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lunes, 30 de mayo de 2011

ANÁLISIS DE CONTENIDO DEL LIBRO EL ACENTO DEL CAMBIO DE ZEFERINO TORREBLANCA GALINDO (PRIMERA PARTE).



ANÁLISIS DE CONTENIDO
DEL LIBRO
EL ACENTO DEL CAMBIO
DE
ZEFERINO TORREBLANCA GALINDO
(Primera Parte)

Por Baltasar Hernández Gómez.


Antes de iniciar con el análisis de contenido del texto El acento del cambio de Zeferino Torreblanca Galindo, exgobernador del estado de Guerrero, México (2005-2011), quiero dejar en claro que dicha obra fue estructurada con pensamientos fragmentados sobre la realidad de la entidad vista desde el poder, así sin más. Admito que ofrecí mucha resistencia para leerlo, pues el autor, primero como persona y luego como funcionario, no tuvo como tesis el despliegue de habilidades políticas y mucho menos de estadista con sentido humano para sumar y multiplicar virtudes públicas, a fin de responder a las demandas de la sociedad guerrerense.

Durante su sexenio, Torreblanca Galindo se limitó a ejercer facultades constitucionales y metaconstitucionales por medio de frivolidades, sentencias contra sus detractores, doble lenguaje y autismo social, así como también imponer -de acuerdo a los críticos de su régimen y auditores públicos y privados- una dinámica de omisiones y complicidades administrativas, políticas y financieras apoyadas por su círculo de amigos, aliados y familiares. Sólo hay que adentrarse en los señalamientos de las instancias fiscalizadoras y contraloras del estado y la federación que dan cuenta de ello en las revisiones que se están haciendo a dos meses de su retiro.

La autopublicación de El acento del cambio (editada por la Casa Porrúa un mes antes de concluir su periodo) no representó la ocasión responsable de brindar una perspectiva objetiva sobre el desempeño como gobernante, de acuerdo a parámetros medibles como la eficacia en resultados, pues solamente significó un canal comunicativo fallido y a destiempo para vanagloriar “su experiencia en los últimos veinte años”.

El acento del cambio ¿La palabra cambio es aguda, grave o esdrújula para ponérsele acento? fue confeccionado a través de disertaciones, entrevistas y frases pronunciadas por el exmandatario en diferentes espacios, bajo la premisa de inyectar en la mente de los lectores el matiz doctrinario del zeferinismo y sus cometidos. Al respecto, me permito insistir que el mundo es una representación simbólica y el libro exhibe un conjunto de palabras que son símbolos de las prácticas efectuadas por Zeferino Torreblanca durante su gestión y la percepción subjetiva de los acontecimientos ocurridos en seis años de ejercicio de poder.

Desde mis años universitarios me he preguntado por qué los demagogos y artífices de catástrofes sociales, ideológicas o de fe pueden dormir sin problemas neurológico. La respuesta es: porque asumen que sus mensajes y realizaciones provienen de una voluntad sobrenatural que los obliga a apegarse a las exigencias del poder por el poder mismo. Simple y sencillamente creen que lo que dicen y hacen es mandato dictado por alguna divinidad y ellos el instrumento para “resolver” lo malo.

De tal manera Nerón, Calígula, Hitler, Duvalier, Stalin, Victoriano Huerta, Anastasio Somoza, Fulgencio Batista, Augusto Pinochet, Idi Amín Dadá, Salinas de Gortari, entre otros personajes de la historia antigua y contemporánea concibieron en su momento (y muchos lo siguen haciendo) que sus jornadas vivenciales estaban dirigidas por una fuerza “celestial” sin darse cuenta que perpetraban las más atroces infamias contra sus sociedades. En el lenguaje de la clase dominante, los muertos por hambre, enfermedad, represión y guerras externas e intestinas son “daños colaterales” y nada más.

Guardando las distancias debidas, Zeferino Torreblanca Galindo ensayó un estilo personal de gobernar, que al final, resultó ofensivo para el pueblo de Guerrero, porque no quiso oír, ver y mucho menos sentir la vox populi. El libro que en principio puso en venta en presentaciones públicas en las principales ciudades del estado de Guerrero y luego regalado a granel, quiso ser un intento de reivindicación, sin embargo, las reacciones resultaron adversas, toda vez que se nota la mano que procura borrar lo negativo de su obra y poner en pedestal lo que él y sus colaboradores más cercanos profesaron como logros para la entidad suriana.

