APOCALIPSIS DEL PRD EN GUERRERO
APOCALIPSIS DEL PRD
Una ojeada a Guerrero
Por Baltasar Hernández Gómez*
A punto de culminar el segundo tercio de su gobierno estatal, René Juárez Cisneros soltó la frase Guerrero no es Disneylandia, dejando en claro que administrar y hacer política es una situación muy difícil. La expresión revela que los políticos no obstante persiguen desaforadamente la conquista del mandato popular para “beneficio de la sociedad, porque para ello nacieron”, cuando llegan no saben la magnitud de los problemas existentes y hay un constante estado de justificación a las ineficiencias propias y de colaboradores para resolverlos. Otros no dicen que la realpolitik es Disneylandia, pero sí justifican su actuación depositando culpas en los enemigos ocultos del desarrollo, la mano negra de intereses de grupos de presión y hasta el poco entendimiento y compromiso de la sociedad.
El pronunciamiento hecho por el ex-mandatario priísta lo retomo porque se quedó corto en alcance, ya que si bien es cierto que la entidad no es el parque temático de Anaheim, California, sí se parece a una representación teatral que concentra lo mejor del realismo mágico de la literatura latinoamericana(1) combinado con el surrealismo europeo de principios del siglo XX, teniendo como espectadores millones de personas que observan azoradas las peripecias de los gobernantes.
El sector político guerrerense(2) es una guardería de filibusteros, oportunistas y trapecistas, que lo mismo visten los colores de uno u otro partido o se comunican por medio de discursos abarrotados de símbolos de izquierda, centro o derecha a conveniencia. Desgraciadamente la memoria societal es corta y el olvido profundo. Mucho de la caída estrepitosa del PRD se explica por su constitución humana, pues los dirigentes se dejaron llevar por la lógica de invencibilidad al obtener un alto porcentaje de presidencias municipales y diputaciones en 1999 y 2002, lo cual llegó a su clímax en 2005 con la obtención de la gubernatura por parte del “aliado-miembro-adherente” (o como se le guste identificar al actual titular del Ejecutivo estatal) Zeferino Torreblanca Galindo.
Los protagonistas negro amarelo de la trama, que bien podría llamarse “Guerrero, un sol a punto de implotar”, se regodean de sus hazañas tribales, disfrutando los últimos movimientos del Frankestein que forjaron, bajo el supuesto de que todavía pueden perpetuarse en el poder con un poco de suerte. Sin embargo, dicha profecía no se cumplirá, en virtud de cada vez más se apegan a las concertacesiones y arreglos cupulares, dejando a su base de apoyo abandonada. El PRD no debe su baja electoral a complots, sino al crecimiento anárquico de sus estructuras internas, que estuvieron apuntaladas por una columna vertebral atrofiada por la metástasis gatoparda de indefinición e intereses de grupo. Sólo basta recordar que desde su fundación se valió del plan reformista de la corriente democratizadora de ex-priístas; métodos, procedimientos y estatutos autoritarios que fueron remasterizados por los nuevos líderes morales; acciones de movilización con tintes violentos sin ninguna conducción ideológica, así como de la intención para implantar soviets, que tuvieran la concentración de cargos populares y administrativos para sus clanes.
Desde hace aproximadamente 10 años la tribu con más arcos y flechas del perredismo guerrerense es comandada por el “jefe rr con rr cigarro”, o sea, Armando Chavarría Barrera, quien ha utilizado su tránsito en la UAG, Senado de la República, Congreso local y la Secretaría general del gobierno estatal para crear trampolines políticos que le den facultad para distribuir cuotas de poder a sus incondicionales. Existen otras tribus que están posiblemente a la par o por debajo del “tótem” perredista, como es el caso del grupo del gobernador Torreblanca Galindo o de Félix Salgado Macedonio, por hablar de los más visibles. Los “Frentes” se han valido del chantaje, de la ocasión de gobernar para sus intereses y alejar a la sociedad civil u organizada de la toma de decisiones.
Más allá de las acusaciones de deficiencia hacia la labor del actual mandatario estatal, que lo hacen ver como un híbrido panista-priísta-perredista sin determinación; de las diferencias para seleccionar los cuadros dirigentes, candidatos a puestos de elección y plazas administrativas; de los excesos cometidos que lo han posicionado como partido corrupto, ineficaz y provocador de caos, que no supo transformar la “lucha política” en acciones viables de gobierno; en el consciente social existe un rechazo para seguir otorgando preferencia electoral a este organismo identificado como propulsor de cosacos al abordaje del poder.
Desde sus primeros pasos el PRD guerrerense se irguió por un lado como partido multiforme, conformándose con huestes ex-guerrilleras, defensores del precarismo invasor, desempleados/exiliados de otros partidos, profesores universitarios. Por el otro, admitió a reformistas, especuladores de la política y juniors, creyendo que en tierra de ciegos, el tuerto es rey. Unos cercanos a la lucha de presión “del todo o nada”, otros a la vertiente de acomodo a la correlación de fuerzas dominante a nivel nacional y regional, y los demás aprovechándose de mujeres y hombres de buena voluntad. Mientras miles de guerrerenses se debaten entre la vida y la muerte por habitar en comunidades con niveles de pobreza similares a los pueblos más pobres del mundo (como por ejemplo Metlatónoc comparado con Burundi) muchos perredistas presumen sin rubor la tenencia de automóviles europeos, vestimentas de oropel, joyas, residencias, vida disipada y escoltas con armas de alto poder. Pareciera que los detentadores del poder perredista se vengan de sus correligionarios y antiguos opositores, exhibiéndose en reuniones sociales del jet set donde disfrutan de viandas y excesos al más puro estilo de las cortes palaciegas en Versalles.
