ANÁLISIS POLÍTICO Y SOCIAL, MANEJO DE CRISIS, MARKETING, COMUNICACIÓN Y ALTA DIRECCIÓN

Este es un espacio para conceptualizar, analizar, efectuar crítica y proponer estudios sobre política aplicada, marketing, comunicación, educación, métodos aplicados, alta dirección y proyectos sustentables. Contacto:baltasarhernandezgomez1@hotmail.com, baltasarhg@gmail.com

martes, 16 de junio de 2009

LA PARODIA DEL PRD Y LA CHIQUILLERÍA POLÍTICA


PARODIA PERREDISTA Y CHIQUILLERÍA POLÍTICA
Por Baltasar Hernández Gómez


Con tal de no morir en el intento de sentirse dirigente nacional de un PRD agonizante, Jesús Ortega Martínez (de los mismos apellidos que el director del IIEPA de la Universidad Autónoma de Guerrero) va y viene a lo largo y ancho de las zonas políticas afines a su partido, levantando la mano a candidatas(os) y fustigando a todos los militantes que atacan a los gobernantes que simpatizan con su causa. Supone que todo es válido cuando se trata de reformular soterradamente las estructuras y directrices de su partido y quitarle presencia a la tribu enemiga. Un día antes de su llegada a Acapulco, no obstante que criticó el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que invalidó la candidatura de la perredista Clara Brugada a la jefatura delegacional en Iztapalapa, admitió que acatará la decisión y apoyará a Silvia Oliva, quien se había inconformado contra su compañera. Lo que hay detrás y no se dice es que la segunda es miembro de un clan cercano a “los chuchos” y Brugada pertenece a las filas pro-lópezobradoristas.
El domingo 14 de junio próximo pasado, Jesús Ortega estuvo en Acapulco, sintiéndose a sus anchas en un rol de “fiel de la balanza”:

1.- Quiso dejar en claro que él es el líder perredista, imponiendo un discurso de unidad por medio de la división: a costa de la crítica a perredistas que se han opuesto al estilo de gobernar del actual mandatario guerrerense, defendió con todo a Zeferino Torreblanca Galindo cuando se le preguntó sobre la información de la Auditoría sobre la inhabilitación de ex-alcaldes del PRD, a menos de tres semanas de la elección federal intermedia (situación que no hizo en el caso de la invalidación de la candidatura a la jefatura delegacional de Iztapalapa).

2.- Aseguró que el posicionamiento de su partido en Guerrero está bien, lo cual va en contrasentido con los recientes resultados electorales en la región: si Chucho dixit es porque es verdad.

3.- Como réferi que da el triunfo a los combatientes, Ortega Martínez vino a levantar los brazos de las dos candidatas a diputadas federales en los distritos 04 y 09, Avelina López Rodríguez y Gloria María Sierra López. De un lado la mujer sin méritos ni definición política, pero que está alineada con el Ejecutivo estatal. Del otro lado, una activista populista y de talacha, plegada también a Torreblanca Galindo desde que era regidora en el Ayuntamiento de Acapulco (1999-2002). Tal simbolismo es una muestra de cortesía al alejamiento del gobernador de todo lo que provenga del lópezobradorismo.

4.- Ponderó la labor del gobernador de Guerrero y minimizó los encuentros negativos entre él y perredistas que han hecho público el nulo compromiso político con las causas de su partido.

Entre rostros contraídos de los perredistas regañados por ser facciosos y sonrisas de oreja a oreja de las candidatas a diputadas federales, Jesús Ortega ahonda la brecha de separatismo. Los chuchistas y lópezobradoristas, los ex-presidentes municipales abandonados, las dirigencias sin brújula ni peso político, las tribus locales en pie de guerra, la indefinición de un mandatario que no es completamente negro amarelo, tricolor o blanquiazul; son los principales elementos que presagian rompimientos y pérdidas electorales. Los opositores se regocijan del carnaval de dimes y diretes y enfilan sus baterías para ampliar cobertura. Las puñaladas traperas que se brindan los perredistas son suficientes para no desviar tiempo y esfuerzo en sus campañas. Saben perfectamente que la sociedad está apreciando todos los días el “fuego amigo” de un PRD cada vez más fragmentado.

¿Ya se le olvidó a Jesús Ortega que hasta hace apenas cuatro años Guerrero estaba considerado un bastión indiscutible del PRD y ahora está enfrentando una caída libre sin paracaídas? Parece que sí, porque su mayor preocupación está en conservar los votos suficientes para garantizar una rebanada de pastel en puestos de elección popular y recursos económicos, que le permitan consolidar un refugio blindado de liderazgo hasta 2012 y más si es posible.