A continuación el análisis de contenido:

La portada.

Aparece en primer plano la fotografía de Zeferino Torreblanca vestido con traje oscuro, camisa blanca y corbata amarilla con puntos azules. De medio cuerpo, el rostro del autor voltea al cuadrante derecho con un gesto que persigue proyectar sobriedad, dibujando una sonrisa casi imperceptible: una “mona lisa sureña”, pues.

Si el título de la publicación pone en altorrelieve El acento del cambio: una izquierda moderna, el diseñador de imagen debió situar la fotografía con perfil invertido, es decir, que la figura estuviera dirigida hacia el cuadrante izquierdo, remarcando el carácter “ideológico” que pretende posicionar como máximo logro en su trayectoria política. Más allá del lapsus equívoco en la carátula, la imagen puede ser interpretada en contrasentido, o sea, que su mirada va hacia la derecha. Los estudiosos de la semiótica establecen que los códigos simbólicos no sólo denotan, sino connotan significados profundos que van más allá de lo trazos visibles.

Los heraldos zeferinistas dirán que esto es peccata minuta. Sin embargo, no lo es, pues los signos dispuestos en los procesos comunicacionales contienen intencionalidades implícitas o poco visibles que refuerzan o debilitan intereses.

La estructura del libro.

El marco conceptual está referido a la “trascendencia” ideológica y pragmática de Zeferino Torreblanca Galindo en Guerrero. De tal manera, el autor funda su línea expositiva en la afirmación de que la Historia regional lo evaluará positivamente, ya que operó “un estilo de gobernar moderno, sin atavismos políticos, modernizando la izquierda y creando las bases sustentables para un crecimiento sostenido y armónico”. Traspasando las palabras, en la práctica el exgobernador nunca se definió como miembro del PRD, partido que lo llevó al poder Ejecutivo estatal ni impulsó programas de corte social. De lo menos a lo más: el exgobernador estuvo atacando los liderazgos perredistas y de las comunidades agrarias y centros urbanos con una postura insensible.

El zumo corpóreo del libro está sustentado en la creencia de que él hizo mucho a través de un lenguaje y activismo que no cayeron en “la politiquería”. Asume que es baluarte técnico-político, pues alejó al estado del caos que hubiera sido ajustarse a las propuestas de aliados y opositores. El texto subraya el papel determinante de Torreblanca Galindo en la transformación política, social y económica de Guerrero sin el sustento de datos duros sobre la obra pública, programas sociales o servicios. Luego entonces, la publicación es un recuento de buenas intenciones. Si bien es cierto que el autor subraya -desde el prólogo- que no hablará de obra, un libro que exponga el perfil y alcance de una persona u organismo debe estar fundado en los logros obtenidos, algo así como corroborar el proverbio “Por las obras se conoce al Hombre”.

La publicación se presenta como una antología del pensamiento zeferinista, que concentra reflexiones para dar testimonio doctrinal en el sexenio, en un marco que predica hasta el hartazgo la palabra cambio. Torreblanca Galindo se revela como hacedor del cambio en las formas de gobernar, que paradójicamente coincidieron con los requerimientos neoliberales de elevar como axiomas -a toda prueba- la autogestión, el acato a las decisiones verticalistas de la clase en el poder y la hechura de políticas asistencialistas (las cuales se pusieron en marcha en instituciones como: DIF, Sedesol, Salud, Educación, desarrollo y Obra Pública, entre otras más que integran el gabinete legal de la administración pública de la entidad). Menos gobierno, más cuidado de los recursos financieros y un enfoque privatizador de los servicios públicos. Ni modo, así es la globalización, repetirán muchas voces del sistema.

El acento del cambio es una narrativa lineal que privilegia las vivencias personales, familiares, académicas y de participación sociopolítica de Zeferino Torreblanca para enfatizar su carácter de pro-hombre que le apostó al tecnicismo vertido en el ámbito político. No se cansa en reiterar que él y su grupo pusieron “el acento” en la noción cambio que, como él mismo lo denomina, “es un camino a seguir y no camino hecho de antemano”.

