ANÁLISIS POLÍTICO Y SOCIAL, MANEJO DE CRISIS, MARKETING, COMUNICACIÓN Y ALTA DIRECCIÓN

Este es un espacio para conceptualizar, analizar, efectuar crítica y proponer estudios sobre política aplicada, marketing, comunicación, educación, métodos aplicados, alta dirección y proyectos sustentables. Contacto:baltasarhernandezgomez1@hotmail.com, baltasarhg@gmail.com

martes, 19 de julio de 2011

CÓMO OBTENER TRIUNFOS POLÍTICOS CON MENSAJES EFICACES DIRIGIDOS A PÚBLICOS DIFERENCIADOS.


LOS TRIUNFOS POLÍTICOS SE LOGRAN CON COMUNICACIÓN EFICAZ
Por Baltasar Hernández Gómez.

Politólogo experto en marketing y comunicación política.

Coincido con la escuela de New Hampshire, E.U.A. cuando establece que la política es el arte de saber cómo comunicar. Así pues, los mensajes políticos deben incluir un conjunto de textos, imágenes, sonidos y símbolos, a fin de transmitir denotaciones implicadas en ideas centrales y colaterales, pero al mismo tiempo connotaciones profundas en la psique y el comportamiento social. La meta a conseguir es: 1) Captar la atención de los receptores [hoy en día los comunicólogos denominan una nueva categoría “perceptores”], 2) Comunicar eficazmente las ideas del producto político (candidato, partido, sindicato, organización civil, etc.) haciendo una mixtura de logros alcanzados, experiencia, conocimiento, propuestas sustentables e ideas, para crear un sello distintivo y una asociación vinculante con los diferentes públicos en el espacio político.

La creatividad utilizada en los mensajes debe comprender la generación de un eje básico donde rotará la estrategia global de campaña, el cual a su vez estará determinado por objetivos y metas bien precisos. Los mensajes tienen que contener símbolos y datos que sean de carácter informativo, situacional y persuasivo, lo que conlleve al “cierre” exitoso del pacto entre el ciudadano y el político o su organización propulsora.

En el diseño de los mensajes políticos es imprescindible pensar primeramente en los principales destinatarios, es decir, los ciudadanos afines, pero también incluir progresivamente a aquellos que han mostrado cierta adversidad, así como también a los potenciales que se pretende conquistar. Finalmente está otro grupo importante que es la ciudadanía que se ha mostrado contraria por mucho tiempo, pero que en el corto plazo se encuentra en una encrucijada para decidir la direccionalidad del voto.

Una vez definido a los destinatarios se tiene que establecer el macro-objetivo que será impuesto a la campaña de comunicación política. Antes de que se realice este movimiento se debe tener la plataforma estratégica de marketing, a efecto de resolver los derivados de las siguientes preguntas: cuál es, cómo es y dónde está el mercado político y el público meta, y qué posicionamiento competitivo se ha definido. Teniendo o anterior se está en la posibilidad real de crear:

1.- El lanzamiento y la introducción del producto político.

2.- El posicionamiento y/o mantenimiento de la imagen y postura situacional del producto político.

3.- La captación primero de la intencionalidad del voto, para luego traducirlo en apoyo concreto y sufragio efectivo.

4.- El impedimento real para que los opositores crezcan, lo cual reduce al mínimo cualquier tipo de ataque efectivo contra el producto político.

5.- La creación y reproducción en el corto y mediano plazo del sello político distintivo, que puede perdurar para el producto político y su organismo propulsor para futuras contiendas.

La estrategia comunicacional es una herramienta edificada para el domino y control del proceso denominado de oferta-demanda del producto político. Por ningún motivo debe pretenderse realizar obras de arte, sino buscar antes que nada y después de todo, efectividad. Por tanto, para el diseño global de los mensajes políticos tiene que quedar en claro que el depositario de estos es el público meta y su ideal de rol, no el partido, la campaña o el mismo candidato.

Al ciudadano promedio no le interesa el partido ni el candidato por sí mismo, pues lo que le interesa verdaderamente es lo que uno y otro puedan hacer por él. Dicha conceptualización resulta básica para la determinación del espacio y tiempo necesario para la ubicación del producto político y la constitución del sello determinado y característico, que le va a permitir éxito con respecto a sus contrincantes. Para lograr un mensaje exitoso hay que tener respuestas muy precisas a preguntas referidas al público meta:

¿Quién es y cómo es?, ¿Qué ya quién representa?, ¿Qué desea del candidato y/o partido?, ¿Cómo, dónde, cuándo y con cuánto lo “adquiere”?, ¿Cómo, dónde, cuándo y para qué lo “quiere”?

Una vez que se decidió el punto de equilibrio del(os) mensaje(s) político(s) deberá establecerse cuáles serán las “promesas o compromisos” que el producto mismo transmitirá, a efecto de que los distintos auditorios “compren” consciente y responsablemente la oferta promovida. Es muy importante que las promesas de campaña sean competitivas y no repetidas, es decir, la reiteración de que la conformación del sello propio es facto nodal para el triunfo definitivo. B.H.G. Ω

Etiquetas: , , ,

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio