ANÁLISIS POLÍTICO Y SOCIAL, MANEJO DE CRISIS, MARKETING, COMUNICACIÓN Y ALTA DIRECCIÓN

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lunes, 3 de mayo de 2010

DETRÁS DE LOS DISCURSOS DE POLÍTICOS Y GOBERNANTES EN MÉXICO.


¡PUES, NI MODO!
Una muestra de lo que hay detrás del discurso político de los gobernantes en México
Por Baltasar Hernández Gómez


Las palabras como los actos sociales no son producto del azar o la espontaneidad, ya que son emitidos con intencionalidad y es por esto que en el ámbito político los discursos, poses, gestos y acciones están permeados por los objetivos e intereses de sus hacedores. En la modernidad los ciudadanos han estado sujetos a una culturización que los reconstruye como observadores epidérmicos de lo que acontece en sus comunidades sin ninguna responsabilidad para introducirse en un ejercicio de análisis y participación que “lea entrelíneas” todo cuanto los rodean.

Dicha situación hace que prevalezca las dominación de los grupos en el poder, que tratan siempre de desviar los asuntos prioritarios del consciente colectivo, anteponiendo la permanencia de banalidades para readecuar la percepción general con informaciones que en muchas de las ocasiones tocan asuntos privados de pléyades reconocidas en su entorno, y otras abordan aspectos misceláneos, tales como avances tecnológicos sin ton ni son, cataclismos naturales y sociales, datos de relleno, así como notas espectaculares para el entretenimiento de la masa.

La frase ¡Pues, ni modo! dicha por el presidente Felipe Calderón el pasado lunes diecinueve de abril, en la inauguración de la prueba Enlace, que dicho sea de paso es un elemento requisital impuesto por la OCDE [Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico], no fue una simple contestación a los niños de la escuela pública “Canadá” que exclamaron no estar preparados para este examen diseñado por la SEP, en medio de caras largas de funcionarios del gobierno federal y del SNTE, toda vez que dicha aseveración trajo aparejada, en forma velada, la filosofía del mandatario federal, su partido, grupo político, pertenencia sociocultural y económica. El Ejecutivo hubiera podido contestar “En la vida nadie está preparado para la presentación de exámenes, pero los conocimientos aprendidos son suficientes para que demuestren sus habilidades académicas”. Sin embargo, el contundente ¡Pues, ni modo! sonó como lo que es: una voz autoritaria, que quiso restarle importancia a la afirmación hecha por los estudiantes de educación primaria, los cuales fueron llevados -ex profeso- al evento oficial de lucimiento, que terminó siendo uno más de los señalamientos contra las inconsistencias de los planes gubernamentales.

¡Pues, ni modo! es la oración que reivindica la sujeción del país a las instrucciones de los organismos nacionales e internacionales de poder, con la finalidad de seguir contando con apoyos financieros, materiales y técnicos, así como el aval de los bloques hegemónicos. ¡Pues, ni modo! representa el alzamiento de brazos ante la escasa efectividad de dirección en todos y cada uno de los rubros de la vida nacional. Esta aseveración no solamente denota un lapsus que quiso hacerse pasar como expresión coloquial del presidente, sino connota un “me vale”, es decir, puso al descubierto que la preocupación formal del Estado y su gobierno no va en el sentido de encontrar mecanismos para resolver los problemas y atrasos significativos en materia de seguridad, salud, empleo, vivienda y servicios, a efecto de que México transite por vías sustentables y perdurables de desarrollo.

Si hay muertos por la guerra fallida contra el narcotráfico ¡Pues, ni modo! porque al fin y al cabo son cuestiones colaterales sin mayores implicaciones. Si los alumnos no aprenden ¡Pues, ni modo! porque ya habrán futuras fuentes de trabajo de baja ralea para los egresados. Si la economía sigue en crisis ¡Pues ni modo! porque mientras las reservas monetarias y los índices oficiales se mantengan en la línea de flotación autorizada por los organismos financieros, que la sociedad siga rodando en un tobogán de incertidumbre que la haga perder su calidad de vida. Si las cosas no salen como se predijeron en los escritorios de las secretarías ¡Pues, ni modo! ya vendrán más sexenios para volver a poner a la venta la idea falaz de recuperación y esperanza para todas y todos los mexicanos.