Existe el propósito de erigirse en intelectual, técnico y político que antepuso la misión de cambiar la izquierda (algo similar a lo que hizo Carlos Salinas de Gortari dos décadas antes, al repetir que su gobierno estaba basado en una filosofía liberal-social*), con la finalidad de erradicar el legado autoritario, ineficaz y corrupto del priismo que gobernó al estado de Guerrero durante el siglo XX y los primeros 5 años del tercer milenio. Desde las primeras líneas, el libro quiere proporcionar la impresión de que Zeferino Torreblanca tuvo un rol cuasi mesiánico, o sea, que fue crisol donde convergieron los principios, valores e intereses de la etapa independentista, pasando por la Revolución hasta llegar a la participación societal del momento.

En el prólogo niega que el libro sea una justificación, aceptando que no es texto que ponga en primer plano las realizaciones en infraestructura o programas gubernamentales, sino sólo reflexiones y el capital que obtuvo por haber gobernado a 3.4 millones de personas. La conclusión es que dejó a Guerrero en las vías del crecimiento, la concordia y la paz, pero que “el juicio final lo harán los ciudadanos”. Como estuvo alejado de los sucesos y opiniones que se gestaban al seno de las 7 regiones de la entidad no pudo percatarse que el juicio era negativo desde antes que transcurriera la mitad de su mandato. Y así siguió hasta el 31 de marzo de 2011.

El índice del libro muestra: 1) Una entrevista como exposición de motivos de su personalidad y formas de actuar; 2) A Zeferino Torreblanca como individuo proveniente de las filas empresariales ocupado en la quita del PRI, a efecto de forjar un estado más libre. Para ello se valió de un recuento cronológico de su(s) campañas(s) y realizaciones profesionales y políticas; 3) La toma de protesta como gobernador; 4) El ideario político, que aparece como una compilación ecléctica de las posturas que tejió como ser humano de carne y hueso -político-gobernante y, 5) Un listado de discursos en diferentes planos espaciales y temporales.

La obra -de principio a fin- es un glosario de propósitos, de expresiones que quieren pasar a la posteridad, de historias de éxito continuo, de sinsabores y fracasos, de amigos y enemigos, de bondad y maldad, de sacrificios personales, pero sobre todo del enfoque personalísimo que reivindica un perfil psicológico del yo-yo, es decir, primero él, luego él y al final él, sus metas y circunstancias.

La entrevista.

De la página 3 hasta la 28 se incrusta una entrevista donde el entrevistado se cuestiona y se contesta él mismo, ya que no aparece nombre alguno de quién la realizó. En ésta, Torreblanca Galindo pone al descubierto los pensamientos que a continuación enlisto:

A) Su incursión en la política se debió a la preocupación para hacer florecer la fuerza de las organizaciones sociales intermedias.
[Ningún político sabe explicar los por qués de sus incursiones proselitistas o el placer de acumular poder. Lo único que admiten es que están en la política por causas altruistas y de preocupación social. Zeferino no fue la excepción]

B) El alejamiento del sistema autoritario a través de la participación directa de la sociedad civil.
[Fue necesario re-inventarse y pasar de ser co-administrador en los negocios de su padre, Luis Torreblanca, a dirigente de organismos civiles para adentrarse en el terreno de la realpolitik no solamente con movilización, crítica y rechazo al status quo, sino por medio del acercamiento con personajes de la política local y nacional, concertaciones y arreglos a fin para llegar a puestos de relevancia].

C) Exalta la figura, pensamiento y acción de José Francisco Ruiz Massieu. Lo presenta como promotor y guía de jóvenes con inquietudes de cambio político y gestión.
[El hombre de “izquierda moderna” tiene como modelo a un político inteligente y eficaz en sus cometidos, pero de extracción priista, apegado al ideario y pretensiones de Salinas de Gortari. Ni más ni menos]

CH) Su nacimiento político lo hizo primero como empresario, luego como crítico del régimen, concluyendo con el acercamiento al PRD.
[Como no hubo cabida cómoda y durable en el PRI ni posibilidades reales de avanzar “por la libre” optó por trabajar en las redes societales, tales como Canaco, Coparmex, Frente Cívico y terminó, aproximándose al PRD y PAN].

D) Pondera el entusiasmo y labor de sus amigos empresarios, que luego fueron incorporados a puestos administrativos y de elección popular cuando éste alcanzó la presidencia de Acapulco y el gobierno del estado.
[Habla de democracia, justicia, igualdad, horizontalidad en la toma de decisiones, experiencia y capacidades, pero en la práctica estuvo acompañado por su primer círculo de amigos, socios, aliados y recomendados de los exgobernadores Rubén Figueroa Alcocer y René Juárez Cisneros, entre otros].

E) Encumbra los sacrificios financieros, familiares y personales que tuvo realizar para aventurarse en la política.
[Se arropa con el carisma de mártir de la democracia regional, por lo que resulta inconcebible criticar su persona y modo de conducirse, pues todo lo hizo con las mejores intenciones].

F) Descubre que con el apoyo de Andrés Manuel López Obrador y Cuauhtémoc Cárdenas se le abren puertas para tener posiciones políticas, pero que en el ámbito local hubo cerrazón de los liderazgos y “tribus” perredistas.
[El ideario plagado de democracia, cambio, justicia, desarrollo, igualdad y valoración de aptitudes, pero en la práctica desarrolló un pragmatismo que privilegió el apego a líderes partidistas].

G) Revela que el sistema político tiene mecanismos de presión para intimidar a los opositores, como por ejemplo: auditorías fiscales, persecuciones y ataques personales.
[Desde el otro lado la crítica sistemática, pero ¿Se le olvidó que utilizó estas herramientas represivas en contra de líderes de la oposición, campesinos, ecologistas, comunicadores y críticos?].

H) Aclara que obtuvo -la primera vez- la diputación federal a través del apoyo de Cuauhtémoc Cárdenas, pero que al sentir la obligación de defender los intereses del PRD, prefirió declararse legislador independiente.
[Debió haber recordado que ya en el Congreso dio la espalda al instituto que lo llevó al poder Legislativo. Aún así, el PRD lo perdonó con base en el juego de las concertacesiones, arreglos y prerrogativas].

I) Reprocha al perredismo nacional y estatal por presionar a favor de intereses políticos grupales, señalando que su candidatura para contender por la gubernatura generó peleas verbales, amenazas y fracturas entre dirigentes perredistas y muy específicamente con Armando Chavarría Barrera. Externa que en política todo se negocia entre líderes y organizaciones.
[Al final, Armando Chavarría, entre otros muchos, fueron incorporados en cargos de primera línea dentro de su gabinete].

J) Insiste que su gestión como presidente de Acapulco le ayudó a conseguir votos en la elección de 2005, pues lo posicionó como el mejor candidato para ganar la contienda.
[Algunas obras relevantes durante su administración local (1999-2002) y mucha mercadotecnia institucional le dieron frutos en el mediano plazo. No ocurrió así con la conclusión de la gubernatura, pues sus niveles de aceptación cayeron drásticamente: calificación reprobatoria [5.4]. Deja ver que él y sólo él y sus grupos de soporte le dieron los sufragios suficientes para llegar a la gubernatura].

K) Afirma que todos y cada uno de los puestos en su gobierno él los decidió, pues no aceptó injerencias de ningún tipo.
[¿Y los cargos en la SEG, Finanzas, Salud, Seguridad Pública, Auditoría General no vinieron por recomendaciones de Elba Esther Gordillo Morales, entre otros personajes con gran influencia estatal y nacional?]

L) La secretaría de Gobierno se la dio a Armando Chavarría Barrera no como “cuota política”, sino que fue parte de una “estrategia de ajedrez”.
[Atrajo a Chavarría Barrera como icono que lo dotaba de estar cumpliendo con las cuotas políticas pactadas con el perredismo. El verdadero objetivo fue mantenerlo ocupado en resolver problemas regionales, pero le puso “cuñas” en las subsecretarías de Gobierno, a fin de inutilizarlo como funcionario y en el proceso 2010-2011].

LL) Asiente que la izquierda en general está dedicada a criticar y buscar plazas públicas, pero que no se dedicó a gobernar con eficacia ni con una visión sustentable a largo plazo. Acusa que el PRD perdió muchas oportunidades de cara a la sociedad y que en la elección para renovar la gubernatura en enero de 2011, el PRI podría “volver a gobernar”.
[Su apuesta fue con Armando Ríos Pitter (exsecretario de Desarrollo Rural y actualmente diputado federal por el PRD), pero no funcionó. Posteriormente convino con el priista Manuel Añorve y perdió frente a Ángel Aguirre Rivero (candidato propulsado por la alianza entre PRD, Convergencia y PT que ahora es gobernador constitucional del estado)].

M) Quiere aparecer como ideólogo al asegurar que los partidos políticos dejaron de cumplir con la misión de ser portavoces de la sociedad. Apunta que los partidos son instrumentos de grupos de interés. Reitera que la izquierda más fuerte es dogmática y que por eso no comparte las ideas y modos de ser y hacer de Hugo Chávez y Evo Morales. Se define como partidario de una izquierda moderna al estilo de Lula Da Silva (Brasil) y Felipe González (España).
[Sin decirlo está asumiéndose como socialdemócrata con tendencias neoliberales ¿O todo lo contrario? Un ecléctico, así sin más].

N) Pronostica que si el PRD no cambia en su estructura el PRI llegará a la presidencia de la República en 2012.
[La sentencia adivinatoria habla por sí misma. No merece más comentarios].

Ñ) Establece que la política es sacrificio y dolor, afirmando que perdió convivencia familiar con sus hijas (privilegiando a la mayor), padeció migraña y perdió físicamente amigos y colaboradores. La política le significa también un detonante de perjuicios personales y financieros, pero que al final fue una de las máximas experiencias alcanzadas.
[Lo que no escribe es que enfrentó la enfermedad de adicción al alcohol y que en el inter de diez años se relacionó con otras mujeres, ocultando su vida privada con una doble moral. Tampoco indica que, no obstante que amigos entrañables como Jorge Bajos Valverde, Rubén Robles y Amado Ramírez, fueron asesinados, el gobierno que presidió no pudo resolver los casos por las vías legales y dar con los verdaderos culpables].

O) Informa que al abandonar la gubernatura estará dedicado a vacacionar y descansar, ordenar los libros de su biblioteca. Sin embargo, asoma la pretensión de continuar en la vida política. Reconoce sus limitaciones y por ello no se visualiza contendiendo por la presidencia de México. Contempla la posibilidad de ser conferencista y profesor, esperando mejores tiempos.
[Sus sueños y aspiraciones no merecen comentarios adicionales].

P) Adelanta que será muy criticado por propios y extraños, pues no quiso conformar grupo político “ni dejar a nadie en el trono”.
[Lo cierto es que no pudo preparar cuadros políticos ni grupo que trascendiera la temporalidad de su gestión. Tampoco estructuró un gobierno que fuera bien percibido y aceptado por la sociedad, dejando un capital político consolidado. No le funcionó su estrategia de marketing tardío, a diferencia del que desarrolló eficientemente en Acapulco durante el trienio 1999-2002. Sus pronósticos de sucesión fallaron y desdibujó sus relaciones y amarres con partidos políticos y personajes de la vida nacional].

Q) Reconoce que está próximo a entrar “a la vejez” y que por ello se ha vuelto más precavido, calculador, nostálgico, sensible y temeroso. Advierte que corregirá errores en el plano personal, familiar, con la gente a la que pudo haberle causado daño. Enmendar es el verbo para un pobre político (**) sin cargo público.
[En el ámbito estrictamente personal, vale. Sin embargo, en lo público, sus equívocos por omisión, contubernio o ineficacia no podrán ser rectificados, toda vez que sumió a Guerrero en deudas estratosféricas, permitió corrupciones y olvidó resolver las necesidades más apremiantes en los rubros de salud, educación, vivienda, trabajo, obra y servicios públicos, proyectos productivos, cultura, igualdad social y procuración de justicia].

R) Afirma que sí se divorció del perredismo y de la izquierda porque la gran mayoría de sus integrantes pedía dinero, cargos públicos, incumpliendo al mismo tiempo con los valores y principios de justicia y democracia.
[Los hechos y las predilecciones que tuvo con sus incondicionales y “elegidos” hablan por sí solas a través del recuento histórico de los seis años de gobierno]. B.H.G. Ω CONTINÚA……..

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