EXPERIMENTACIÓN POLÍTICA DEL PAN, PRD Y PRI: Un ejercicio comparativo entre política y ciencia aplicada.
EXPERIMENTACIÓN POLÍTICA DEL PAN, PRD Y PRI
Un ejercicio comparativo entre política y ciencia aplicada
Por Baltasar Hernández Gómez
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Augusto Monterroso.
Me apropio ciertos conocimientos adquiridos en las ramas de biogenética, astrofísica y del comportamiento impredecible de sistemas dinámicos en matemáticas (Teoría del Caos), para hacer un ejercicio comparativo entre la praxis política de los tres partidos grandes del subsistema electoral mexicano y los resultados obtenidos por la ciencia aplicada. Veamos:
El PAN le ha apostado a la teoría del caos (Edward Norton Lorenz), que dictamina ciertos movimientos impredecibles en sistemas dinámicos, utilizando la matemáticas en la predicción de ambientes climatológicos, con la finalidad de descomponer el escenario político y obtener ganancia para sus personajes más visibles. El presidente de la República tiene la prioridad de que en la atención/confusión de la guerra contra la mafia mexicana se cree impredecibilidad política, para que al final su figura y la del PAN estén en la cima de las preferencias electorales, sobre todo por la anarquía e incertidumbre provocada por la crisis económica global, que no deja margen de maniobra para incentivar políticas sociales, ni siquiera paliativas que den grados avanzados de legitimidad a su mandato.
En este tenor la labor del dirigente panista Germán Martínez Cázares, como adalid del “comando táctico de derecha”, es ser ariete para romper los protocolos políticos y el equilibrio de fuerzas, imponiendo un programa comunicacional de golpeteo para atraer la adherencia de grupos sociales que desean aniquilar a los priístas y perredistas. Esto proporciona protección al blanquiazul ante los fuegos enemigos destinados a menguar al Ejecutivo federal. En su caracterización de yuppie exhibe discursos que serían la envidia de profetas de la antigüedad, promotores de las nuevas religiones mediáticas y de la inquisición. La estrategia del PAN persigue la vertiente de llevar al público a una dinámica de descalificación hacia todo lo que no parezca progreso aséptico: intenta exterminar al PRD, recreando la política de confrontación de las tribus y de la efigie fundamentalista de López Obrador.
Asimismo, pone en altorrelieve la concertacesión priísta como método para ganar presupuestos para programas sociales y económicos en sus enclaves geopolíticos.
Los panistas piensan que “a río revuelto, ganancia de pescadores”, por lo que inoculan el escenario social de indeterminismos aleatorios para crear desconciertos, que hagan aparecer al presidente Felipe Calderón Hinojosa como el mesías que puede salvar del caos al país y al PAN como el único organismo capaz de no caer en demagogia o desorden. Si esto sigue así es obvio que la política se verá sometida a la efectividad operativa de las fuerzas armadas y a la acción propagandística que erige a cada momento “enemigos comunes”.
La teoría del caos -piensan- es lo que puede darles certeza para ganar apoyos en todas las clases sociales y así conservar el poder allende del año 2012. Por eso se observan movimientos espectaculares: operativos contra el narco, ataque de epidemias, acercamiento con los grandes capitales, descalificaciones públicas en tours proselitistas en los cuatro puntos cardinales de México, obras de infraestructura que favorecen a las empresas industriales, mercantiles, agropecuarias y del transporte de carga y pasajeros.
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En el caso del PRD, sus tácticas están direccionadas a disminuir las emisiones radioactivas provocadas por Andrés Manuel López Obrador y situarse en un espectro de colaboración y moderación. Los dirigentes legales de este partido no pueden darse el lujo de que el hidrógeno energético de su “sol azteca” se convierta en helio fusionante que lo haga explotar como supernova. Un tanto porque Jesús Ortega ha pretendido desarticular a las facciones más contestarías del partido y que el “pejelagarto” está buscando nuevas vías de acción, a través de otros partidos menores para afianzar su permanencia como icono concentrador de simpatías, y otro tanto porque el perredismo está perdiendo amplios nichos electorales por las indefiniciones y fallas en su estrategia de posicionamiento 2009 y 2012.
Este partido ha visto reducida su potencia de conservación y crecimiento por sus errores, divisiones y la política de mantenimiento de canonjías (puestos directivos, cargos públicos y de elección popular) de las tribus que aportan dinero y recursos humanos. En el presente año el gobierno federal ha apuntado su artillería hacia las estelas fotónicas del sol negro-amarillo, diezmando evidentemente sus capitales comunicativas y de empatía con el público: el impacto negativo que han recibido las figuras más prominentes del perredismo, tales como los gobernadores de Michoacán, Zacatecas y D.F. restan posibilidades para edificar un símbolo de unidad y eficiencia, lo cual tira por la borda la idea de que el PRD está cercano a la gente. Si esta situación continúa es muy probable que las auroras boreales, producidas hace apenas unos pocos años por la interacción de rayos aztecas y el campo magnético mexicano en latitudes centro-pacífico-sur-sureste, desaparecerán ante la supremacía de paisajes de color azul o tricolor.
Esto se refuerza por la detestable intervención de sus líderes, tal es el caso de la candidatura a la delegación política en Iztapalapa, D.F., donde la candidata perredista apuntalada por el lópezobradorismo fue bajada -por la apelación interpuesta ante el Trife- por otra correligionaria apoyada por Jesús Ortega. La pus sale a borbotones de la herida largamente vendada y los ciudadanos perciben la podredumbre de la lucha interna por saciar la hambruna de más y más cargos administrativos y legislativos.
El PRD ha visto caer monumentos: López Obrador ya no tiene un grado importante de convencimiento público ni en las facciones de su casi ex-partido(1). Asimismo, los dirigentes están en la disyuntiva de convertirse en aliados funcionales del reformismo gubernamental, quedando fuera de su visión a mediano y largo plazo una estrategia de cambio donde se aprecien acciones para elevar los niveles de calidad de vida (política, económica, social y cultural) y erigirse como partido de oposición real que esté a la altura de las necesidades y prospectivas ciudadanas.
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En el año 2000 los paleontólogos políticos opinaron que el reinado de los dinosaurios priístas había llegado a su fin, asegurando que las secuelas de autoritarismo impuesto a su paso en 71 años en el poder fueron suficientes para México. Las especies panistas se apoderaron de la era neoliberolítica con un escenario envuelto de luces cósmicas provenientes de la mercadotecnia política, que acabó por instaurar el imperio del videns. A punto de cumplir un sexenio y medio de gobiernos blanquiazules, la dominación de Acción Nacional comandada por el presidente de la República y Germán Martínez Cázares está sufriendo del alejamiento de ciertos sectores sociales por quedar al descubierto que no hubo transición democrática, sino una simple alternancia aderezada con acciones mediáticas. Para el PAN-Gobierno la realidad sólo debe ser transformada en formatos de campaña proselitista, a través de la sistemática transmisión de spots que hablan de ir hacia adelante, teniendo como base slogans llenos de simbolismos de superación personal, ataques al adversario y mercadotecnia.
Aunque el panismo conserva una buena parte de simpatía de las clases media y alta en diferentes zonas geográficas, cierto desencanto ya empieza a apreciarse en los resultados electorales de 2006, a nivel federal y estatal. En lo que va del sexenio, la lucha contra el narcotráfico ha sido la válvula del gobierno calderonista para imponer un nuevo culto a la investidura presidencial y desviar la atención ciudadana hacia temas intrascendentes. ¿Y los empleos, las inversiones, la recuperación económica y los programas sociales sustentables? Entre comunicados policiacos, militares y edictos se ha ido la mitad del sexenio. Ante este horizonte, el PRI se dio a la tarea de recoger el cuerpo del dinosaurio moribundo y llevarlo a un laboratorio de biogenética política para revivirlo. La ingeniería aplicada se fue directamente al ADN nucleótido, recuperando las secuencias cromosómicas que dieron resultados positivos en el pasado y adicionándoles otras de reciente adquisición para producir un ente renovado.
Así pues, apoyados en la disciplina institucionalizada, zanjamiento de diferencias, reacomodo de las correlaciones de fuerzas a nivel regional y nacional, impacto del marketing y la recomposición de la imagen construida por sus oponentes como el enemigo común a otra que ahora emerge como partido que sí sabe gobernar y que puede ser el reconstructor del desastre blanquiazul y perredista; lograron poner en movimiento al tricerátopo clonado que surgió de los restos de su antecesor.
El experimento político/genético intenta remover cromosomas que impedían la recuperación de la credibilidad de los mexicanos. Por ejemplo, la secuencia mitocondrial que trae la característica de la cola larga se extirpó, así como también el gen de las escamas que anteriormente hacía que se le resbalara todo lo que ocurría en el ambiente. Mientras esto está en operación, el dinosaurio revivido está rescatando curules y presidencias municipales en sitios donde el PAN y PRD tenían la convicción de ser infranqueables.
El PRI le apostó a que el denominado “hartazgo” iba a tener una curva baja y al llegar a tal punto intervenir a fondo y con todo. Los líderes nacionales, gobernadores, diputados, senadores y presidentes municipales reactivaron los trabajos en los distritos y secciones para acercarse a la población, exponiéndole que ni el panismo o perredismo han sido la solución a sus problemas.
Las encuestas de Parametría, Mitofsky, María de las Heras, entre otras, dan como probable ganador de las elecciones federales intermedias de este año al PRI, lo cual le proporciona una capacidad de defensa y ataque que puede poner en entredicho la labor del presidente de la República y tener mayor contacto en todas las circunscripciones de la nación. En las últimas investigaciones genéticas se ha comprobado que, a partir de la activación de códigos cromosomáticos se pueden retrotraer funciones morfológicas en organismos vivos: en una investigación multidisciplinaria de la Universidad de Texas se experimentó con pollos, los cuales llegaron a recuperar ciertas morfologías de sus ascendentes reptiles, como por ejemplo la cola, los dientes y las extremidades superiores.
Los priístas llegaron a las mismas conclusiones políticas, en sentido inverso: el ente que vivió fuerte por muchos sexenios y que estuvo a punto de fenecer ahora adquiere fisonomía moderna tratando de llenar los requerimientos de la sociedad mexicana del siglo XXI. ¿Será? Habrá que verlo el 5 de julio de 2009, porque hasta hace 9 nueve años nadie se imaginó la voltereta electoral. El PRD y el PAN están sintiendo el rebase priísta y ponen sus barbas a remojar en muchas zonas de presumible influencia. B.H.G.
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(1)Desde finales de 2008 y hasta la fecha Andrés Manuel López Obrador, ex-candidato a la presidencia de México que por un poco más de 300 mil votos no alcanzó la primera magistratura, está haciendo abiertamente campaña a favor del partido del Trabajo y Convergencia, no por el PRD.
Etiquetas: Elecciones federales 2009 en México, Estrategias partidos políticos en México, Felipe Calderón Hinojosa, Germán Martínez, López Obrador, Política y ciencia aplicada
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