting y mobbing", que se realizó en la Universidad Americana de Acapulco, el día lunes 29 de agosto de 2011].

La violencia no es un efecto, sino causa social que forma parte fundamental para la ejecución de los procesos de dominación. Hablar de violencia no se limita al recuento de daños y perjuicios generados por ciudadanos que rompieron su equilibrio mental, o bien, organismos públicos y privados que provocaron crisis y dolor, sino al conjunto ideológico, cultural y material que está inmerso en las conductas sociales de los individuos y las instituciones, lo cual provoca estragos tangibles e intangibles, tanto en el ámbito físico, psicológico y emocional.

La violencia es un elemento constitutivo del PODER, entendida esta categoría política como la capacidad que posee un individuo o entidad para lograr que otros realicen actos que por sí mismos no llevarían a cabo. Luego entonces, violencia y poder caminan de la mano cuando el ejercicio real de la política (la cual está íntimamente ligada a la Polis, ciudad-Estado, centro, principio y fin de la sociedad y de cada uno de sus miembros) se convierte en una sucesión interminable de intereses particulares o grupales, pero no de las mayorías.

La violencia no se da única y exclusivamente en el seno familiar, en los centros de trabajo o en las relaciones interpersonales, sino sobre todo en las conexiones entre los órganos públicos y el corpus societal cuando se desea imponer -a toda costa- planes y programas de cobertura amplia sin los adecuados consensos. Basta recordar que uno de los dos aparatos de dominación que integran la estructura de, los Estados nacionales, de acuerdo a la óptica de Althusser, es el represivo, es decir, el conglomerado normativo-legislativo y las fuerzas operativas que resguardan el statu quo establecido.

Así pues, la violencia puede ser conceptualizada de muchas maneras y valorada como mala en la generalidad y buena en hechos específicos, como por ejemplo el castigo a cualquier tipo de actos ilícitos, sin embargo, resulta innegable que es apreciada vívidamente en las golpizas propinadas por un familiar a un hijo, esposa, sobrino e incluso a los ancianos; en la contención de una manifestación opositora a políticas públicas; en el verbo que se estrella en la dignidad de un trabajador manual o intelectual; en el ordenamiento psicológico, físico o emocional que se da a las personas contra su propia voluntad.

La violencia hoy en día ha cobrado magnitudes extremas por el recrudecimiento de la inseguridad, pues la sociedad percibe y siente -en lo muy cercano- los trastornos producidos por asesinatos, extorsiones, secuestros, acosos, prostitución, trata de blancas, pederastia, etc. Por mucho tiempo la violencia pretendía ocultarse en las paredes de hogares, en los cubículos de oficinas de gobierno, en las empresas privadas, en la soledad o en compañía de testigos mudos y, aunque muchos fingían decirlo voz en alto, los señalamientos eran hechos en la lejanía.

La violencia originada por la aceptación consensuada o a forciori de modelos culturales es la más sentida ¿Cómo no sentirnos indignados por los golpes propinados por padres o familiares contra mujeres, niños y ancianos? ¿Cómo no estremecernos ante la subvaloración del jefe laboral, profesor, líder, político o funcionario que menosprecia y devalúa constantemente a sus subordinados o seguidores? ¿Cómo no preocuparnos ante la crecida del bullying, sexting y mobbing que se practica todos los días ante el silencio, ineptitud o desdén de paterfamilias, autoridades, empresarios, legisladores, políticos, intelectuales, comunicadores, asociaciones civiles, profesionistas y hasta sacerdotes?

Sólo que fuéramos de hierro o de piedra podríamos permanecer insensibles ante la ola de violencia ocasionada por gente que por norma emite regaños en exceso, que golpea, que da “madrizas”, como se dice en lenguaje simple y llano, sin ton ni son, que acosa y despide, que acosa sexualmente, que extorsiona, que presiona y da trato desigual a amigos, novios, esposos, familiares y compañeros de trabajo. Para muchas personas (afortunadamente cada vez menos) la violencia tiene una representación equivocada, pues les significa la falsa entrada al PODER.