El presidente Calderón descubrió los hilos ultra-delgados que manipulan los titiriteros y que casi siempre permanecen ocultos, teniendo un fondo obscuro de desinformación e impunidad. No hay siquiera un ápice de interés si los controles institucionales rebasan a la realidad; si mueren decenas de miles de personas en todo el territorio nacional (hasta la fecha van veintitrés mil fallecidos a causa de la “guerra” calderonista contra las mafias) y el crimen organizado sigue en pie de lucha con rasguños menores; si la partidocracia secuestra el IFE, Trife y al Congreso de la Unión, para que predomine un círculo vicioso de prerrogativas hacia los grupos políticos regionales y federales; si la crisis endémica sigue diezmando a millones de compatriotas en las zonas rurales y urbanas; si las equivocaciones de políticos y gobernantes hacen que las arcas y recursos se vayan al caño por incapacidades, omisiones o corruptelas; si los niños, jóvenes y adultos no están educados, porque más puede el imperio del videns, que apuntala la ignorancia y la falta de compromiso.

¡Pues, ni modo! es algo así como haber dicho ¡Ahí se ven! porque de cualquier modo en la óptica del poder político no interesa lo que opine la gente o que los programas se materialicen en el corto o largo plazo. Para Calderón o cualquier otro que ocupa un sitio de autoridad en la realpolitik mexicana lo que verdaderamente importa es la imagen, el convenio en papel y las cifras macroscópicas. La fotografía con Obama y la recepción de su esposa valen más que las carencias y sufrimientos que padecen millones de mexicanos.

Vale más que los secretarios de Estado vayan a las zonas de desastre social, otorgando a diestra y siniestra piezas oratorias que a nadie convencen u ofreciendo promesas a las penurias de familias que perdieron a sus hijos en una guardería incendiada, en lugar de castigar y enfrentar la problemática de carestía, desempleo, robos, secuestros, extorsiones, bombazos y metralla, a través de alternativas sólidas, a fin de evitar que se repitan eventos de miseria y muerte.

¿A las madres, padres, hermanos y amigos que han padecido el asesinato de seres queridos les llena un ¡Pues, ni modo! o ¡Mis más sentidas condolencias! dichas por un político o gobernante frente a las cámaras, grabadoras y plumas de los medios de comunicación? ¿A los pobres y extremo pobres les basta saber que la economía va al alza, mientras sus bolsillos no surten ni en mínima cantidad las necesidades de sus hogares? Estoy convencido de que las palabras no son bálsamos para resarcir los constantes daños directos que sufre el setenta y cinco por ciento de la población en México.

¡Pues, ni modo! es la ratificación de que se continuará por el mismo sendero de “aquí no pasa absolutamente nada hasta topar con pared”. Si esto es así, dispongámonos a presenciar una sucesión interminable de reuniones del presidente de la República con personalidades que no muestren afinidad pública con sus proyectos y ocurrencias, para tratar de convencer con lisonjas mediáticas. El encuentro sostenido entre Calderón Hinojosa y el cantautor español Joaquín Sabina en Los Pinos es una clara muestra de la impericia y la carencia de sensibilidad gubernamental ante la cruenta situación que se vive. Este ágape estuvo lleno de jajajajas, tequila, comida, mariachi y canciones, el cual seguramente se repetirá con otros grupos y personas, ya que la vulnerabilidad del presidente fue puesta al descubierto por él mismo y de ahí se engancharán otras organizaciones y personas que quieren sacar provecho de la ingobernabilidad existente.

Todo parece indicar que hay que acostumbrarse a los errores del presidente y su comitiva, que unas veces dicen que los asesinados son parte de las bandas delincuenciales y otras que los desaparecidos ya pasaron a ser parte de la estadística de fallecidos, o bien, que vivimos en el país de las maravillas mientras los equilibrios se rompen en miles de fragmentos. B.H.G.

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1 comentarios:

A las 3 de mayo de 2010, 15:37 , Anonymous brenda ha dicho...

Que día a día el tema en Acapulco son las balaceras ¡Pues, ni modo!
Que tengamos un presidente que muestra el cobre ¡Pues, ni modo!
Que ya no se puede ir ni a una plaza porque dentro de ella ya hay balaceras ¡Pues, ni modo!
Que vivamos en un país así... no tiene precio :)

 

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