ANÁLISIS POLÍTICO Y SOCIAL, MANEJO DE CRISIS, MARKETING, COMUNICACIÓN Y ALTA DIRECCIÓN

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viernes, 25 de febrero de 2011

LA INSOPORTABLE ESTANCIA DE UN POLÍTICO INEFICAZ: Manuel Añorve Baños continúa en el municipio de Acapulco, Guerrero, México


A PESAR DE MANUEL AÑORVE BAÑOS
ACAPULCO Y GUERRERO VAN A TRANSFORMARSE
*Manuel Añorve es marketing y negatividad*
*Derrota electoral y gestión pública en Acapulco*
*El PRI ya no cree en Manuel Añorve*
*¿Tenderá lazos con el gobierno estatal de Ángel Aguirre Rivero?*
*Pago de deuda pública*

Por Baltasar Hernández Gómez


La campaña proselitista de Manuel Añorve Baños no debe ser vista como mera experimentación ni un pase de lista para la política regional, sino como uno de los episodios más lamentables del subsistema electoral del estado, en virtud de que el anhelo personal y partidista de “recuperar” Casa Guerrero tuvo como eje central la ambición desmedida para acaparar para sí el poder Ejecutivo del estado, a través del empleo de métodos y procedimientos que dieron como resultado un marketing sucio e irreal, intimidación de opositores, compra-venta de consciencias y votos, derroche de recursos financieros y materiales e implantación de un esquema clientelar sustentado en la sin razón. Un corolario que se desprende de las elecciones 2011 en Guerrero es: el pasado inmediato debe quedar como presente continuo y no olvidarlo, para no caer en los mismos errores.

No obstante que la maquinaria del PRI puso toneladas de carbón en el asador para encumbrar a Manuel Añorve, la sociedad civil activó, en el imaginario colectivo, un convenio para decir NO a la propuesta tricolor que quiso burlarse de la inteligencia ciudadana bajo slogans surrealistas como “Tiempos mejores” y “Uniformes, útiles, becas y créditos para alumnos y amas de casa”. El logotipo del corazón rojo, los fingidos rostros radiantes de Añorve y esposa, las palabras con connotación religiosa y las demostraciones anticipadas de triunfo afortunadamente carecieron de legitimidad y fuerza para penetrar la mente y actitud de los guerrerenses. Los resultados electorales dieron el triunfo a Ángel Aguirre Rivero y los tres partidos que se coaligaron para apoyar su candidatura y esto fue un golpe contundente para el priismo que desde 2009 reitera que volverá a Los Pinos, pésele a quien le pese.

Mi postura como analista y comunicador ha sido de oposición tenaz a las acciones perpetradas por Añorve Baños en su dispar y polémica carrera burocrática/política. En todos los gestos, discursos y actuaciones del actual alcalde de Acapulco -quien no alcanza a ser definido por su atípico paradigma de hacer política- hubo la pretensión de empoderarse del escenario regional como fin y no medio para alcanzar desarrollos personales y colectivos. Siempre he dicho NO al proyecto de Manuel Añorve, sin embargo, en este momento debo aclarar que hay que agradecerle, en nombre de la generalidad, porque -sin pretenderlo- despertó al ocelote sureño.

Debe dársele un reconocimiento público, pues debido a sus tácticas retorcidas puso en alerta máxima a más de la mitad de los ciudadanos inscritos en el padrón electoral; al 21% que no votó por diversas causas, tales como: cambio de residencia en la entidad; traslados interestatales, enfermedad y hasta la no notificación de defunciones [datos proporcionados por el delegado del IFE en la transmisión del programa sobre el análisis de las elecciones en Soy Guerrero, lunes 21 de febrero/2011] y también a un porcentaje considerable de hombres y mujeres que en las boletas electorales marcaron su nombre, pero que en verdad lo hicieron por la ilusión de fidelidad malentendida hacia el partido que lo impulsó.

¡Gracias Manuel Añorve Baños! porque con la estrategia político-electoral desplegada abriste la consciencia adormecida de jóvenes, adultos y personas de la tercera edad que asumieron sin desvíos que era necesario decir basta a la imposición de antivalores. Durante y después de las elecciones efectuadas el domingo 30 de enero 2011 se ha venido fortaleciendo un clamor, que flota con intensidad en el ambiente: los guerrerenses no somos discapacitados mentales, ni borregos y mucho menos seres temerosos que paralicen su participación por intimidaciones telefónicas, correos electrónicos, detenciones, recados, casquillos de bala y animales muertos a las puertas de casas habitación u oficinas, coacciones de despido laboral y connatos de violencia provocados por militantes priistas.

¡Gracias “chaparrito entrón y cabrón”! como él mismo se hacía llamar en campaña, porque con las falsedades vertidas por ti, colaboradores, voceros y políticos del PRI se activaron redes sociales de carne y hueso que hasta hace poco eran insospechadas. Con la imagen enfundada en camisa verde pistache despejó cuestionamientos latentes y la sociedad firmemente optó por impedir el regreso del autoritarismo, discrecionalidad, corrupción y antidemocracia que lo han caracterizado.

A pesar del grandilocuente esfuerzo que Manuel Añorve y el PRI hicieron para captar el voto, no pudieron siquiera acercarse decentemente al poderío de la voluntad popular que se tradujo en apoyo total al ahora gobernador electo Ángel Aguirre Rivero. La comunidad societal no se intimidó por las constantes amenazas, propaganda negra y exagerado derrame de recursos monetarios diseminados desde la montaña hasta las costas, pasando por el valle central y la tierra caliente. La contundencia de los sufragios recibidos por Ángel Aguirre Rivero son prueba fehaciente de que aún con una cultura política promedio, los guerrerenses no desean más mentiras, miedos e intangibles, sino por el contrario, requieren de verdad, responsabilidad, eficacia gubernamental, equilibrio social y tangibilidad, que hagan llegar beneficios directos a los hogares.

¡Gracias Manuel Añorve! porque sin preverlo revelaste que Guerrero no es la estadística pronosticada de recuperación total del PRI y que, de ahora en adelante, partidos, sindicatos, políticos, instituciones gubernamentales, legisladores, jueces y futuros candidatos tendrán que ponerse a trabajar con tiento y en serio, desarrollando cabalmente sus funciones, para que la sociedad no les dé la espalda. Claro está que falta que el marco normativo esté acorde a las demandas de reformulación del subsistema electoral y de partidos, para instaurar vigilancia, evaluación y sanción, en su caso, de los organismos y personas que tienen responsabilidades públicas.

Es innegable que Añorve Baños estará un año y cinco meses más en la presidencia de Acapulco, intentando remozar su imagen, la de su familia y PRI, para luego otorgar servicios y obras que satisfagan algunas necesidades básicas de la población local. Mientras esto se materializa, desde hace dos semanas se ha empeñado en aplicar castigos ejemplares a los colaboradores que “le fallaron” en sus propósitos electorales, moviéndose con frenesí en medios de comunicación y recorriendo puntos conflictivos en el municipio que formalmente gobierna para todos, para evitar mayores desastres en el corto y mediano plazo. La incertidumbre es mucha y no vaya a ser que enfrente el alzamiento de grupos sociales por medio de la convocatoria en nichos del internet, como se está viendo en otras latitudes del orbe y se vea obligado a abandonar definitivamente su cargo antes de julio de 2012.

A pesar de que reanudó labores con celeridad, esto no va en dirección de ofrecer, en serio, “tiempos mejores”, ya que su proyecto político personalista no es infección que se cure con antibióticos, sino una constante que no puede erradicar y que reproduce en cada acto que efectúa, sin embargo, la presión social es una cura que debemos inyectar a la enfermedad. Para muchos es una verdad que Añorve Baños es “doble cara”, que primero dice algo y luego realiza lo contrario, blandiendo el hacha de la venganza y la doble moral. La realización de cambios en su gabinete no tienen como meta la recomposición orgánica de la eficiencia gubernamental, sino la reparación de los agravios que supone se cometieron durante su campaña. La prospectiva indica que sus próximos movimientos tienen como objetivo no caer más bajo en la percepción social y en la opinión que guardan los sectores de su partido que alguna vez confiaron en sus elucubraciones de poder.

De regreso al palacio municipal ha insistido en conceptos como humildad, trabajo y transformación, pero solamente se ha limitado a remover funcionarios y preparar trampolines a posteriori de manera tal que se observe como medida de perfeccionamiento organizacional. A Erika Luhrs, politóloga-administradora, encargada hasta hace 6 meses del desarrollo social en Acapulco, la trasladó al sector turístico, pese a las críticas de empresarios y expertos en el ramo que es el motor de la economía doméstica y estatal. A Bismarck Villanueva, lector de noticias y encargado de comunicación social por casi dos años, lo segregó a una asesoría, respetándole el jugoso contrato por la transmisión de su programa radiofónico, que desde 2009 vendió integridad periodística para promover la figura de Añorve Baños al ciento por ciento.

En su lugar nombró a Esteban Valdeolivar, quien en su currículum asienta que es profesionista en relaciones internacionales, pero que desde hace años cumple con una labor de comodín en componendas priistas y acompañante de Héctor Apreza, así como vendedor de bienes y raíces en la empresa transnacional Coldwell-Banker. Lo mismo pasó con Miguel Ángel Hernández Albarrán quien dejó la dirección local de gobernación para desempeñarse como vocero contestatario bajo las órdenes directas de Añorve Baños durante la segunda mitad de 2010. Veintitrés días después de las elecciones regresa al Ayuntamiento como director de Tránsito, o mejor dicho, como titular de la policía vial, como ahora ostentosamente denominan a la corporación de los tradicionales “tamarindos”. Dichas transferencias parecen una comedia de teatro que bien podría llamarse “Acapulco, tierra de reciclamiento y del todo se puede”.

Los enroques están matizados por la tenebra, la cual pretende sacudir las canicas en el tablero del juego de mesa conocido como “damas chinas” para hacer sentir que se está haciendo sin hacer nada de fondo. La rumorología adelanta que habrá más cambios, como por ejemplo, que el secretario de gobierno, Vicente Trujillo, pasará a desarrollo social y que el secretario de Finanzas, José Luis Ávila, regresará a la regiduría obtenida en la contienda de 2008. Claramente se observa la intención de reproducir el esquema cortesano (una especie de monarquía constitucionalizada), revanchista, autoritario y oscuro, que ha caracterizado a los priistas de viejo y mediano cuño. Añorve está diciendo: los enemigos para afuera y a los amigos utilizarlos de “mil usos”, igual que el personaje interpretado por Héctor Suárez en la película del mismo nombre, a finales de los setenta del siglo pasado.

¿Qué esperan los acapulqueños?

1) Que la gestión añorvista pase lo más rápidamente posible, a efecto de evitar nuevos y más serios problemas de inseguridad, desabasto de servicios y mediatización política, pues se sumiría en la miseria a la mayoría de los sectores sociales y económicos del municipio.

2) Que entable por interpósita persona un lazo operativo con el nuevo gobierno estatal de Ángel Aguirre Rivero, para que los recursos bajen oportunamente y sean aplicados de acuerdo a la rama destinada que impacte positivamente la obra pública. Eso sí, nadie quiere que estos recursos sirvan para resarcir los gastos de su campaña.

3) Que no vuelva la saturación de publicidad y marketing gubernamental para no someter a la sociedad a una dinámica de culto a la personalidad e ignorancia enajenada, descuidando los asuntos relevantes en Acapulco.

4) Que se acabe la persecución de críticos y opositores a la forma de gobernar, a fin de no abonar el clima de inseguridad prevaleciente en la región.

5) Que Manuel Añorve deje de actuar como candidato permanente en campañas ilusorias o merecedor de cargos político-burocráticos a nivel nacional. Lo más saludable sería que se ponga realmente a trabajar.

6) Que se pague, sin más costos sociales, la deuda de 879 millones de pesos que actualmente tiene el Ayuntamiento, a fin de que se operen programas sociales y productivos para todos.

Posdata.

Aún con todo lo negativo que subsiste en el contexto municipal es preciso que el beneficio de la duda perdure. Si fueran ciertas las nuevas promesas de Manuel Añorve, hay que esperar que aterricen 100 millones de pesos anunciados en giras de trabajo en la zona rural de Acapulco, con el propósito de que vayan destinados a poner en funcionamiento proyectos productivos sustentables en el campo y el turismo.

Se tienen que concretar acciones que detonen bonanza, a través de la hechura de eventos deportivos como Mextenis, clavados, convenciones y tianguis, entre otros, pero sobre todo que la población tenga por fin agua potable, recolección de desechos sólidos, tratamiento de aguas residuales, seguridad, alumbrado, arreglo de calles y reordenamiento de vía pública, por lo menos. B.H.G. Ω

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1 comentarios:

A las 18 de junio de 2013, 6:24 , Anonymous Anónimo ha dicho...

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