¿Las candidatas por los distritos federales de Acapulco se sienten con la fortaleza necesaria para ponerse el cinturón de campeonas electorales por el simple hecho de haber sido apoyadas por el dirigente oficial del PRD? Ambas conocen que su potencial no es suficiente para detener la ola de Convergencia y de la alianza PRI-Verde Ecologista, pero se apoltronan en la idea de que el perredismo todavía tiene capital para no perder Acapulco y que la mano del gobernador guerrerense es suficiente para movilizar contingentes y recursos para favorecerlas con el voto, teniendo cierta anuencia de algunos priístas. Como me dice un colega: las dos morenas desean ganar para no verse refundidas al ostracismo de sus negocios particulares o tener que luchar desde abajo en las estructuras de un perredismo convertido en sitio de caníbales.

¿Sabrá Jesús Ortega que el gobernador, en su afán de proseguir el modus operandi político que puso en funcionamiento desde 1999, se está acercando a priístas y panistas? Es apreciación no comprobada aún, pero lo que se ve es que el Ejecutivo de Guerrero ha tenido una especie de “luna de miel” con connotados políticos del PRI y el PAN, que lo han dejado medio hacer en cuatro años y dos meses que tiene como gobernante. Zeferino Torreblanca apunta su mira telescópica a una senaduría, a un cargo en el gobierno federal o ser factótum político que parta y reparta el “pay” político de la entidad hasta encontrar un mejor acomodo.

¿Qué ocurre con los perredistas regañados por contradecir al gobernador? Están en la paradoja de ordenarse por intereses: aguantan las críticas verbales y siguen conservando supremacía en la toma de decisiones del PRD, o bien, se separan para “jugársela” con el lópezobradorismo, teniendo en mente el abordaje de los partidos a los cuales está apoyando coyunturalmente el pejelagarto, para que desde esa posición funden nuevas mini-fortalezas caciquiles. Ya se escuchan los estiramientos de los resortes del trampolín para que los políticos sin puestos públicos o en la cúpula salten a otros espacios. Chavarría Barrera y Jiménez Rumbo tienen fuero por unos cuantos años más, pero tejen redes de colocación para sus asociados. Otros se arroparán en sitios de dirigencia, pero muchos más están esperando el momento para cambiar de trapecio (como los movimientos hechos en el pasado reciente por perredistas que ahora son convergencistas y priístas de nueva cuenta).

La última venida de Jesús Ortega es digna de ser considerada una parodia política, ya que las imágenes y discursos expuestos reflejan el alto grado de incongruencia entre el ideario de estar cercano a la gente y el aseguramiento de cargos que le permitan convertirse un partido reformista. La oposición quedó borrada para dar paso a la colaboración disfrazada.

La chiquillería política vive aferrada a la ley de probabilidades, pues sostiene la tesis de que los votos no acaparados por los tres partidos grandes (PAN, PRD y PRI) serán bienvenidos a la buchaca partidista minoritaria. Convergencia actúa en términos matemáticos, tan es así que Luis Walton Aburto pidió licencia a su senaduría para contender por una diputación, a efecto de asegurar presencia en el estado, que permita a su franquicia naranja seguir teniendo prerrogativas a nivel nacional.

El Verde Ecologista de la familia González sigue explotando la fórmula de alianza con el PRI, a fin de asegurar menudencias en diputaciones directas y proporcionales, así como encargos menores en Ayuntamientos y gobiernos. Conformado por jóvenes yuppies, que juegan en sus ratos libres a ser demócratas, se ufana de la presentación de “iniciativas” sin sustento jurídico y campañas sentimentaloides que no dicen cómo resolver los problemas. Su mérito es colgarse de la organización del PRI para sacar beneficios en especie y económicas. Hoy, este organismo pseudo-político llegó al borde de la parodia: uno de sus principales promotores es un presentador de programa de farándula (Raúl Araiza) que llama a votar por el cambio, acompañado de una actriz que fomenta la idea de que la juventud es verde y no hay más.

Nueva Alianza se pliega a la plataforma del SNTE y a la desfachatez de un Jorge Kahwagi que quiere lucir una imagen de modelo-boxeador y repartidor de becas a estudiantes. Con su presencia asegura una que otra curul en el juego perverso del reparto proporcional del sistema de partidos. En lo relativo a las candidaturas locales, los mismos aspirantes saben que no tienen ninguna posibilidad de triunfo, pero aceptan exhibirse en la vitrina pública por la inyección de recursos y las promesas de colocar a sus allegados en plazas de la SEP y dependencias gubernamentales, por la asociación oculta con el PAN.

Del PSD sólo mencionaré que lo más elocuente de su “lucha política” es la transmisión de spots donde señala que ya no más balas, machetes ni grillos, sino acción social con decisión, pero ¿Cuál es su origen, la trayectoria de sus personajes, a qué responden y cuáles son sus alternativas? B.H.G.

Etiquetas: , , , ,

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio