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martes, 23 de noviembre de 2010

OBRAS PÚBLICAS REALIZADAS CON AUTORITARISMO: Corrupción y mentiras en Acapulco, Gro., México.


OBRAS PÚBLICAS REALIZADAS CON AUTORITARISMO Y CORRUPCIÓN
Mentiras y gastos infructuosos en el puente Bicentenario de Acapulco
Baltasar Hernández Gómez


Sin importar la opinión de grupos ambientalistas, urbanistas, partidos políticos, empresarios y ciudadanía en general, el pasado 20 de noviembre fue inaugurado el puente “Bicentenario” en Acapulco. Catalogada como la obra más importante por la actual administración local su puesta en marcha es más un simbolismo político que una práctica de buen gobierno, pues el objetivo de las autoridades municipales es hacer parecer que el viaducto elevado es resultado de la labor eficaz y modernista del presidente municipal con licencia indefinida, que en estos momentos contiende por la gubernatura del estado de Guerrero, Manuel Añorve Baños (MAB).

La postura social contraria a dicha construcción no provino de partidismos o enconos grupales, sino por la forma autoritaria en que fue proyectada, por su enorme costo presupuestal y su nula disfuncionalidad en el tramo nordeste de la segunda arteria vial de Acapulco, la avenida Cuauhtémoc. 391 metros lineales no valen 140 millones de pesos, menos aún cuando su operatividad no traerá mejoría alguna en lo que respecta a ingeniería vial, desarrollo urbano, conectividad comercial y turística: comparativamente hablando, el puente elevado “Vía Rápida”, que corre de la avenida Costera a la calzada Pie de la Cuesta, costó al Ayuntamiento 2005-2008 la cantidad de 40 millones de pesos, es decir, 280% menos que el puente “Bicentenario”.

Al final de cuentas el propósito de dicha construcción pretende ser vista como un obsequio gubernamental en el marco conmemorativo del centenario de la Revolución mexicana, de acuerdo a la óptica miope de MAB y su heredero espurio José Luis Ávila Sánchez, quien se ufana en asegurar que sólo con ellos Acapulco alcanzó la modernidad, olvidándose de los esfuerzos realizados por 3 administraciones que le antecedieron (Zeferino Torreblanca Galindo 1999-2002; López Rosas 2002-2005 y Salgado Macedonio 2005-2008) y las que anteriormente encabezaron sus correligionarios priistas.

El flamante puente “Bicentenario”, pintado con el color verde institucional que utiliza MAB en su campaña como candidato al gobierno de Guerrero y recubierto de propaganda institucional y política nació en la más pura tenebra, pues sus impactos viales, ecológicos (el puente quedó superpuesto en uno de los cauces que más destrozos provocó durante la estrepitosa caída de agua que trajo consigo el huracán Paulina), comerciales y turísticos no fueron puestos en la mesa del debate público. Su edificación tuvo un costo excesivamente gravoso, originando un mayor endeudamiento y el quebranto de programas sociales, en virtud de que los recursos fueron extraídos del Ramo 33, destinados -de origen- a planes y obras en sectores sociales vulnerables. Ninguna voz [bancos, agencias automotrices, instituciones educativas, comercios, partidos políticos y vecinos de 17 colonias y fraccionamientos habitacionales aledaños] fue tomada en consideración, porque lo trascendental para Añorve Baños era construir algo vistoso ante la incapacidad de gobernar bien en los últimos 19 meses.

Ante el vacío de poder generado por Manuel Añorve y su séquito, el puente queda como monumento a la antidemocracia y el autoritarismo, que trata de esconder los manejos discrecionales de millones de pesos que fueron usados para promoción personal y partidista, lo que ahora tiene en bancarrota a la tesorería municipal [más de 700 millones de pesos de deuda del Ayuntamiento con diversos organismos bancarios y bursátiles]. Los acapulqueños y visitantes tienen en frente un “elefante blanco” que barrita sin sentido, en medio del caos vial que producen estudiantes, automovilistas, usuarios del transporte público al tratar de llegar a sus centros de trabajo o centros de esparcimiento.

Bajo las columnas y el concreto se quiere enterrar el manejo turbio de los dineros de la sociedad y la enfermiza pretensión de MAB para “dejar huella” en su maniática carrera por escalar a puestos administrativos y de elección popular. Sin embargo, ni esto, las pipas de agua que se distribuyen discrecionalmente en colonias priistas o los miles de baches pueden borrar de la percepción acapulqueña la desastrosa y mentirosa administración encabezada por Manuel Añorve. No obstante que José Luis Ávila Sánchez se desvive en afirmar que pese al enojo de los enemigos, el PRI sí sabe gobernar y que el municipio está disfrutando de tiempos mejores (en clara alusión al lema principal de la campaña de su jefe), a ras del asfalto brotan las turbiedades de esta obra millonaria y meses en total desgobierno.

Fuera de este entramado lleno de corruptelas y mentiras, la ciudadanía transitará por el puente “Bicentenario” teniendo la certeza de que Manuel Añorve Baños y sus encubridores son personajes autócratas disfrazados de demócratas, pero sobre todo políticos/funcionarios ineptos y deshonestos. La historia se encargará de poner a cada quien en su lugar y muy pronto conoceremos su veredicto. B.H.G. Ω

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1 comentarios:

A las 23 de noviembre de 2010, 20:54 , Anonymous Ismael Rosas Castillo ha dicho...

Baltasar Hernández Gómez
Presente

Le felicito por sus artículos relativos al momento político que vivimos y el relativo al Becerro de Oro, que se construyó en la av. Cuauhttémoc. Me gustaría comportir con usted información. Por lo que le solicitaría su correo electrónico.

 

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