Mal conceptualización y pésima materialización, ya que si se grita, golpea, manotea, reprime, castiga o quitan garantías individuales y derechos humanos no quiere decir que se está adquiriendo o acumulando fuerza o capacidad para ser “grandes”. Al contrario, quienes hacen estos infames actos se sumergen en un túnel de difícil salida, que terminan en el camino de la animadversión, soledad, depresión, reclusión y muerte.

Sabiendo lo anterior es imprescindible ubicar que la violencia social, política y económica no se combate prendiendo fuegos, o sea, no es con más violencia como se va a erradicar el trato inhumano hacia nuestros semejantes. En la historia hay lecciones de vida que nos permiten avizorar que las ideas y acciones de paz, tolerancia, inclusión, libertad y equidad van a gestar nuevos pensamientos, pero sobre todo nuevos códigos de comportamiento, que van incrustándose desde la etapa temprana de la niñez, para cimentarlas en las fases juveniles y adultas, en mujeres y hombres por igual. Ahí están prohombres como Gandhi, Martin Luther King, entre otros muchos, que han contribuido con su pensamiento y acción en siglos pasados.

Hay que decirlo y muy claro: la violencia no es un acto natural o entregado como “don” por alguna divinidad. Los humanos no nacemos ni somos violentos por naturaleza. Por tanto, tenemos que considerar a la violencia como una creación eminentemente social, no un fenómeno otorgado por la genética. Por ello debemos asumir su eliminación para que no siga habiendo sociedades desequilibradas y miserables no sólo en el ámbito económico, sino sobre todo en lo emocional, psicológico y espiritual, que son elementos aparentemente intangibles, pero que cimentan las bases de nuevos seres humanos.

¿Qué hacer? Lo fundamental es erradicar “la cultura del miedo”, ya que éste pierde su función primaria de protección, para convertirse en un estereotipo de vida. La violencia engendra miedo, que pasa en algunos pasos a nivel de terror extremo, el cual provoca, entre otras cosas, un agotamiento emocional aún mayor que los episodios traumáticos de guerra, inclusive. En este inicio del tercer milenio la violencia va aparejada de la desconfianza, la inseguridad y la poca certidumbre hacia el futuro y por eso es necesario que se ataquen todos los síntomas que producen debilidad y vulnerabilidad personal, así como sensación de desamparo.

Eliminar la violencia en cualquiera de sus configuraciones va a permitir que no se distorsione la naturaleza y la realidad de las cosas y, por encima de todo, va a unificar la red de redes de las relaciones sociales basadas en la confianza, en la solidaridad y compromiso de edificar una ciudad, un estado y un país más próspero y saludable en todos los sentidos, no sólo en lo inmediato, sino a largo plazo. No hay que olvidar que la violencia no solamente forja relatos de miedo, estragos fisiológicos, que incluyen pulso acelerado, sudoración, temblores corporales, tics nerviosos, exabruptos, enojos, jaquecas, diarreas y fatigas, sino terrores que fracturan el tejido social desde la casa, la escuela, el gobierno y las conductas sociales que se dan a ras del suelo en el mundo de la vida.

La violencia aquí y ahora está, la vemos, olemos y sentimos, pero no por esto debemos aceptarla o darla como un hecho imposible de cambiar. Por tanto, mi ponencia no expone el problema, sino también propone una serie de ideas sustentables, como sigue:

Asignaturas curriculares en todos los niveles educativos escolarizados y semiescolarizados.

Programas de sensibilización e información sobre el horror que provocan todas las manifestaciones psicológicas y físicas que trae aparejada la violencia.

Cursos, talleres que certifiquen la comprensión, aceptación y cumplimiento de una nueva cultura para la construcción de una convivencia social armónica por parte de funcionarios, empleados públicos, miembros de las fuerzas armadas, policías, ministerios públicos, jueces, legisladores, profesores, comunicadores, etc.

Escuela para padres.

Programas de concientización sobre los peligros para la salud física, psicológica y emocional de niños, mujeres y adultos mayores de los efectos provocados por la violencia intrafamiliar.

Programa de atención y respuesta a personas que viven y sufren la violencia, a través de contactos telefónicos y modulares que den seguimiento.

Legislaciones que regulen y castiguen a quienes ejerzan la violencia en todas sus modalidades.

Programa integral de terapias de atención y readaptación para padres, hijos, empleadores, funcionarios públicos, gobernantes, políticos, empresarios, etc.
B.H.G.

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