No es que desee ver a los políticos en taparrabos o fingiendo ser hombres que siguen los consejos de Benito Juárez García para vivir en absoluta sobriedad republicana, pero es insultante y despreciable que Chavarría Barrera, Jiménez Rumbo, Salgado Macedonio, ex-guerrilleros, líderes del comercio ambulante, propulsores de toma de instalaciones públicas, vías de comunicación y paracaidistas estrenen mansiones en predios “expropiados”, acumulen fortunas en sus cuentas bancarias, inauguren casas de gestoría de lujo, se paseen con aditamentos tecnológicos de nueva generación, vestimentas dignas del fashion internacional, cuando miles de seguidores y la sociedad en general se agitan en la impotencia de no recibir agua potable u oportunidades laborales para llevar sustento a sus familiares.
La elección 2008 fue un duro golpe a la soberbia perredista(3). Todavía se cuestionan ¿Cómo fueron posibles resultados tan negativos? ¿Por qué la población no ha aquilatado los esfuerzos del PRD? Para justificar su apocalipsis divulgaron hipótesis que van desde lo inverosímil hasta lo estúpido: los argumentos suponen el pésimo desempeño del gobernador y ex-presidentes municipales; deficiente selección de candidatos en los municipios y diputaciones; los estragos de la crisis; la funcionalidad política y mercadológica de los partidos; el efecto lópezobradorista, entre otros. Ninguno ha admitido siquiera la refundación o mínimamente una revaloración crítica y autocrítica que dé como colofón un nuevo proyecto. Todo se ha ido en descalificación hacia adversarios, carencia de rumbo político y ataque a la incomprensión social.
En la perspectiva coyuntural de las elecciones intermedias del 5 de julio del presente año, la gran mayoría de las firmas encuestadoras dan posibilidades de triunfo al PRI en los 9 distritos federales con circunscripción en Guerrero e inmediatamente perredistas de todos los calibres se unificaron para descalificar dichas proyecciones estadísticas, argumentando sesgo en la aplicación de los sondeos y el desconocimiento de la realidad del estado. Hablando con verdad ¿Piensan ganar con candidatas(os) sin preparación, arraigo, penetración en todos los sectores sociales, carencia de plataforma política y propuestas sin realismo ni sustento? ¿Acaso ignoran que el papel jugado por los desastrosos presidentes provenientes de sus filas en Acapulco, Iguala y otros municipios no van hacer mella en las votaciones? ¿No ha sido suficiente el exceso en su desenvolvimiento?
Ante este panorama desolador para los perredistas, que ya veían competir sus riquezas con empresarios regionales, la cerrazón es el denominador común para desacreditar a los adversarios y acusar a la sociedad de traidora a las “causas más nobles del ala progresista”. No es aventurado avizorar acusaciones a granel, paros permanentes, toma de edificios, más invasiones y la reaparición de la cultura del fraude y la movilización que paraliza el desarrollo cotidiano de actividades. La cúpula tribal no quiere aceptar que abandonó principios sociales y responsabilidades que pudieron crear las condiciones para llevar al cabo una transición sociopolítica en el estado. A lo sumo -admiten- perderán la supremacía, pero conservarán cotos de poder que les permitan seguir llevando un ritmo de vida, que de otra forma jamás hubieran alcanzado. Los que queden fuera tendrán que vender su auto Lotus, Mercedes Benz o propiedades requisadas o invadidas a sus legítimos dueños, reinventarse en otras agrupaciones o cambiar de plano de modus vivendi.
Los jinetes del apocalipsis cabalgan las llanuras, montañas, sierras y costeras de Guerrero, mientras la mirada de los perredistas ven cómo crece la cobertura del PRI, Convergencia y hasta el mismo PAN. Los perredistas deben recordar que los actos políticos conllevan facturas y esto es lo que están pagando. Pago magro, toda vez que los verdaderos vencidos han sido miles y miles de compatriotas que depositaron su fe política y sólo consiguieron abandono. Elevemos el debate, activemos la participación consciente y hagamos una sociedad más comprometida y responsable con el quehacer político. B.H.G.
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(1)El realismo mágico es un género literario que se impuso entre muchos escritores latinoamericanos en las décadas de los sesentas y setentas como alternativa narrativa para reaccionar a la visión autoritaria de muchas sociedades autoritarias y a la moda de describir el desarrollo tecnológico y cuestiones metafísicas. El más reconocido de los escritores de este género es Gabriel García Márquez (colombiano).
(2)A propósito señalo sector y no clase política, toda vez que no existe un nivel teórico ni práctico que coloque a los “políticos” guerrerenses como hacedores de una praxis social de altura propositiva y formativa, que den guía a los requerimientos ciudadanos.
(3)De acuerdo a las cifras proporcionadas por el IEEG y recopiladas por el SIEM (Sistema Electoral Mexicano) el PRI y su aliado Partido Verde obtuvo el 36.9% de las votaciones para diputados locales en comparación al 32.7% del PRD y el 8.8% del PAN. En lo que respecta a las presidencias municipales hay un empate técnico, ya que el PRD tuvo el 31.6% y el PRI 29.4%. Sin embargo, las presidencias de los municipios más importantes fueron ganadas por el segundo partido (Acapulco, Chilpancingo, Zihuatanejo, entre otros).
Etiquetas: apocalipsis del PRD en Guerrero, PRD en Guerrero, René Juárez Cisneros, Zeferino Torreblanca Galindo
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